27 agosto 2010

María dos años parte de nuestras vidas



Hoy es un día muy especial para esta mamá que tanto os habla de sus pequeños. Hoy hace dos añitos que mi pequeña María asomaba su cabecita en este mundo tan y tan difícil. Lo hacía para completar la dicha de aquellos que la esperaban ansiosos.

Hoy hace dos años que mis sueños se cumplieron. Al nacer mi primer hijo al que adoro con todos mis sentimientos cumplí el sueño de ser mamá. Con María cumplí es sueño de parir a mi hija. Y hoy dos años después cumplo el sueño de llegar a una lactancia prolongada.

Sé que much@s no entenderéis que clase de sueños son el de parir y el de amamantar tanto tiempo, pero estoy segura que aquellas que deseándolo con todas sus fuerzas no lo consiguieron me entenderán. Hoy no es día para explicaciones. Hoy es un día mágico.

A las 14:25 horas de un caluroso 27 de agosto de 2.008 llegaba a casa un soplo de aire fresco. Un trocito de cielo. Una gran persona: nuestra María.

Para ella, y para todos los que celebramos que hoy nuestra Reina cumple dos añitos: FELICIDADES! para que veáis lo importante que es María en casa os dejo con un precioso vídeo que su "Yayo Desi" le hizo el año pasado en su honor. Una carta para María, para nuestra maravillosa María.

26 agosto 2010

Un niño igual que tú


Repasando en foros y en blogs sobre crianza, me acabo de dar cuenta que como siempre nos saltamos lo evidente. Que rebuscamos lo que está claro. Que a los adultos en nuestro desarrollo físico y psicológico quizás nos vaya creciendo una tela que nos nubla las ideas y nos transforma en aquello que nunca quisimos ser.


Hacemos apuestas sobre como se debe educar a los hijos, si con mano dura, si con permisividad, si hay que establecer unos límites, si deben aprender a respetar a los adultos como si se tratara de ciudadados de segunda.


Y yo que debe ser que por un momento he perdido la venda de las malas ideas, hoy quiero compartir la clave de la educación y de la crianza de nuestros hijos. Si me lo permitís claro.


La clave como pasa la mayoría de las veces es bien sencilla: el tratar a los niños, a nuestros hijos y a todos los pequeños del mundo con el mismo respeto que trataríamos a cualquier otro adulto o pensar como nos guastaría que nos trataran a nosotros.


O al menos, que ya es un paso, ser conscientes de ello. Porque el conocer esta herramienta es la única forma de poder llegar a tener una relación buena con nuestros hijos.


Si los pequeños se sienten queridos y respetados por sus padres, amigos o familiares, sentirán que forman parte de algo con lo que están comprometidos


¿Cómo van a comprometerse en algo que no les hacemos sentir implicados? imaginad, una conversación entre dos adultos, el niño quiere hablar pero le decimos: "Pablito, espera que estamos hablando los mayores". Estamos excluyendo al niño completamente, marginándole. Él también tiene algo que decir, pero no le dejamos participar. Y así también lo hacemos en muchísimos otros ámbitos de la cotidianedad en los que quedan excluídos. No nos pueden acompañar a hacer la compra, no nos pueden acompañar a hacer deporte, no nos pueden acompañar incluso para ir de vacaciones (me han preguntado doscientas veces este verano si me llevaba a mis hijos de vacaciones... sin comentarios).


Que tratemos a nuestros hijos con respeto, como al resto de seres humanos, no quiere decir que no podamos discutir con ellos, o exponer nuestras necesidades o límites. Cada uno de nosotros, como personas también tenemos nuestro propios espacio, aunque tengo que confesar que desde que soy madre el espacio de mis hijos y mío está bastante unificado, quizás al menos hasta que sean más independientes como personas.


¿Acaso todo esto del respeto,  no lo hacemos con nuestras propias parejas? somos capaces de hablar, dialogar y establecer una relación de iguales sin faltas de respeto y sin imponernos a ellos. O con el resto de personas adultas que conocemos, en el trabajo, con los amigos también mantenemos este tipo de relación de igual a igual.


En realidad, no es tan difícil. ¿Porqué vemos a los niños como seres inferiores a nosotros mismos? Señores pues no lo son. Los niños no son inferiores, en todo caso serían superiores.


Cada día me doy más cuenta que los niños son mucho mejores que los adultos: no tienen tantos prejuicios, pueden hablar de cualquier tema con una inocencia que les hace ser auténticos, se recuperan mucho antes que nosotros y viven muchísimo mejor que nosotros la adversidad vital... y podría seguir dando tantísimos ejemplos.


Por lo tanto, tratemos a los niños como se merecen. Tratemos a los niños como a personas. No hay más.

19 agosto 2010

Las locas de la teta

¿Quién son ellas? hoy mismo una familiar me ha dicho: "Las que sois como tú hacéis sentir mal a las que no queremos dar pecho". Y aunque a veces hago apología de las bondades de la lactancia materna, de casualidad hoy me había contenido. Ella me ha seguido contando historias de "mujeres que van a las comadronas con los pezones ensangrentados y les obligan a dar teta a sus bebés". Me he quedado espeluznada, vaya comadronas más dictatoriales,  y por cierto ¿quién es como yo? ahhhh!!! sí!!!!!!!!!!! Las locas de la teta, no podíamos ser otras!

¿Qué quienes somos la locas de la teta? Pues bien, mujeres malas malísimas que forman una comunidad física y virtual para prestar apoyo psicológico e incluso físico a las nuevas mamás que quieren dar pecho a sus retoños. Las locas de la teta también se dedican a defender los derechos de los bebés a ser amamantados por sus mamás a toda costa. Las locas de la teta, mujeres que se dedican a denunciar que los laboratorios quieren hacer su agosto, aprovechando el tipo de vida que las occidentales llevamos trabajando fuera de casa (todo sea por la modernidad) y anunciando por diestro y siniestro las ventajas del "bibe", aunque siempre quede patente en sus anuncios que sus leches son super-hiper-mega-parecidas a la leche de mamá (oyes, pues toma la de mamá pues...).

Las locas de la teta, esas que ganan cientos de miles de millones de euros por hacer que todas las mujeres amamanten a sus crías. Oh! no! si lo hacen gratuítamente! perdón, ups.

Porque es que ¿qué ganan estas mujeres? ¿porqué demonizamos a aquellas que solamente quieren el bien de los niños? la mayoría (y me incluyo) somos mujeres que estamos informadas sobre los niños, sobre la salud física y psicológica de los pequeños. Lo único que queremos es que los bebés tengan lo que se merecen y ayudar a sus mamis. No creo que por ello una mujer sea talibana de nada,  ni dictadora láctea, ni siquiera una loca.

¿A cuántos genios se les tachó primero de locos? si las revoluciones empiezan con la locura, entonces sigamos locas!

Este post va dedicado a todas aquellas defensoras, maestras y amigas que he conocido en mi camino hacia mi incipiente lactancia prolongada. Va por mis locas!

06 agosto 2010

Confesiones de una mamá que amamanta



Es cierto. Llevo semanas casi ausente, fuera del contexto que tanto me gusta, rodeada de la vida infantil, de la crianza, de la utopía de los deseos de todos aquellos que luchamos por un futuro mejor para los niños.


Ya os comenté que estaría algo ausente por circunstancias, y es más, confieso que si Dios quiere durante un par de semanas va a parecer casi que la tierra me ha tragado. Mi único deseo durante estos próximos días va a ser dedicar tiempo a mi marido y a mis hijos. A esos que a diario echo tantísimo de menos mientras que cumplo con la obligación laboral, que por otra parte tan bien nos va a final de mes.


Pero no es de esto en realidad de lo que vengo a hablaros. Hoy vengo a hablar de mágia, de amor, de cariño, de una experiencia que quiero compartir con todos vosotr@s entre susurros, en la intimidad.


Seguro que para los que leéis blogs sobre lactancia y maternidad, estáis enterados que estamos hasta mañana dentro de la semana mundial de lactancia materna y en este mi querido blog, también quiero aportar mi granito de arena. Explicando como he vivido estos (casi)  dos años de lactancia junto con mi hija.


"Nuestra lactancia comenzó un 27 de agosto de 2.008 en una sala de partos donde llegó a este mundo a las 14:25 minutos de la tarde una preciosa niña a través de un parto vaginal después de cesárea maravilloso.


Recuerdo que lo primero que hice al tomarla en mis brazos fue poner a aquella pequeña gran vida sobre mi pecho y enseguida ocurrió el milagro: sabía perfectamente lo que tenía que hacer... tomar pecho de mamá."


Los primeros días fueron algo difíciles. No sé porqué no se nos avisa de estas cosas a las pre-mamás con tiempo para asimilar... vivimos compungidas pensando en la hora del parto todo el tiempo, pensando en el dolor que se siente, en vez de pensar en ello como en algo bonito y emotivo. 


Yo esta segunda vez que iba a ser mamá, lo tenía claro.  Tenía que estar muy preparada emocionalmente para afrontar mi deseado parto vaginal después de cesárea, pero sobretodo tenía que estar preparada y fuerte para encarar y lograr exitosamente mi lactancia, puesto que los inicios a veces son algo durillos, sobretodo si nuestro bebé llora y no descansa durante las primeras semanas.  Pero desde aquí me gustaría lanzar un mensaje de tranquilidad a todas aquellas mamis que estén en esos días de desesperación iniciales diciéndoles que todo pasa, y la tranquilidad llega cuando una menos se lo espera.


Después de los dos primeros meses, la lactancia con mi niña ha sido maravillosa. Sin duda alguna el haber afrontado mi maternidad de la manera que lo he hecho nada más que me ha aportado felicidad interior. Amor y alegría.


Ese es el sentimiento que me queda dentro de mí. Es un sentimiento que no quiero olvidar nunca, es un regalo muy grande para cualquier madre, para cualquier mujer.


Es cierto que por culpa de los quehaceres y del ritmo de vida (equivocado) y agitado que llevamos a veces se nos pueda hacer algo cuesta arriba esto de la teta.  Es cierto que a causa de la ignorancia generalizada a partir de ahora tenga más o menos trabas de mi entorno y de algunos sanitarios para dar teta. Pero solamente nosotras, decidiremos cuando la lactancia terminará. O al menos eso espero, que sea algo tranquilo, relajado y con un final feliz. Pero desearía que no fuera un final impuesto.

Mientras seguiré disfrutando de esta perfecta lactancia, de mi niña, de su olor, de su tacto, de su satisfacción y de la mía. Porque el término lactancia es todo lo opuesto que se pueda entender a esclavitud. Pero ¡si lactancia es libertad, amor y generosidad!

Y así es como son las cosas, aunque más de uno intente hacer creer que la teta es esclava y el biberón es pura apología sobre las libertades femeninas. No hay nada más femenino que amamantar. De eso no hay duda.

Ahora me tengo que despedir, como ya os he dicho durante unos días que quiero ejercer de aquello que más me llena, me gusta, me hace feliz... que tengáis unos felices días con vuestros pequeñ@s. No se puede pedir más a la vida, creedme.