29 octubre 2009

Los niños nos enseñan a ser felices



Los adultos nos pasamos buscando día tras día la felicidad a través del dinero, el reconocimiento de los demás y otros factores que carecen de lo que resulta esencialmente humano. Nunca nos paramos a pensar que la vida es lo inmediato y que pasado ese segundo ya no volverá a existir. Y en esa búsqueda de lo que creemos la felicidad, nos perdemos lo verdaderamente importante por el camino.


La infancia es una etapa en la que se valora lo realmente necesario para disfrutar de la vida en plenitud y felicidad. Se da un valor muy grande a las cosas verdaderamente importantes como son nuestros padres, hermanos, los amigos, el compartir juego y risas, la libertad, el ser fiel a uno mismo. Algo que según vamos creciendo va menguando a causa de todas las influencias que vamos recibiendo del exterior..

Cuando los niños no están influenciados por los estereotipos, etiquetas ni exigencias sociales, son capaces de fluir de tal manera que consiguen ser felices sin tener ni un euro, sin necesidad de ser reprobados y reconocidos por el resto de personas ni depender de nada que no sea su propia libertad para vivir.

Los niños carecen de prejuicios, no tienen discriminación dentro de su ser. Ellos son como un libro en blanco que solamente se escribirá a través de las experiencias que vayan recibiendo hasta llegar a ser mayores. Nosotros los adultos, deberíamos observar el comportamiento de estos maravillosos seres quien gracias a que aún no muestran signo alguno de corrupción en su forma de obrar, conservan la verdadera esencia de la bondad, generosidad, fortaleza y el único camino de la felicidad.

Por poner algunos ejemplos más tangibles a todas estas palabras puedo decir que en la enfermedad a ellos les pesa mucho menos que a los adultos. Si nosotros por cuatro estornudos, dos mocos y un poco de fiebre estamos para el arrastre, ellos si no baja de 38 y medio están dando saltos.

También lo demuestran ante la pobreza que desgraciadamente muchos acusan, la sonrisa no se borra de sus labios. Si algo me marcó en un viaje que hicimos a Centroamérica fue ver las inmensas sonrisas de aquellos niños que ni siquiera tenían calzado. Eran unas sonrisas inmensas y que transmitían vida.
Están los que son diferentes a los demás niños por causas físicas, psíquicas, culturales o simplemente de sexo. Ellos nos enseñan que si no se conoce la palabra discriminación no es necesario practicarla.

Y todos aquellos niños que se adaptan y se siguen adaptando a lo nuevo y desconocido. Los adultos nos acomodamos en un trabajo, en un lugar, en una posición y de ahí no nos sacan. Ellos que están en cambio constante con su propia persona ¿cómo no iban a adaptarse a cualquier situación por más nueva que sea?

Nuestros hijos y todos los demás niños son tan sabios que aún me quedarían muchas más asignaturas pendientes de las que nos podrían dar clases. Seguro que si les observásemos más de lo que lo hacemos y los imitáramos en su manera de hacer las cosas ganaríamos en calidad y plenitud de vida.

Porque la felicidad no es necesario buscarla muy lejos. No sabemos que la tenemos muy cerca. Tan cerca que solamente tenemos que agachar la cabeza y nos encontraremos dos luceros que llevan su nombre.

Publicado originalmente por Miriam en peques y más

27 octubre 2009

Una hora de tu tiempo


¿Cuánto dinero cuesta el cariño? ¿se puede comprar el amor incondicional? ¿podemos comprar a nuestros hijos con objetos materiales? ¿se sienten solos nuestros pequeños y nos extrañan? ¿Hacemos lo suficiente por compartir todo el tiempo posible con nuestros niños?

Encontré un cuento en la red que nos invita a reflexionar sobre todo lo que acabo de exponer y meditar si además de tiempo de calidad nuestros hijos necesitan también cantidad de tiempo.  Para llegar a conocer a nuestros hijos debemos pasar tiempo con ellos, no podemos limitarnos a llenarles de regalos o darles un beso de buenas noches.

Una hora de tu tiempo

Un hombre vino a casa tarde del trabajo, cansado e irritado, y encontró a su hijo de 5 años esperando en la puerta.

- ¿Papá, puedo hacerte una pregunta?

Sí, ¿cuál es?" contestó el hombre.

- ¿Papá, cuánto ganas en una hora?


Eso no es asunto tuyo. ¿Por qué preguntas eso? - Dijo el hombre enojado.


- Sólo quiero saberlo. Por favor dime, ¿cuánto ganas en una hora? repitió el pequeño.

Si quieres saberlo, en una hora gano 20 Euros.

- "Oh" - contestó el pequeño, cabizbajo. Volviendo a mirarlo, dijo

- ¿Papá, puedo pedirte prestadas 10 Euros?

El padre se puso furioso. Si la única razón por la que me has preguntado eso es para poder pedirme prestado dinero para comprar un juguete tonto o alguna otra cosa sin sentido, entonces vete directamente a tu cuarto y acuéstate. Piensa sobre por qué estás siendo tan egoísta.


Yo trabajo muy duro muchas horas todos los días, y no tengo tiempo para estas tonterías infantiles."

- El chico fue calladamente a su cuarto y cerró la puerta. El hombre se sentó y empezó a ponerse aun más enfadado pensando en la pregunta del muchacho.

¿Cómo se atreve a preguntar cosas así sólo para conseguir algún dinero?

Después de aproximadamente una hora o así, el hombre se había tranquilizado, y empezó a pensar que quizás había sido un poco duro con su hijo. Quizás había algo que realmente necesitara comprar con las 10 Euros y realmente no pedía dinero muy a menudo. El hombre fue a la puerta del cuarto del muchacho y abrió la puerta.

"¿Estás dormido, hijo?" - Preguntó.


- "No papá, estoy despierto," - contestó al muchacho.


"He estado pensando, quizá haya sido demasiado duro contigo antes," dijo el hombre, "Ha sido un día largo y he pagado mi agresividad contigo. Aquí están las 10 Euros. que me pediste."

- El pequeño se sentó y sonrió. "¡Oh, gracias papá!" gritó.

Entonces, buscando bajo su almohada sacó algunos billetes arrugados. El hombre, viendo que el muchacho ya tenía dinero, empezó a ponerse enfadado de nuevo.


El pequeño contó despacio su dinero, entonces miró a su padre.

¿Por qué pides más dinero si ya tienes? - refunfuñó el padre.

- Porque no tenía bastante, pero ahora sí, contestó.


- Papá, ahora ya tengo 20 Euros ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo?

- Por favor ven a casa temprano mañana. Me gustaría cenar contigo.


Autor: Desconocido

25 octubre 2009

El mejor regalos para todos los niños es la paz

PAZ, PAZ, PAZ, PAZ.  Es el mejor regalo que les podríamos dejar a nuestros hijos para el día de mañana.  PAZ en el mundo, que se acaben las guerras, que no haya lugar para la violencia, los malos tratos, los asesinos, violadores, extorsionadores.  Que no haya hueco para los gritos ni los insultos.  Que crecieran felices sin pensar en todas esas cosas que me hacen apagar la televisión cada día para sumergirme en mi propio mundo y olvidarme un poco de la realidad.


Y es que esta tarde de domingo, mientras estudio para mis clases de inglés me he encontrado en el camino con "Imagine" la canción que es hoy un símbolo de la paz mundial y que el magnífico Jhon Lennon compuso hace ya más de trenta y cinco años y con la que hoy os invito a reflexionar sobre el mañana que les queremos dejar a nuestros hijos.  Seguro que estais de mi parte cuando pensáis en un día de mañana en el que haya una fosa común donde todos lancen las armas, los insultos y los golpes.



Imagine




Imagine there's no heaven

It's easy if you try

No hell below us

Above us only sky

Imagine all the people

Living for today...

Imagine there's no countries

It isn't hard to do

Nothing to kill or die for

And no religion too

Imagine all the people

Living life in peace...



You may say I'm a dreamer

But I'm not the only one

I hope someday you'll join us

And the world will be as one



Imagine no possessions

I wonder if you can

No need for greed or hunger

A brotherhood of man

Imagine all the people

Sharing all the world...



You may say I'm a dreamer

But I'm not the only one

I hope someday you'll join us

And the world will live as one

23 octubre 2009

Renuncio a ser adulto




Demasiadas veces siento que los adultos hemos perdido el norte.  Estamos demasiados distraídos y preocupados por el dinero, el éxito social y temas secundarios a lo esencialmente humano que se nos olvida para que estamos en este mundo, que no es ni más ni menos que para simplemente VIVIR.

Nuestros hijos y todos los demás niños del mundo tienen mucho que enseñarnos en todo esto.  Ellos son tan fuertes y sabios que en los momentos más difíciles saben responder con energía, vitalidad y felicidad a todos los problemas que se les presentan. Nosotros los adultos, muchas veces nos escondemos debajo del ala. 

Por todo ello, lo tengo decidido... Renuncio a ser adulto. 


Renuncio a ser adulto

Con la presente, presento mi renuncia a ser adulto.


He decidido aceptar la responsabilidad de tener seis años nuevamente.

Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.

Quiero pensar que los dulces son mejor que el dinero, pues se pueden comer.

Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.

Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme cómo luce mi cabello.

Quiero regresar a mi casa, a una comida casera y que alguien corte mi carne.

Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble, y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.

Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.

Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple...

Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.

Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.

Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno.

Quiero pensar que todo es posible.

En algún lugar de mi juventud maduré y aprendí demasiado.
Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.

Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la muerte.

Aprendí de un mundo donde saben cómo matar y lo hacen.

¿Qué pasó con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota?

Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.

Cuando no necesitaba lentes para leer.

Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las pequeñas cosas una vez más.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.

Caminaría de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies y la caracola más bonita que pudiera encontrar sin preocuparme por la erosión y la contaminación.

Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando mi bicicleta hasta llegar al parque, sin la preocupación de que me secuestren.

No me preocupaba el tiempo, las deudas, o de dónde iba a sacar el dinero para arreglar el carro.

Sólo pensaría en qué iba a ser cuando grande, sin la preocupación de lograrlo o no.

Quiero vivir simple, nuevamente.

No quiero que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo sobrevivir unos días más al mes cuando ya no queda dinero en la chequera.

No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.

No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.

Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.

Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena...
¡Oh, siii! Quiero volver a mis seis años nuevamente... y ya está decidido.

Autor: desconocido.

22 octubre 2009

Ellos piensan que soy rara...





Pero para mi que los raros son ellos.  Siento si alguien se siente ofendido, dolido o dañado con esta entrada, pero necesito deshaogarme desde hace días y donde mejor podría hacerlo que aquí en mi querido blog.

El motivo de mi deshaogo como he comenzando en mi título, no es ni más ni menos que en las últimas semanas parece que el mundo que me rodea se ha puesto de acuerdo para hacerme sentir como una expecie distinta, próxima a la extinción.

Cada día voy a recoger a mi niña querida a la guardería y aunque no abren ni un segundo antes de la hora concretada, una servidora está en la puerta como una leona enjaulada que espera el momento de acercarse a sus cachorros.  Cuando abren, me hago paso entre los demás papás, sin incordiar pero adelantado posiciones como si fuera el mismísimo Messi  desmarcándome de los jugadores contrarios para llegar a mi meta.

La mejor meta, con el mejor premio.  Nunca había visto algo igual.  Esa carita que pone al reconocerme entre los cristales de la puerta.  Ese gesto de valor incalculable, donde me regaña por haberla dejado tantas horas, pero donde me muestra una alegría sobrehumana al reencontrarme.  Y entonces la abrazo y beso tantas veces como puedo, y entiendo que por fín puedo ser feliz ese día.

Salimos a un banco que hay en la entrada, y le doy su teta. Por nada del mundo quisiera que la olvidara en mi ausencia, aunque ya ha empezado a reclamarla con todas las letras. Y es entonces cuando tengo que escuchar comentarios, algunos buenos, otros irónicos y también sentir que estoy haciendo algo extraño.  Y me entristece sentir que lo más natural por todos los tiempos, en todos los mamíferos se convierta en algo difrerente, extravagante y rozando lo excéntrico. 

Cuando ha terminado, no tiene ningunas ganas de bajar de mis brazos ni yo de dejarla marchar. Tampoco quiero que llore al sentarla en el carro, después de tanto tiempo sin verla, no quiero un recibimiento con lágrimas. No quiero verla llorar.  Y entonces la bajo hacia casa atada a mi con nuestro mei tai, muy contenta porque ya estamos definitivamente juntas hasta el día siguiente.  Entonces, vuelvo a oír comentarios sobre los dolores de espalda que son propios de tanta carga, cuando la única carga que me duele es la emocional, al haberme resignado a este sistema que me impide cuidar de mi hija.

Me dicen, que la deje llorar en el carro, que no la coja. ¿Pero como no la voy a coger? !Si llevo todo el día soñando con hacerlo¡ si cuento las horas, los minutos, los segundos y no pienso en otra cosa. Y cuando llega el momento, solamente hago lo que me dicta mi corazón, mi instinto y no me importa lo que digan los demás. No me importa nada más.

Por todo ello y algunas cosas más -que por hoy no voy a volcar en mi blog ya que me extendería muchísimo- me siento rara. Aunque ya sé que no debería. Yo soy normal. Si hay alguien raro no soy yo, sino que es todo aquel que no extraña en la ausencia del mismo, el AMOR en mayúsculas que nos dan nuestros hijos.

20 octubre 2009

Cuando el colecho es una verdadera misión imposibe... para nuestro bebé.

Acabo de recibir un e-mail de una amiga que me ha arrancado una sonrisa muy pícara de mi boca.  ¿Quién dice que lo bebés no dejan descansar a sus padres? ¿Es que acaso los padres dejan descansar absolutamente siempre a sus pequeños bebés? A continuación os presento la prueba que demuestra que hay veces en los que es el adulto quien interfiere en el profundo plácido sueño de su pequeño... y si no me contais...


19 octubre 2009

Hoy empiezo otra aventura...en peques y más.


Llevo unos días que tengo un poquitín abandonado mi blog y me vais a disculpar ;-) porque tengo una razón muy justificada.


Acabo de empezar una nueva aventura que quiero compartir con vosotros. Y es que hoy mismo ha salido publicada mi primer entrada en el blog peques y más, del que siempre he sido lectora desde el otro lado, para ahora poder desarrollar de la mejor manera que sé todo los temas posibles en referencia a nuestros hijos.


Estaba deseando contarlo en mi blog -que seguirá siendo mi rincón más personal- pero he esperado a que se pudiera leer alguna "cosilla "de mi cosecha. Aunque si no conocéis la web os la recomiendo de veras, ya que está hecha por unos blogueros fantásticos y muy afines a nuestro tipo de crianza, por lo que está lleno de buenos consejos.


Y nada más, que espero que os guste porque como siempre si de algo está hecho es de mucho cariño y amor.



13 octubre 2009

Un día quise ser mamá...


Lo recuerdo como si sucediera ayer mismo. Era un domingo cualquiera, de aquellos que una se levanta demasiado temprano para que su esposo se anime a acompañarla a desayunar.


Me hice un colacao con galletas, me tumbé en el sofá y mientras ponía la tele y aparecían unos dibujos animados sentí que me faltaba algo y me puse a soñar...


Imaginé como sería tener una personita que me acompañara todos esos domingos tontos que tan sola me sentía sin poder compartir mis galletas María, mi colacao y mis dibujos con nadie.


Y me vi a mi misma con un pequeño al que querer. Y ya le quise. Desde antes de saber siquiera que algún día existiría. Que ellos vivirían en mi propia realidad.


Y ¿sabéis? me quedé corta en el sueño... porque en aquel sueño no se explicaba que era esto de ser madre. Lo que para mí es ser madre.


Ser madre es entre otras cosas volver a sentirse niño otra vez.


Es volver a esperar a los Reyes magos con la mayor ilusión en nuestros corazones.


Es multiplicar tu propio cumpleaños por cada hijo que tengas y vivirlo con devoción.


Es ver muchísimas más flores en primavera.


Es montarse en lo caballitos de la feria soñando a su lado que estamos en el lejano oeste.


Es disfrazarse de Peter Pan, con una campanilla y un Capitán Garfio que no alcanzan el metro diez.


Es poder cambiar de canal la tele para no tener que ver lo malo de la vida, con la excusa del contenido inapropiado.


Es disfrutar del agua del mar, de la lluvia, del campo, de la nieve... como si fuera la primera vez que lo hacemos.


Es cantar y bailar como un payaso y que nos aplaudan sin complejos.


Es volver a los cuentos y a los dibujos animados.


Es ser felices en proporción a los besos y abrazos que recibamos cada día, aunque muchos sean robados.



11 octubre 2009

La cuna sidecar


Si hace un par de años me hubieran preguntado que era una cuna sidecar hubiera contestado seguramente que algún tipo de cuna motorizada. Algo que dista mucho de lo que trata realmente el invento.

La cuna sidecar, no es ni más ni menos que una cuna a la que se extrae un lateral para facilitar el colecho. Algo indispensable en las tomas nocturnas de los lactantes que necesitan el contacto estrecho con su mamá y así poder prolongar al máximo el disfrute de este aspecto tan importante del que ambos se benefician.

Hay varios modelos de cuna sidecar que han sido fabricados expresamente para cumplir esta función, pero la pega que yo encuentro es el elevado precio que tienen. Algo verdaderamente incompatible con el bolsillo de todos los que estamos acusando esta indeseada crisis financiera.

En mi caso la que veis en la foto, es una cuna que María ha heredado de su hermanito Unai y que adquirimos en un centro comercial a un precio de lo más económico. Simplemente le hemos quitado el lateral y he fijado los dos somieres bien sujetos con cuerda. Y es que en una cama metro treinta y cinco centímetros cuando dormíamos los cuatro estábamos muy apretaditos.

Y estoy tan contenta con el invento, que me pregunto como no se nos ocurrió algo así cuando mi pequeño Unai nació. Sentía que mi niño estaba demasiado lejos de mi a causa de aquellos barrotes de madera.

Menos mal que en temas de dormir me negué a hacer ningún caso a la corriente estiviliana y me guié de mi instinto más maternal: el de estar siempre al lado de mis cachorros.

08 octubre 2009

¡GRACIAS!



Hoy he tenido una grata sorpresa... en uno de mis blogs favoritos Tenemos tetas y del que admiro muchísimo a su autora Ileana por todas las reflexiones que me aporta en esta experiencia maravillosa que es el proceso de aprendizaje como mamá ¡Me han dado un premio!



La verdad, que me ha emocionado muchísimo y me anima a seguir en esta aventura que inicié aquí en mi humilde rincón de internet hace ya algunos meses. Siempre inspirada de mis dos cachorros: Unai y María, que como siempre digo son la mejor medicina del alma y la fuerza que me llena de energía a diario.



Y no puedo dejar hoy día 8 de Octubre, de dedicarle este gran obsequio que me ha otorgado la amiga Ileana a mi papá que hoy cumple 59 añitos y quien siempre me saca de apuros con esto del blog entre otros menesteres. Dicen que de tal palo tal astilla y en mi caso los dos compartimos esta gran pasión por las letras, la formación y la información por lo que seguro que le llena de alegría saber que me acompañan todas estas amigas blogueras en este caminito tan gratificante como madre.


Mamis blogueras a las que he admirado siempre. Primero desde la barrera y un día como hoy desde este otro lado. Y espero que a estas que voy a mencionar a continuación les haga la misma ilusión este premio que yo también quiero dejar como testigo y agradecer desde mi humilde blog todo su empeño y sabiduría como mamás. Agradecerles de esta manera todo lo que transmiten y reconocer esa labor social que llevan a cabo:


Mi premio será para los siguientes blogs:


Lactabia, porque Patricia es una verdadera mujer emprendedora mami-cangura muy especial y un ejemplo a seguir en esto de las mamis activistas.



Beso de Amor, porque Martha realiza una labor maravillosa desde su blog compartiendo reflexiones y artículos sobre crianza con apego con el resto del mundo.



Mis tres cachitos de cielo, porque entrar en el blog de Diana es entrar en un lugar que está lleno de amor y color que se percibe desde el primer minuto.



Los que vamos contracorriente, porque yo también siento que nado en contra de muchas corrientes y es un blog que sigo desde que empezó y me gusta mucho.



El mundo de Ariadna Sofia, porque está lleno de sensibilidad por parte de Ariadna y es algo que admiro de todo corazón.



Espero que les guste tanto como me ha gustado a mi este hermoso regalo: de mamá a mamá.


05 octubre 2009

¿Porqué la Crianza con Apego no interesa?


¿Cómo puede ser que no se hable todo lo que se debería en los medios de comunicación y en la sociedad actual de la Crianza con Apego y sus beneficios?

La Crianza con Apego no interesa porque...

... La industria farmaceutica se vería afectada por el descenso del consumo de las leches artificiales, productos para aumentar las defensas de los niños y otros medicamentos, ya que los bebés serían amamantados con lactancias prolongadas.

... Los fabricantes de biberones y chupetes serían sustituídos por los pechos y brazos de unas mamás amorosas.

... Tampoco serían necesarias cunas gracias al colecho, ni los intercomunicadores con cámara y quizás se podría prescindir en muchos casos de carritos caros de diseño apostando por el porteo de los bebés, algo que también contribuiría a abaratar las inversiones de los "derrochadores" padres primerizos o experimentados.

... Las guarderías estarían vacías de niños, ya que podrían disfrutar de unos primeros años de crianza exclusiva por sus papás. Por lo que no serían un negocio nada rentable.

... Las mamis cocinarían sanos y gustosos platos para toda la familia de los que por supuesto iniciarían su alimentación complementaria los niños y por lo tanto se desmontaría el negocio de los potitos y todos los productos prefabricados para bebés.

... Se dejarían de vender ciertos best sellers duerme-niños y por lo tanto dejarían de llorar noche tras noche ante la impasibilidad de sus progenitores.

... Las cadenas televisivas no harían su "agosto" con programas donde se "adiestran" menores y las mismas "menores" convertidas en madres son mangoneadas como si no tuvieran voz ni voto sobre sus propios hijos.

En resumen, podría seguir buscando motivos por lo que se sigue apostando por la crianza del desapego, de la "independencia" infantil a toda costa, pero quizás todas la conclusiones se resumirían al final entorno a temas económicos y eso es algo que no es digno de admisión para los que hacen apología de ello, porque como dice cierto anuncio publicitario, "hay cosas que no tienen precio".

02 octubre 2009

Una canción para los que "están buscando"

Hay muchos para los que una rayita rosa en un palito de plástico, significaría TODO. Hablo de aquellos que desean con todas sus ganas vivir la mágica experiencia de ser papás y que a veces tardan un poquito más de lo deseado e incluso de lo tolerablemente humano en conseguirlo.

Me gustaría dedicar esta canción a todas aquellas personas que luchan a diario por cumplir el sueño de ser padres. No importa si ya lo son o si es el primer hijo que esperan. Ni siquiera importa como van a llegar a serlo. Todos comparten una misma gran ilusión, la mayor de todas.

Porque me gustaría de todo corazón que toda aquella persona que desee con todas sus fuerzas vivir la experiencia de la maternidad, pueda gozar de ese don. Para mi la vida no valdría ni la mitad si no hubieran aterrizado en mis días estas dos personitas que tanto la llenan.

Para todos aquell@s luchadores incesables, aquí va está preciosa canción de Ricardo Arjona titulada "De vez en mes":

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De vez en mes
De vez en mes te haces artista,
Dejando un cuadro impresionista,
Debajo, del edredón.
De vez en mes con tu acuarela,
Pintas jirones de ciruelas,
Que van a dar hasta el colchón.
De vez en mes un detergente,
Se roba el arte intermitente
De tu vientre y su creación.
Si es natural cuando eres dama,
Que pintes rosas en la cama,
Una vez de vez en mes.
De vez en mes,
La cigüeña se suicida,
Y ahí estas tú tan deprimida,
Buscándole una explicación.
De vez en mes,
El cielo te roba el milagro,
El tiempo te hace un calendario,
De una vez, de vez en mes.
De vez en mes,
Tú me propones huelga de hambre,
Yo algo de imaginación.
De vez en mes la luna nueva,
Viene a quitar lo que renueva,
Y a colocar otra ilusión.
De vez en mes soy invisible,
Para intentar en lo posible,
No promover tu mal humor.
De vez en mes no hay quien te aguante,
Y es tu pecado estar distante,
Y otro peor quedarme ahí.
Y aunque hay receso obligatorio,
Y el cielo se hace un purgatorio,
Te amo más, de vez en mes.
De vez en mes,
La cigüeña se suicida,
Y ahí estas tú tan deprimida,
Buscándole una explicación.
De vez en mes,
El cielo te roba el milagro,
El tiempo te hace un calendario,
De una vez, de vez en mes.
De vez en mes,
Tú me propones huelga de hambre,
Yo algo de imaginación.
De vez en mes,
Tu vientre ensaya para cuna,
Tu humor depende de la luna,
Y yo te quiero un poco más.
De vez en mes,
A ti te da por tomar siestas,
A tus hormonas por las fiestas,
Y el culpable siempre yo.
De vez en mes,
No hay más reloj que el de tu cuerpo,
No hay más luz que la que das,
De vez en mes.