27 diciembre 2010

La teta: la infinita culpable

Hace unas semanas, mi maravillosa hijita que hoy cumple 28 meses a nuestro lado, comenzó a mostrar mucho nerviosismo y malestar durante las noches. Llantos incesantes acompañados de gritos que hacían que ni ella ni el resto de la familia descansara.

La verdad es que fueron unos días angustiosos para tod@s. Tanto, que me comencé a preocupar mucho por la situación, ya que aunque comprendía que a los dos añitos los niños pueden tener despertares durante la noche, la forma "tan dolorosa" que experimentaba María al despertar me estaba haciendo dudar de si verdaderamente había un trasfondo distinto que su evolución natural.

En realidad, como siempre la primera sospechosa de todo no fue otra que la teta, porque la niña con lo único que se quedaba tranquila era con ella y a una servidora le entraron una vez más las dudas, las preguntas, el ¿lo estaré haciendo bien?, la tristeza de ver a su pequeña pasarlo mal.

Y es que claro, demasiadas veces tengo que oír de algunas personas "que la niña es muy mayor para la teta, que eso ya no es normal." Y la verdad, a pesar de que a base de información,más  información, experiencias, más experiencias y resultados, soy una defensora de la lactancia y todos sus beneficios, a esta aprendiz de mamá, también tantas veces le afusilan las dudas.

Así que me decidí ir al pediatra con mi pequeña. Le expliqué que la niña se ponía muy mal en sus despertares nocturnos y que estaba preocupada. El doctor la revisó los oídos, la garganta, el pechito, la tripita y todo parecía estar bien.

Por suerte, nuestro pediatra está en contra "del método Estivill"  y me dijo que como la pequeña pasa mucho tiempo separada de mí, quizás por las noches me necesite mucho más a su lado. Que hacía muy bien dándole tetita y durmiendo con ella. Gracias a esto, he podido cerrar muchas bocas :) que cuestionan que lo que hago sea malo para mi hija. No sería determinante la opinión de mi pediatra sobre la crianza de mi hija, pero me sirve para contestar tantas veces en las que hay quien se atreve a decir que no estoy haciendo bien. Es algo triste, pero cierto.

Estoy segura que si hubiera sido otro tipo de pediatra y yo no estuviera concienciada de lo que significa la crianza con apego, a  mi hija le hubieran recetado un adiestramiento a la hora de dormir y la finalización de su lactancia prolongada.

Algo totalmente innecesário ya que lo que le ocurría a mi hija se descubrió a los pocos días que comenzó a quejarse al orinar y tras manchar un poquito el pañal con algo de sangre, le detectaron una cistitis de caballo que debía de arrastrar desde hacía demasiado tiempo.

La verdad que detectar una cistitis en un bebé es algo difícil hasta que no da la cara totalmente como fue en nuestro caso. Pero estoy segura que si mi niña hubiera tomado biberón, nadie hubiera echado la culpa al biberón de lo que le ocurría a mi niña. Cosa si se hizo con el pecho cuando se cuestionó si el desasosiego de mi pequeña se debía a sus ganas de tomar teta constantemente. Debo decir que desde el segundo día de tratamiento con antibióticos mi hija ha vuelto a su estado normal a la hora de dormir, y aunque se despierta alguna vez está tranquilita.

Como podéis comprobar por desgracia el pecho tiene la culpa de muchos males...

Desde que nuestros pequeños nacen, la teta siempre es la culpable de todo o de mucho. A nadie se le ocurriría decir que el biberón es culpable de que un niño no duerma o no engorde. De decir que dar biberón es sacrificado o simplemente que el bebé no se queda satisfecho. En cambio la teta es...

Culpable de que nuestros hijos no engorden suficiente. A cuantos bebés no les dan la "ayudita". Cuantas mamás sufren porque si sus pequeños tomaran biberón "engordarían mucho más".

Mi niña tardó en recuperar el peso 19 días. Y en el segundo mes puso dos kilos. Solamente había que ser constantes.

Además la teta es la culpable de no saber "cuanta cantidad toman los bebés", claro es que el biberón es más práctico, porque sabemos lo que toman los niños... como diría "el principito", los adultos... esos que siempre tratan de ponerle números a todo... ;)

La teta: culpable de que los bebés no duerman. Y yo digo, que lo normal antropológicamente hablando es que los bebés se despierten para comprobar si sus papis siguen ahí, tomar alimento de su mamá, hidratarse, coger fuerzas para crecer mucho... bueno, en realidad no lo digo yo. Lo explica Carlos González en alguno de sus libros.

Otra cosa es que a los adultos nos vaya mucho mejor que nuestros hijos nazcan programados y no se despierten hasta que a nosotros no nos vaya bien. Claro, eso es mucho más cómodo. Por eso aunque "no es lo mejor para ellos" nos va estupendamente cuando los niños como no digieren igual de bien la leche de fórmula duermen más con el biberón.
También hay quien le echa la culpa de dar teta a engordar y a que se te caigan los pechos al suelo y que yo sepa lo de engordar tiene más bien que ver con lo que una ingiere ;).  En realidad dar pecho quema calorías, así que como mucho ayudará a adelgazar. Al menos si una come lo que debe.

De lo que se te descuelguen las tetas... en realidad eso tiene que ver más con los cambios bruscos de peso que con dar pecho en sí mismo. Es cierto que con la lactancia prolongada el pecho tiende a perder parte de su grasa, pero para nuestra tranquilidad decir que cuando pasa un tiempo después del destete esa grasa se recupera y el pecho se quedará igual que si no lo hubieras usado para algo tan maravilloso, bueno, y con un fin tan justificado como es alimentar a tu hij@ y darle el mejor consuelo. ¿Acaso aunque no quedara perfecto, no merecería la pena? ¿Estarán nuestros pechos mejor aprovechados?

La teta también dicen que hace a los niñ@s más dependientes y que les "vicia". Claro, no olvidemos que con dos años un bebé tiene que ser ya independiente. Tiene que comer solo, ir al baño, limpiarse el culete y ponerse los DVD'S de Disney mientras su madre se hace la manicura. Eso sí, cuando tenga 35 seguirá viviendo en casa de mamá, y ella le seguirá haciendo la colada y planchando sus camisas. Un, dos, tres, el mundo al revés.

Y de lo de que la teta es culpable de viciar. Yo creo que si todos los vicios fueran tan sanos, los médicos tendrían que hacer cola en el INEM.

Por desgracia, la teta es tan y tan culpable de todos los males, que podría extenderme mucho más. Pero no, terminaré con el último mal que recuerdo de la teta y que hoy día está muy de moda: La teta, esa culpable del sacrificio de las mamás.

Nada más lejos de la realidad. Sacrificio. ¿Qué es un sacrificio? para mí, un sacrificio, sería perder algo. Algo irreparable. Quitarme de algo que me gustara, hacer de mi vida algo peor.

Se dice que es un sacrificio porque hace que las muejeres seamos las encargadas de estar todo el día con el bebé a cuestas. Que los hombres no pueden colaborar igual.

Y a mi lo que me parece es que los hombres pueden hacer muchísimas cosas por cuidar a sus mujeres e hijos. Pueden ayudarlas para que ambos estén mejor. Pueden sostener a los bebés para que las mamis tengan esos ratitos de respiro que también son necesarios. Pueden hacer tareas en el hogar que resulten un alivio para sus compañeras.

La teta no tiene que ser ningún sacrificio. ¿Acaso no es un sacrificio tener que levantarse a media noche para preparar biberones, esterilizar, cargar con cacharros?eso es mucho más sacrificado ¿no? pero nadie lo cuestiona.

La lactancia tiene que ser algo bonito, algo que no resulte un sacrificio. Pero mientras la humanidad crea que dar pecho es una "elección" y no un derecho-necesidad de madres e hijos. Mientras que no lo entendamos como algo en lo que el resto de la familia (maridos sobretodo) deban colaborar. Mientras que nosotras mismas no nos quitemos esa sensación de culpabilidad de la teta constante que existe en todos los puntos anteriores que os he citado, las cosas no evolucionarán como tienen que evolucionar.

Espero que mi experiencia y mis reflexiones os hagan como a mí, quitar toda esa losa de culpa, que por desgracia la teta tiene encima y darle toda las bondades, inocencia y bienestar que representa la lactancia para nuestros pequeñ@s.

24 diciembre 2010

Loca... ¿y qué?



Sí. Así me siento una vez más. Loca. Loca de remate. Lo peor, que no veo el motivo. Dicen que es ese es el primer síntoma de la locura, el no reconocerlo. El problema, es que yo no le veo problema. Que mis afirmaciones están avaladas, por la OMS, por la AEPED y por lo que es más importante la historia de la humanidad y el instinto materno.

Me llaman loca por amamantar a mi hija de dos años y cuatro meses, me llaman loca por decir con la boca bien  grande "que mis hijos van por delante de mí" y que no me da miedo que cuando sean mayores me den la patada en el culo, porque en realidad "de eso se trata" de que se formen independientes. Me llaman loca por dormir con mis hijos porque se "malacostumbran". Me llaman loca por llevar a cuestas cuando quiere a mi hija de dos años (bueno, eso en realidad lo hacían más antes porque ya no quiere el portabebés). Me llaman loca por decir que la mano dura en los niños no sirve para nada, que la educación en nuestro país es un timo y que las escuelas matan la creatividad de nuestros pequeños. Me llaman loca cuando digo que para mi prevalece la sensabilidad de mis hijos, que ya les llegará el momento de enfrentarse con el mundo.  Me llaman loca cuando critico el Estivill y digo que tendría que estar prohibido. Me llaman loca cuando digo que los niños tienen que tener voz en las conversaciones de los adultos, cuando digo que su opinión siempre es importante, cuando simplemente grito a los cuatro vientos que un niño es una persona con todos los derechos. Me llaman loca cuando hablo de todos los beneficios para mí, y no hablo de sacrificios, porque en la maternidad solamente hay que cambiar el chip, para olvidarnos de lo que damos y centrarnos en las recompensas que no tienen valor calculable.

Me llaman LOCA. ¿Y qué? loca, pero feliz. ¿Y vosotr@s estáis loc@s?

23 diciembre 2010

Todo lo que quiero por Navidad... ya me llegó



Llego un poco tarde, pero nunca es tarde. Así que quería dejaros mi pequeñita felicitación Navideña. Espero que os guste. Para ello he querido dejar una canción de Mariah Carey "All I want for Christmas is you" (Todo lo que yo quiero por Navidad eres tú). Y si he elegido esta canción es por su significado.

 Más abajo os dejo la letra traducida por si como es mi caso tenéis problemas con el inglés ;) pero en resumen habla de que hay una persona a la que no le importa más que una presencia para poder celebrar su Navidad.

Estoy segura que como me ocurre a mí con dos personitas, a vosotr@s os pasa igual. Desde que nacieron mis hijos mi vida es como una permanente Navidad. Por mucho que las cosas se tuerzan, o tenga días malos siempre tengo un beso, una sonrisa, un gesto que me hará olvidar por un instante todo lo demás convirtiendo mi vida en algo dulce.

Espero que tengáis una MUY FELIZ NAVIDAD con vuestros pequeñ@s y que en vuestras fiestas no falte cariño y amor a raudales. Lo demás no es tan importante.

Os dejo la canción traducida, que merece la pena. Un abrazo y lo dicho.


Yo no quiero mucho para navidad.

Hay sola mente una cosa que nesesito no me

inportan los regalos, bajo del árbol de Navidad

solo te quiero para mi,

más de lo que tu alguna vez quisieras saber

¡haz mi deseo realidad!

todo lo que quiero para Navidad eres....

tú...!



No quiero mucho en Navidad

solamente hay una cosa que nesesito,

no me importan los regalos bajo del árbol de Navidad

no nesesito colgar mi calcetin sobre la chimenea,

Santa claus no me hará feliz con un jugete de Navidad

solo te quiero para mi,

más de lo que tu pudieras saber ¡haz mi deseo realidad!

todo lo que quiero para Navidad eres tú!



Tú, bebe

Solo voy a quedarme esperando

Debajo del muérdago,

No voy a hacer una lista y enviarla

Al polo norte para San Nicolás

Nisiquiera me voy a quedar despierta para

Escuchar aquel chasquido de los renos mágicos

Porque simplemente te quiero aquí esta noche

Abrazándome tan fuerte

Que mas puedo hacer.



Todas las luces estan brillando.

Tan luminosas por todos lados.

Y el sonido de los niños.

Riendo llena el aire

Y todos están cantando

Escucho aquel toque de campanas del trineo

Santa, no me traerás lo que realmente necesito?

Por favor, no me traerás mi bebe a mi?



No quiero mucho para Navidad

Esto es todo lo que estoy pidiendo

Solo quiero ver a mi bebe

Estando justo afuera de mi puerta

Solo te quiero para mí

Más de lo que alguna vez podrías saber

Hacer mi sueño realidad

Todo lo que quiero para navidad…

Eres tú

yo no pido mucho para esta navidad

ni ,siquiera deseo nieve

solo seguiré.

21 diciembre 2010

Rescata al niñ@ que hay en ti


Cómo puede haber corrido tanto el tiempo. Es algo que me pregunto tantas veces. Mi pequeño cumplió ya siete maravillosos años y ahora más que nunca recuerdo mis siete años.

Recuerdo que estaba feliz. El número siete era mi número preferido, así que iba a pasar un año entero diciendo: Tengo siete. Me gustaba estar con mis amig@s de la escuela, pero aún recuerdo lo feliz que me sentía cuando estaba con mi família. Es una edad muy bonita los siete años. Aún no hemos llegado a la temida pre-adolescencia que tan común se ha vuelto entre los niños y niñas de hoy día. Aunque hay quien dice que la pre-pre-adolescencia les llegó a sus hijos entorno al segundo cumpleaños. Yo no lo discuto, sería ir en contra de mis convicciones que dicen que cada niño es único, diferente, ilimitado y especial. Pero para mí lo que ocurre de los dos a los tres años es más bien una especie de crisis más ligada a la independencia del pequeño que comienza a cortar el cordón humbilical que le ató a su madre durante sus 24 a 36 meses de vida. Vamos, que los bebés dependientes dan ese paso hacia esa confirmada niñez, y los cambios, ya sabemos que siempre cuestan.

Volviendo a mis siete años. Recuerdo que me encantaba que me llevaran al parque de camino a casa mientras regresaba del colegio. De aquello se encargaba mi querido abuelito, al pobre lo llevábamos siempre "loco", el decía: "vamos que es tarde" pero siempre le convencíamos. En el fondo, era muy fácil de convencer mi abuelito porque le encantaba vernos felices.  Hay que ver con qué poco se forma a veces la felicidad de nuestros niños y cuántas veces nos negamos a hacerles felices por falta de tiempo. Algo tan sencillo como ir al parque me podía alegrar al día. Hoy me doy cuenta cuantas cosas me quedan por aprender de mi niñez y recuperarlas hoy para ser feliz. Me encanta sentir la felicidad cuando me tomo mi café y las tostadas con mantequilla y mermelada de las mañanas. La primer lección para alcanzar la felicidad no es otra que ser feliz ahora. Los niños nunca piensan en el mañana si no es para triunfar en la vida o para ser astronautas, son felices ahora. ¿Véis que fácil?
No hablo de que todos nos vayamos a jugar al parque para alegrarnos el día. Hablo de que podamos ver la felicidad de las cosas sencillas. Cómo cuando éramos niños. Hace tiempo que me dí cuenta que no hay otra manera de ser feliz. Y eso fue gracias a mis hijos ¿cómo no estar agradecida entonces?

Con siete años puedes ser muy impresionable con las cosas que ocurren a tu alrededor. Yo a mis siete años salía de la escuela deseosa de contar que nos habían castigado a todos los niñ@s de la clase(esos castigos son los más fácil de digerir). Y me gustaba sentirme escuchada y comprendida. Como ahora cuando llego del trabajo y tengo que explicar en casa los detalles del día. Igual que cuando tenía siete años, me gusta que le den importancia a lo que tengo que contar. Aunque sea que mi compañera de mesa me ha perdido mi lápiz preferido. Para mí ahora y durante mis queridos siete años es igual de importante. ¿Porqué nos empeñamos entonces en quitar importancia tantas veces a lo que nos cuentan nuestros hijos? "Eso no tiene importancia, no llores", decimos a veces. ¿Quién tiene la vara de medir los sentimientos? me pregunto.

Con siete años ya tenía edad para hacer algunas cosas que me encantaba que me dejaran hacer. Claro, los padres estamos siempre diciendo a los peques, que ya son mayores para vestirse solos, poner o quitar la mesa y hacer los deberes.

Hoy haciendo una pequeña reflexión sobre mis siete años me gusta recordar que además de que me implicaran en mi propia independencia me gustaba que me concedieran algunas cosas más de mayores. Es injusto decir a un niño de siete años que es mayor para preocuparse de sus cosas, pero no darle la oportunidad de crecer teniendo en cuenta sus opiniones a la hora de tomar decisiones en torno a su educación y evolución. Tenemos las costumbre de excluir de las decisiones "importantes" a nuestros hijos por su inmadurez, siempre les decimos: "Esta conversación es de adultos, no te metas".

 El respeto y la libertad son algo que deben acompañar a nuestros hijos en su crecimiento hacia la etapa adulta. Aunque nos duela deben equivocarse antes de aprender. No hablo de que dejemos a nuestros hijos a la deriva sin hacer nada en temas en los que somos nosotros los encargados por velar por su seguridad, de eso que no quepa la menor duda.

Hablo de que cuando yo tenía siete años me gustaba que me tuvieran en cuenta antes de tomar decisiones en casa. No soportaba que me dijeran: "Están hablando los mayores". Aunque entiendo que sí debemos respetar el turno de palabra, eso es una cuestión de educación importante para grandes y pequeños. Debemos valorar que nuestros hijos: "Siempre tienen cosas importantes que decirnos". ¿Acaso en nuestra vida hay alguien más importante?

Con siete años me encantaba pensar que sabía hacer galletas y luego encontrarme con que la harina, con agua y sal metida en el horno sabía a rayos y a centellas aunque mi madre me hubiera avisado antes de que quizás esa receta no fuera la apropiada. Y sobretodo me encantaba no tener que escuchar aquel: "Ya te lo dije" tan poco apropiado cuando la otra persona se siente algo defraudada de un resultado. No hay nada más demoledor en un ser humano que a sabiendas que se ha equivocado tener una voz altanera recordándote que lo hiciste. Si es que aunque los adultos nos empeñemos en diferenciarnos, a los niños les duelen las mismas cosas que a nostros ¿porqué los tratamos diferente entonces?

Si en la escuela tenía un mal día, además de que me escucharan no estaba de más que me dijeran que comprendían que estaba triste y sentir que no estaba sola, que tenía una familia que me apoyaba. Creo que eso ha sido algo que me ha marcado para toda la vida. Saber que tenemos un lugar de referencia por si las cosas no salen bien nos hace caminar hacia adelante, sin miedo de tener que dar un paso atrás. Ser valientes al fin y al cabo.

Ahora veo el porqué. Es muy sencillo. Pondré un ejemplo.  Se trata de intentar educar sin interferir pero acompañando. Si nuestro hijo comienza a caminar solito y nosotros le dejamos "a su aire" sin perderle de vista, el pequeño puede tener un traspié porque camina solo, pero nos dará tiempo a recogerle sin que se lastime.

Conforme nuestros hijos van creciendo además de andar, comienzan a hablar, a relacionarse... a vivir la vida. Es muy importante que se sientan acompañados, que no agobiados. Pero creo que me estoy desviando un poquito del tema de los siete años, así que dando esta pincelada de ideas lo dejamos aquí.

Entonces amig@s ¿Recordáis vuestros siete años? seguro que sí.  Pues deseo que ese pensamiento os llene cuando os surjan dudas sobre lo que hacemos o no hacemos bien con nuestros niñ@s.  En esto de ser padres, tener presente nuestros sentimientos de niñez, nos ayuda cuando nuestra mente de adulto no nos deja ver las cosas con la claridad y sensibilidad que necesita el instante. Un truco muy importante para mejorar día a día.

19 diciembre 2010

Mi Top 10 2010: Mis mejores artículos del año que acaba


Siguiendo la propuesta de Louma nuestra blogera de Amor Maternal me he unido a la iniciativa de hacer un pequeño resumen de lo que ha sido este año 2010 en mi blog.

"Top 10 2010 es un carnaval de blogs cuyo propósito es reunir los mejores artículos de la blogosfera maternal publicados durante 2010 en castellano. La temática del carnaval engloba el embarazo consciente, el parto natural, la lactancia materna, la crianza respetuosa, la psicología, el uso de portabebés ergo, la ecología y demás temas afines."

Pues ahora que he explicado la iniciativa, no me quiero demorar más.  Aquí tenéis los 10 post más significativos de mi blog durante este 2010 que termina:

 La independencia es necesaria para los hijos o para los padres. En este post procuro poner en evidencia a aquellas personas que justifican el acelerado aprendizaje de los pequeños para su propio beneficio de adulto.

¿Cuántos hijos debemos tener? No hay una respuesta exacta, pero esta es mi visión.

La angustia de separación de las madres. Se habla mucho de la crisis que tienen los bebés hacia los 9 meses, pero explico la situación de las mamás cuando nos sentimos verdaderamente tristes al separarnos de nuestros hijos.

Un niño igual que tú. NO HAY EXCUSAS, si todos respetáramos a nuestros pequeños como a cualquier otra persona, la educación en este país cambiaría.

¿Cuánto vale tu parto deseado? Polémico tema sobretodo estos días. Aquí hace ya muchos meses dejé mi visión.

Amor de madre gatita (una sorpresa). Una aventura muy especial que viví con mis pequeños. Muy tierno.

Me muero de ganas. Sentimientos de una madre que echa de menos a sus hijos y que espera un reencuentro durante las vacaciones.

Yo no quiero arrepentirme. Nunca quiero que llegue el día en el que me arrepienta de no haber vivido la maternidad a tope.

El poder de nuestras palabras. No somos conscientes muchas veces de lo importante que son nuestras palabras para nuestros pequeños. Aquí una situación vivida con mi hijo. Emotivo.

Dormir con tu hijo es bueno ¡No lo dudes! Pues por si tienes dudas, aquí una entrada sobre el beneficio del colecho.



El Directorio Amor Maternal

18 diciembre 2010

Sus Ángeles de la Guarda (siempre tan ocupados)


Tengo una amiga Sofía (si eres tú Espon... ¿qué otra Sofía podría ser???) que en más de una vez mientras intercambiamos nuestras experiencias ha comentado cuanto trabajo tienen los Ángeles de la guarda de nuestros pequeños.

¿Qué quién son esos Ángeles? quizás seáis algo más escépticos de lo que soy yo. En mi blog me gusta fundamentar lo que escribo, ya sea con experiencias vitales o con documentos, estudios o entrevistas publicadas. Pero hoy quiero ir un paso más allá de todo eso y hablar sobre algo que aunque en realidad no puedo comprobar, creo firmemente.

Pienso que los Ángeles de la guarda son aquellos que ya no están pero que hubieran amado a nuestros hijos tanto  que su energía, lo que queda de ellos en nuestro planeta o vive en el más allá, les protege de los males y en todas esas experiencias negativas, que por desgracia tendrán que vivir en el día a día.
Sé que este es un tema algo especial, que muchos de vosotros no creéreis en estas cosas. Pero otr@s much@s estaréis de acuerdo conmigo y os sentiréis identificados.

Ya os expliqué una vez mi experiencia traumática con mi hijo aquella vez que se montó en nuestro coche y se desplazó sin conductor. Otras veces las recuperaciones de mis hijos en situaciones difíciles han sido tan asombrosamente milagrosas que he sabido que su Ángel de la Guarda les acompañaba.

El Ángel de la Guarda es un aliado enorme para las mamás. Creo que merece una especial mención basada en el agradecimiento de las veces que nos ayuda  y por eso he querido redactar este post tan especial. Para darle las gracias por todas las veces que nos ha echado una mano en situaciones delicadas.

Quizás sea todo producto de mi imaginación e ignorancia. Puede que todo sea fruto de la casualidad y de los propios deseos que se convierten en una energía positiva curativa. Pero a mi me encanta la figura de nuestro Ángel de la guarda, me acompaña y me siento reconfortada con su figurada presencia.

¿Y vosotr@s creéis en vuestro Angel de la Guarda? espero que sea como sea no tenga que ayudar a vuestros pequeños demasiadas veces, aunque por desgracia en tantas situaciones hay que echar mano de él. Sea como sea, que la ayuda evite cualquier situación que pueda afectar a aquellos a los que tanto amamos: nuestros maravillos@s niñ@s.

15 diciembre 2010

El parto evoluciona el celebro de la mujer


Estamos acostumbrados a ver a diario casos de mujeres que son desplazadas de sus trabajos por quedarse embarazadas, que son evitadas en los puestos laborales por tener hijios a su cargo que atender.

Yo misma, ahora va a hacer tres años sufrí en mis propias carnes el hecho de ser despedida de mi puesto de trabajo el día después que anunciara el embarazo de mi hija menor. Es una situación muy difícil para la mujer que lo sufre. Sientes por un momento en tus propias carnes la discriminación por un hecho maravilloso del que por un momento te hacen sentir culpable.

Acabo de encontrar esta noticia mientras hojeo los últimos artículos de la prensa relacionados con la maternidad. En el titular nos cuentan como: "El cerebro de las madres crece tras dar a luz". Y dice así:

Ciertas regiones del sistema nervioso central de las mamás recientes crecen y se desarrollan poco tiempo después del nacimiento de sus bebés.


A dichas conclusiones llegó un estudio. Pilyoung Kim, del Instituto Nacional de Salud Mental (Estados Unidos), explicó que las áreas cerebrales beneficiadas son las relacionadas a la motivación y al comportamiento.


Las regiones más beneficiadas fueron las relacionadas a la motivación materna (hipotálamo), el procesamiento de la recompensa y la emoción (sustancia negra y amígdala), la integración sensorial (el lóbulo parietal) y el razonamiento y el juzgar (corteza prefrontal).


Y las madres que hablaron con más entusiasmo y alabanza de sus bebés tenían muchas más posibilidades de mostrar un desarrollo mayor en las áreas centrales del cerebro.


Kim cree que los cambios hormonales posteriores al nacimiento, como el aumento en el estrógeno, la oxitocina y la prolactina, ayudan a que el cerebro de las madres se remodele frente a la presencia del bebé.
Cómo se puede comprobar en este estudio las mamás que dan a luz son unas personas humanas altamente cualificadas en lo que a inteligencia y desarrollo cerebral se refiere. Ni son más descuidadas, ni menos preparadas ante la vida que cualquier otro ser humano que quiera trabajar. Son personas que desarrollan muchos aspectos de la vida de una forma eficiente y mostrando una capacidad de esfuerzo y dedicación admirable.

Es más, según este estudio tienen el cerebro más grande y unas aptitudes más desarrolladas. Ahí queda eso.

Así que no hay excusas. Por fin podremos decir las cosas como son, por su nombre. Estamos preparadas y en el caso que lo necesitemos, somos una de las mejores opciones para cualquier tarea que desarrollar en nuestras vidas. 

Es cierto que a mi modo de ver las cosas no hay nada comparable con la satisfacción que nos dan nuestros hijos cuando tanto nos necesitan en sus primeros años de vida. Pero que estar con nuestros pequeños sea siempre una decisión nuestra, no una imposición discriminatoria de nuestras sociedad por ser madres.


Vía| diarioportal.com

14 diciembre 2010

¿Y si no tomaran teta?


Pues sí. Es una afirmación que he oído muchas veces a lo largo de mi maternidad. Sobretodo cuando la mamá en cuestión ha decidido que lo mejor para su pequeñ@ es tomar biberón. ¿O no os suenan conversaciones como está?

Pepita: - Aiss, yo a mi niña cuando nazca le voy a dar la teta, y mejor mucho tiempo, porque sabes "dicen que la teta es la mejor medicina".

Rosaura: - Ahh! pues yo a mi Tomasito le daba teta y también se ponía malito... tanto que cuando nació su hermano Ginés le dí el biberón desde el primer día... y ese, ese ni un triste constipado.

Como podéis comprobar la conversación está hecha en un tono de broma :) bastante notorio. Pero os aseguro que conversaciones como esta las he escuchado muchísimas veces.

Y es cierto. Hay bebés y niños totalmente diferentes. Niños que son alimentado con lactancia materna exclusiva y a pesar de ello sufren de virus y fiebres y enferman.

Pero ¿alguién se ha preguntado cómo estarían estos niños si no la tomaran? ¿acaso no les costaría superar mucho más las enfermedades? mi respuesta es que sí.

La lactancia materna no solamente previene de enfermar a los pequeños, si no que les ayuda a superar los malos momentos de salud, por eso es tan importante.

Decimos que no podemos dar teta porque tenemos que ir a trabajar y nuestros hijos tienen que ir a la guardería pero tenemos que saber que en esos casos está más indicado que en ningún otro. Solamente tenemos que disponer de la información y ayuda suficiente para conseguirlo.

Y es cierto que habrá niños de biberón que no enfermarán a pesar de ello. Pero lo más probable es que si lo hacen su recuperación sea más lenta que si toman leche materna.

En el caso de escuchar este tipo de conversaciones de nuevo creo que responderé: ´"Es cierto, Pepito ha enfermado tomando teta, pero se ha recuperado muy rápido ¿y si no la hubiera tomado?"

12 diciembre 2010

Quiereme cuando menos lo merezca que será cuando...


Quiereme cuando menos lo merezca que será cuando...

... será cuando necesitaré unos brazos que me consuelen porque se me ha roto mi juguete preferido ¿no recuerdas lo que querías a tu muñeca de rizos rubios?

... será cuando me duele la tripita porque los cólicos no me dejan dormir, tú estarás cansada pero yo tendré un dolor que no responde a nada.

... será cuando después de un largo día fuera de casa cansado y agotado no me queden apenas fuerzas para poner la mesa a la hora de la cena provocando tu enfado.

... será cuando no me apetece ni lo más mínimo dar un beso a esa señora que no conozco de nada y se empeña en estampar sus morros en mi cara. ¿Acaso el cariño debe de ser forzado?

... será cuando descoloque las cosas de su sitio después de que las hayas terminado de colocar... simplemente quiero jugar: soy un niñ@.

... será cuando derramo un vaso lleno de agua en la mesa, no te olvides que el primer asustado por lo ocurrido he sido yo. Quiereme, no me grites. ¿Qué pensarías si tu jefe te chillara porque tuviste un error en tu trabajo?

... será cuando traigo una nota de la escuela porque el maestro ha considerado que no me he portado bien. Todos en clase me miraban mientras me señalaban con el dedo. Ya he tenido mi consecuencia ¿no crees que es mejor que te explique lo sucedido?

... será cuando tengo miedo por la noche y me meto en tu cama, sé que no hay mucho sitio y que necesitas descansar, pero yo te necesito a mi lado, más que nunca.

... será cuando te he pegado un susto al cortarme con un jarrón que tiré al suelo por jugar a la pelota dentro de casa. Estoy asustado, lo he hecho mal, te necesito.

"Quiereme cuando menos lo merezca, que será cuando más lo necesite". Es una frase que nos sirve mucho a los padres y madres. En los momentos en que con razón o sin ella, estamos a punto de enfadarnos desmesuradamente. Antes de ello intenta empatizar con tu hijo. Quizás lo único que necesite en ese momento es hablar con nosotros, explicarnos las cosas y abrazarnos.

11 diciembre 2010

Tus siete años (mis siete años)



Hoy es un día muy especial: mi hijo mayor cumple siete años. Siete años siendo mamá. Siete años aprendiendo de él, disfrutando de su alegría, de su energía, de su nobleza y de su amor. Siete años desde el primer día del resto de mi vida. De una nueva vida.

Siete años esperando tus despertares, soñando contigo. Siete años llenos de buenos momentos y alguna que otra preocupación por cositas "normales por la edad".

Siete años viviendo un sueño a tu lado. Entendiendo que gracias a tu presencia me marcharé de la vida habiendo vivido de verdad.

Gracias por elegirme para ser tu mamá. Gracias por las risas, por la paciencia, por parecerte tanto a mí. Incluso eso lo has hecho bien. Que más puedo decirte... feliz día hijo, sabes que los que te queremos haremos lo posible por hacerte feliz, no solo hoy que cumples siete maravillosos años. Intentaremos hacerte feliz hoy y el resto de tu vida.

TE QUIERO MI AMOR.

Y a todos vosotr@s os envío las mejores vibraciones en este día tan especial en forma de preciosa canción de Sergio Denis: Gigante Chiquitito.

Amigo, querido...

Gigante, chiquito...

Cuánto amor,

cómo te quiero hijo mío.

Mírame siempre a los ojos

que en tus ojos me miro.



Amigo, querido...

Travieso, bandido...

Yo soñé

y eras mi sueño hijo mio.



Ayudame...

A entender la vida,

a querer ser bueno,

ayudame...

A creerte siempre,

a escucharte siempre,

a entender...

Ayudame,

a pintar tu mundo

de un amor profundo,

ayudame,

a llenar la casa

de luz, de esperanza,

ayudame...



Amigo, querido,

tan tierno, tan mio,

tan felíz de que seamos amigos.

Llévame siempre en tu alma

que tu alma es mi abrigo...



Ayudame...

A entender la vida,

a querer ser bueno,

ayudame...

A creerte siempre,

a escucharte siempre,

a entender...

Ayudame,

a pintar tu mundo

de un amor profundo,

ayudame,

a llenar la casa

de luz, de esperanza,

ayudame...

10 diciembre 2010

Esperando a nuestro Ibón

Para amenizar la entrada al deseado fin de semana, no he podido resistirme a pedirle a mi querida y embarazadísima amiga Eva que me dejara colgar unas fotos geniales.

En casa de Eva están esperando con toda la ilusión del mundo al pequeño Ibón, el tercer pequeñín de la casa que va a colmar de felicidad, amor y alegría esa maravillosa familia a la que aprovecho el post para enviar un abrazo gigante.

En realidad, lo genial de las fotos es la historia que hay detrás. Ander de 7 años y Julen de 4 han decidido que la cunita de su esperado hermanito Ibón está demasiado vacía mientras llega el momento de recibirle en casa. Así que han aprovechado el hueco para que el increíble Hulk se eche una siesta... sin comentarios... a mi me han alegrado el día ¿y a vosotr@?


07 diciembre 2010

El problema no está en nuestros hijos, está en nuestros ojos

Lo primero que me gustaría antes de comenzar esta entrada es disculparme porque tengo algo abando el blog estos días. Ya os he explicado alguna vez que ser mami moderna en el siglo XXI no es fácil en lo que a juntar pedazos de tiempo se refiere y como además la inspiración por diversas circunstancias la tenía a niveles muy bajos, tampoco me ha estresado el no tener demasiado que contar.

Pero hoy, mientras saboreo el delicioso café de una maravillosa mañana de día puente-festivo, se me ha vuelto a encender la luz sobre algo tan asombrosamente evidente y enorme, que cuando lo queremos ver, dirigimos nuestra mirada al horizonte buscando respuestas y no nos damos cuenta que  la respuesta la  tenemos tan cerca de nuestras propias narices que es invisible para nuestros ojos.

Y es entonces cuando seguimos condenando, etiquetando y justificando lo que a nosotros nos parecen acciones fuera de lugar de nuestros hijos, mientras no entendemos que los únicos que debemos de tener algún problema somos nosotros mismos.
Mi reflexión, aunque es algo que tengo presente desde hace bastante tiempo, me ha resurgido estos días gracias a una mamá con la que compartí el otro día la sala de espera del ambulatorio mientras esperábamos para una prueba médica y quien me transmitió su malestar porque su hija "le había destrozado la vida".

Sé que suena muy fuerte. Yo al escuchar semejante afirmación entré en un proceso de asombro, compasión y de curiosidad. Qué podía llevar a una madre a decir algo así.

Para que entendáis todo un poquito más os explicaré que la prueba era para ver si teníamos una bacteria en nuestro estómago y así desvelar el origen de algunos dolores y molestias gastrointestinales que ambas padecemos.

La chica en cuestión me explicó que llevaba un año de pruebas, que andaba de médico en médico. Seguimos hablando y al momento sin demorar demasiado la conversación me explicó que estaba segura de que su hija de 4 años tenía la culpa de todos los males que andaba sufriendo. Desde que nació su vida era un tormento causado por el mal sueño, la poca apetencia y la hiperactividad de la niña.

En realidad que aquella mujer sufría, era evidente. Según me explicó llevaba años de peregrinaje entre médico y médico. Y no obtenía respuesta. Bueno sí: su niña, el centro de su sufrimiento.

Vivir con su pequeña desde que había nacido, para aquella mujer había sido como vivir una pesadilla. Porque la niña no la había dejado dormir por las noches, no comía nada, era impulsiva y contestona. Yo sin decir nada en el fondo de mi corazón me preguntaba que parte de aquel desasosiego era real y que parte era simplemente un fracaso ante las expectativas de una madre fustrada a causa de una sociedad en la que imperan la "calidad de vida del adulto".

Hacía pocos minutos que nos conocíamos y se atrevió a decirme que "solamente quien tiene un hijo que no duerme y no come sabe el sufrimiento que ello comporta". Yo no osé a contestar. No me ví con fuerzas de explicarle que con mi primer hijo cada comida era un momento de incertidumbre ante el plato y que mi pequeña de dos años y tres meses tiene como mínimo tres o cuatro despertares nocturnos.

Ví que aquella mujer tenía un problema evidente: un conflicto con su propia maternidad. Y me sentía muy, muy triste por aquella pequeña de 4 años que seguramente no debía de estar pasándolo nada bien escuchando lo "mala niña que era".

¿Que porqué os cuento todo esto? Como os he dicho en aquel momento no me atreví a contestar a aquella mujer. Estaba convencida de lo que me estaba explicando, triste, abatida... no me ví con fuerzas de contradecir sus convicciones sobre la maternidad.

Tengo dos hijos. Y son como la noche y el día. La verdad es que tengo mucha suerte porque aprendo cosas muy distintas de cada uno de ellos. Si uno duerme mucho, el otro duerme poco. Si uno come de más, el otro necesita mucho menos para comer. Si uno es alto, el otro es bajo y si uno ha padecido de la garganta, el otro está padeciendo de los bronquios... así podría hacer una lista larguísima. No acabaría nunca. Cada ser humano es maravilloso, distinto, único e inimitable con todo lo que eso significa y con una evolución distinta, característica y llena de matices.

El convivir con dos niños tan diferentes, me ha enseñado que no se puede etiquetar a un niñ@.

No podemos decidir como tienen que ser nuestros hijos (a nuestro antojo) y si hay algo que me ha hecho vivir la maternidad de una manera mucho más feliz, relajada y plena ha sido el entender que lo que yo creo que debe ser (porque la sociedad me lo ha marcado) la mayoría de las veces no se corresponde con lo que de verdad necesita ese niñ@ en concreto.

Si tu llenas un plato de comida hasta arriba y se lo das a tu hijo, está claro que no se lo acabará porque es demasiado.

Si tú te empeñas en que esa es la cantidad que debe comer y no se la ha comido, habrás fracasado en tu intento y te sentirás mal, te enfadarás, harás enfadar a tu hijo y todo terminará como el Rosario de la Aurora.


El niño se habrá comido la mitad. Lo que necesita. El comprender algo tan sencillo como que si un niño está sano come lo que necesita, con la sencilla pauta de ofrecerle una alimentación variada.  Esta herramienta nos librará de muchos malos ratos. Hoy en día si un niño está sano y tiene a su alcance alimentos de una índole variada no nos debería de preocupar en exceso que no coma lo que a nosotros nos parece que debe comer.

Lo mismo nos puede ocurrir con el sueño. Es que si antes de ser padres nos pensamos que nuestras noches van a ser plácidas, es muy difícil que eso ocurra. Es cierto que habrá algunos niños que dormirán como verdaderos osos en estado de hivernación, pero la gran mayoría tendrás despertares hasta los tres años o más.

Tampoco es algo que corresponda a la naturaleza humana que nuestros pequeños cachorros tengan que permanecer quietecitos sin saltar, jugar, gritar!!!! si eso es lo que tiene que hacer una gran parte de su tiempo un niño cuando está sano. No puede ser de otra forma. Si uno cambia el chip, si uno transforma el ponerse de los nervios cuando esto ocurre con entender que los niños gracias a que están sanos tienen esa actitud habrá ganado una gran batalla a la paz maternal, a la verdadera vivencia de la felicidad de ser padres.

Y es que es más fácil justificar nuestra fustración porque nuestros hij@s no cumplen con nuestras expectativas. Unas expectativas creadas a base de las mentiras que una sociedad adultocentrista nos ha metido en la cabeza durante años.

Entonces buscamos precipitadamente ayuda en libros adiestra niños que nos ayuden a dormir bien, en psicólogos para la hiperactividad o directamente en médicos para que les receten algo que les abra el apetito.

Por desgracia he oído testimonios de padres que "porque su bebé de 9 meses no dormía" han acudido al médico y les han recetado antihistamínico para que el bebé les dejara descansar y no porque el bebé tuviera alergia, si no porque el antihistamínico tiene efecto sedante. A mi esta actitud me parece de lo más imperdonable por los padres, pero sobretodo por el facultativo que receta un medicamento a un bebé que está completamente sano porque no sé quien ha escrito que un bebé de 9 meses deba dormir toda la noche.

Si la sociedad diera el valor que se merecen a nuestros pequeños, a las madres y en resumen a las familias nos evitaríamos muchas veces este tipo de fustraciones y de depresiones en los adultos o lo que es más importante: en unos niños y niñas que no eligieron nacer y que se merecen ser criados con todo el amor incondicional de unos padres felices.

24 noviembre 2010

El vínculo de las nanas



Hoy vengo a hablar de nanas. Lo cierto es que la mayoría de nanas que he escuchado dan algo de miedo :S la gran mayoría hablan de cocos, abandono y sus letras acercan más a la temerosidad de nuestros pequeños que a la conciliación del sueño. Lo cierto es que hoy con esta entrada no quiero hacer una tesis sobre nanas, historia de las mismas, análisis de las letras y popularidad de estas canciones. Hoy quiero hablar del vínculo que creamos con nuestros bebés al arrullarlos en nuestros brazos, pegaditos a nosotr@s y les cantamos dulces melodías (o no tan dulces dependiendo del tenor o soprano...). Eso sí todas ellas, las canciones cargadas de un amor incondicional y cariño espléndido que nos acerca y nos vincula un poquito más si aún cabe a nuestros hijos.

Ya he hablado alguna vez de que mi hijo mayor no tuvo el nacimiento más respetado, ni fue amamantado. Eso sí, criado con apego, cariño y amor incondicional os aseguro que lo fue un rato grande y lo sigue siendo a día de hoy.

Uno de los momentos más dulces que tengo de mi bebé, son aquellas veces en los que le ayudaba a conciliar el sueño abrazadito a mi, meciéndole, sintiendo su calor y cantando una melodía que aún hoy le recuerdo.

Anoche por ejemplo, a la hora de dormir me dijo al son que su hermanita que le cantara. Yo no soy ninguna soprano :) pero de muy buen agrado lo hice. No creo que me queden muchas oportunidades de que mi hombretón de casi siete años me pida estas cosas muchas veces más. Por eso me encanta sentir que aún le gusta escuchar como su mamá le canta. Se ha pasado tan rápido.

El cantarle, acunarle, abrazarle, sentirle cerca... me ayudó a transmitir todo ese amor que por otra parte no le podía transmitir amamantándole. No me importó quien me recomendara que no le hiciera dependiente de mis nanas, mis brazos y mis melodías nocturnas.

¿Porqué perdernos aquellos momentos que no volverán? si tenéis a quien mecer, no lo dudéis cantarle y susurrarle cosas bonitas para dormirles. Tranquilos eso no es "malacostumbrar" es simplemente dar amor, cariño, consuelo y una música que nos ayudará a establecer ese vínculo tan importante con nuestros hijos.

Por cierto, al tema de que la mayoría de nanas son muy tristes, lo arreglé quitándoles la letra. Simplemente tararear las bonitas melodías a los bebés ya les tranquiliza, mucho mejor que escuchar historias de bebés abandonados o asustados (eso nunca).

Yo para amenizar el día os dejo con Joan Manuel Serrat (que grande) y una nana de un gran autor Miguel Hernández. Una obra maestra, sin duda.

Que canten felices.

23 noviembre 2010

Volver a ser niñ@s y lo que de verdad importa

Sábado por la tarde. Salimos a hacer algo de compra en familia. El fin de semana está siendo casero, casero. El otoño comienza a notarse y sobretodo la humedad, por lo que no tenemos muchos planes más que los de estar juntos, que es lo que más  necesitamos después de una larga semana de trabajo.

En la puerta del supermercado hay un parque. Mientras pago en la caja, mi marido sale con los peques. No les importa que el tiempo no acompañe, ellos como siempre felices, saltando, con esa ilusión que les caracteriza.

Cuando me uno a ellos reparo en lo divertido que puede ser montarme en los cacharritos que han puesto. ¡ Son ideales! No se me ocurriría quitarle el sitio a otro niño, pero no hay demasiados peques por ocupar los cacharritos, así que ni corta ni perezosa paso un rato verdadermente genial con mis hijos dando vueltas en una especie de "aparato mareador" y saltando y brincando en una especie de "coche-muelle". Un momento dulce y especial, en la que por un instante me pregunto si hay unas risas más auténticas que las que nos echamos juntos en familia. (Además de lamentar que no hubiera todos estos cacharritos en los parques cuando yo era niña ;)

La verdad es que las personas que estaban a mi alrededor podrían pensar perfectamente que soy una loca chalada. Una mujer de casi 32 años subida en un aparatejo para niños dando vueltas y brincando en otro. Pero tengo que confesar que "me importa un bledo".  ¿Qué de malo hay? No estoy trabajando, ni en un acto que requiera un comportamiento especialmente aceptable para lo socialmente aceptado por los adultos. Estoy con mis niños, disfrutando el momento. Sin más.

Y sinceramente lo recomiendo. Una vez más. Recomiendo disfrutar del día a día con nuestros hijos. Porque ellos son una buena inversión para ser felices. Esta semana leía en el blog del reconocido científico Eduard Punset que hay padres que invierten más en el coche que en sus niños. No puedo estar más de acuerdo. Y no hablo de dinero, ni mucho menos. Hablo de tiempo, cariño, dedicación, paciencia, entrega, formación... se da por hecho que sabemos ser padres. Y es cierto, el instinto está ahí, pero la influencia de lo "éticamente social" nos hace sentir muchas veces perdidos. Tanto que nos dejamos llevar por ello. ¿Porqué no hacemos lo mismo que haríamos por cualquier otra cosa que nos interesara? Qué ocurre ¿qué cualquier hobbie o trabajo requiere un mayor esfuerzo o atención mayor que la que requieren nuestros hijos? ¿Os habéis parado a pensar cuánto tiempo le dedicamos al trabajo, bienestar físico, etc. y cuánto tiempo-dedicación a nuestros pequeños? dependerá del caso claro está. Pero en general en dicha estadística la infancia y familia no sale muy bien parada. Y si no ¿cúantas horas tiene el día? ¿y días la semana?

Porque si se trabajan 8 horas (más los traslados), dormimos 8 horas y pretendemos disponer de tiempo "para nosotros" porque es lo que debemos de hacer para "sentirnos bien" ¿con qué se quedan nuestros hijos? porque además está claro que no podemos mezclar niños, trabajo, aficiones, tareas domésticas...

Aunque a nivel personal creo que esta afirmación es totalmente falsa. Cuando uno se muestra comprometido en su tarea de ser padre y vive enamorado de sus hijos desea pasar el mayor tiempo posible con ellos. La solución es adaptar nuestras vidas en conjunto. Hacer todas las cosas que podamos unidos y compartir nuestro tiempo.

Aprovechar nuestras aficiones y demás momentos para conocernos un poquito más. Invertir nuestro cotizado bien que es el tiempo en criar, educar y vivir a nuestros pequeños. Sin renuncias. Sin sacrificios. Es más fácil de lo que creemos.

Invertir en nuestros hijos. Una buena apuesta. Sin duda. Y si hay que empezar a deshinibirnos en el parque, pues lo hacemos porque además de ser un poquito más felices, ellos también lo serán. Lo recomiendo de todo corazón.

Que vosotros también seáis felices.



21 noviembre 2010

Más de 100 razones para amamantar

Gracias a una compañera que ha querido compartir este documento en la red me he hecho una vez más eco de los beneficios de la lactancia materna tanto para la mamá, como para el bebé. Como habla por sí solo os dejo con él, un saludo y feliz domingo:

19 noviembre 2010

Mi experiencia en mi revisión con... la comadrona (sin estar embarazada)


Pues sí. Nunca había ido a hacerme la citología a la Seguridad Social sin estar embarazada como ahora e imaginaba que quien me visitaría sería un ginecolog@. Así que cuando la persona que me esperaba se presentó como matrona me quede un poquito extrañada.

Como ya os expliqué ayer estaba un poquitín expectante de qué tipo de ginecolog@ me iba a encontrar. Sobretodo por el tema de la lactancia.

La verdad es que me sorprendió gratamente que la matrona no opinara sobre el tema de mi lactancia prolongada, cuando se lo expliqué asintió sin más. Así que como véis en este caso mis miedos eran totalmente infundados.

Incluso le comenté el cambio de mis ciclos (más largos) y que estuviera sin regla hasta hace poco por la lactancia. Ella me confirmó que aunque la amenorrea sí es debido a las tomas nocturnas, los cambios menstruales se deben a volver a ser madres y no a la lactancia. (Ahí me mostró sus conocimientos sobre lactancia, puesto que Alba una IBLC maravillosa que me ha ayudado con mis dudas muchísimas veces me dijo esto mismo).

La visita me pareció de lo más interesante. Me explicó todo muy bien y tranquilamente. Hablamos de porqué las revisiones citológicas en la Seguridad Social se han espaciado cada tres años. Me comentó que tras muchísimos años de estudios se ha demostrado científicamente que si no se encuentran lesiones en las dos primeras revisiones (durante dos años seguidos)  efectuadas al inicio de nuestras visitas citológicas, el desarrollo de un cáncer de útero proveniente de complicaciones de un Virus del Papiloma Humano no da señales hasta pasado este tiempo. Que la evidencia científica si no se encuentra nada en una revisión da pie a creer que lo más beneficioso para la mujer es esperar este plazo (a no ser que nuestra salud de otro tipo de señales como desarreglos mentruales o dolor, algo que sí justificaría otra revisión).Aquí nos lo explican.

Lo que más me gusto es como me explicó lo que es ser matrona y porqué ahora van a ser ellas las encargadas de las revisiones "sexuales" de las mujeres jóvenes. Me explicó la figura de la matrona en la vida de las mujeres como alguien que ayuda, aconseja y evalúa la salud sexual de la mujer.

Que ellas están cualificadas para atender a la mujer en su vida reproductiva y saber detectar en cada momento si algo no funciona bien y así, si es necesario, acudir a un ginecólogo.

También me habló de los intereses de los centros sanitarios privados por hacer muchas pruebas innecesáreas totalmente para así ganar un dinero injustificado puesto que muchos de los procedimientos que realizan no valen para obtener diagnósticos preventivos.

También hablamos de que en un embarazo una comadrona es la mejor persona que puede acompañar a una madre durante las revisiones (justas y necesáreas si todo está bien) y durante el parto. Que en las clínicas privadas hay un número demasiado alto de cesáreas. Vamos una joya de mujer.

En definitiva. Salí de la consulta muy tranquila. Con una información que me aclaró mis dudas sobre si debo de realizarme citologías antes o después o de si es mejor que me visite un ginecólogo si estoy sana.

Para que conozcáis un poquito más la figura de las matronas os dejo un resumen aquí:

La profesión de matrona en España


La gineco-obstetricia, obstétrica o matronería es una especialidad enfermera dedicada al cuidado de la mujer desde el punto de vista de la reproducción, especialmente durante el embarazo, el parto y el puerperio, aunque también abarca otros diversos aspectos, como la sexualidad, la anticoncepción y la menopausia.

Formación

En España, un profesional de la enfermería especializado en ginecología y obstetricia debe poseer la diplomatura en enfermería y después su especialización a través del EIR, que consta de 100 preguntas tipo test y 10 de reserva, examen similar al MIR pero en este caso para enfermería. La especialidad dura dos años, en los que se reciben conocimientos teóricos y prácticos. Dentro de los conocimientos teóricos que se incluyen están: obstetricia, ginecología, pediatría, antropología, historia, psicología, estadística y epidemiología y, dependiendo de cada unidad docente, se incluyen otros módulos específicos. En muchas unidades docentes se termina el segundo año con un proyecto de investigación que abarca los dos años de especialidad, donde el alumno debe aplicar todos sus conocimientos adquiridos.



Según la Directiva 80/155/CEE del Consejo, de 21 de enero de 1980, sobre la coordinación de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas relativas al acceso a las actividades de matrona, en su artículo 4, los Estados miembros garantizarán que las matronas o asistentes obstétricos estarán facultados por lo menos para acceder a las actividades que a continuación se enumeran y para el ejercicio de las mismas:


1. Garantizar una buena información y aconsejar en materia de planificación familiar;

2. Comprobar el embarazo, y vigilarlo durante su curso normal, efectuando los reconocimientos necesarios para vigilar la evolución del embarazo normal;

3. Prescribir o aconsejar los reconocimientos necesarios para un diagnóstico lo más precoz posible de cualquier embarazo con riesgo;

4. Establecer un programa de preparación de los futuros padres para su papel de tales, garantizarles la preparación completa para el parto y aconsejarles en materia de higiene y alimentación;

5. Asistir a la parturienta durante el desarrollo del trabajo y vigilar el estado del feto in utero por los medios clínicos y técnicos apropiados;

6. Asistir el parto normal cuando se trate de una presentación de vértice, e incluso, si es necesario, la episiotomía y, en caso de urgencia, ayudar al parto en caso de presentación de nalgas;

7. Detectar en la madre o en el niño los signos indicadores de anomalías que precisen la intervención de un médico, y asistir a éste en caso de que intervenga;

8. Tomar las medidas de urgencia que sean necesarias en ausencia del médico, en particular la extracción manual de la placenta, seguida del reconocimiento uterino manual si fuera necesario;

9.Reconocer al recién nacido y ocuparse del cuidado del mismo; tomar todas las iniciativas que sean precisas en caso de necesidad y practicar, si llega el caso, la reanimación inmediata;

8. Asistir a la parturienta, vigilar el puerperio y dar todos los consejos útiles que permitan criar al recién nacido en las mejores condiciones posibles;

9. Prestar los cuidados prescritos por el médico;

10. Extender los informes escritos que sean necesarios.  

18 noviembre 2010

Revisión con el "Gine" ¿apoyarán mi lactancia prolongada?


De aquí a unas horas tengo una revisión algo tardía (la última citología me la hice hace dos años y medio o más...) en el ginecólogo.

Por desgracia a causa de muchos comentarios que otras mamis con lactancias prolongadas me han explicado demasiadas veces la visita en cuestión me resulta de gran expectación y no por el pronóstico de mi salud la cual estoy convencida que es buena.

Si no porque me temo que el ginecolog@ (voy por la S.S. no sé que me toca) cuando sepa que doy teta a mi hija de dos años y pico va a hacer algún comentario sobre ello. Y lo peor de todo es que me temo que no va a ser demasiado bueno. Ojalá me equivoque.

Por desgracia hoy día nuestro personal sanitario no está demasiado bien informado sobre la lactancia. Tengo una doctora de familia maravillosa, pero hay veces que cuando me va a recetar algo al oír lactancia me cambia de cara asustada y me intenta disuadir de que siga dando teta.

Yo ya le he explicado de la existencia de nuestra maravillosa página del hospital de Dénia que muchos conocéis e-lactancia.com, pero aún así le he visto decirle a una mamá de un bebé de tres meses que no tomara demasiados ibuprofenos para la espalda por un dolor muy fuerte hasta que no dejara de lactar a su bebé. Muy triste, sí.

En fin, espero equivocarme con lo que me encuentre en mi revisión ginecológica. Aún estoy a tiempo de imprimirme algún estudio sobre lactancia prolongada y llevárselo por si me "sale por peteneras". Por ejemplo este.

A la vuelta os cuento como fue. Más que nada por curiosidad ¿os parece? pues lo dicho. Hasta pronto y defended vuestras lactancias prolongadas, algo bueno para vosotras y vuestros bebés.

17 noviembre 2010

El poder de nuestras palabras


Hoy me gustaría una vez más explicar una lección que me mostró mi maestro más maravilloso el otro día cuando regresábamos a casa tras su último partido de fútbol.

Ya os comenté el otro día mi admiración por nuestros pequeños cuando comparten ese campo de juego y dan el máximo de lo que tienen. Y es que es algo que se palpa en el ambiente mientras los vemos jugar.

Nada más salir al campo mi pequeño se lesionó un dedo. Como podéis imaginar salí corriendo a ver que le ocurría y con otra mamí que me ayudó muchísimo aportando el botiquín de emergencia le curé ese dedito que se había raspado y le puse una tirita. Mi pequeño lloraba, a sus seis años camino de los siete aún necesita muchísimo el consuelo de mamá en estos casos. Pero enseguida quiso volver al campo con sus amiguitos.

Al rato mi pequeño se volvió a lesionar en la pierna. Volvía a sangrar. Es lo que tiene jugar en un campo con suelo de cemento. La verdad es que no sería mala idea escribir al ayuntamiento o a quien se ocupe de estos temas porque además el pavimento estaba en muy mal estado. Pero no es de eso de lo que quiero hablar en esta entrada. Si no de la reacción de mi niño. Después de volver a recibir consuelo y curas en su rodilla me dijo que quería seguir jugando.

A esas alturas del partido ya habían recibido cuatro goles en contra y aún no habían sido capaces de marcar ni uno. Al momento el árbitro terminó el partido.

Estábamos muy cansados. Sobretodo mi niño. Los partidos este año son los lunes y después de estar todo el día fuera de casa la verdad que es demoledor. Esta vez además veníamos desde la otra punta de la ciudad y andando. Bueno, mi pequeñina de dos añitos en su carrito. Pero nosotros caminando, por lo que mi hijo me comentaba su cansancio. Hay veces que me planteo si es necesario el que mi pequeño se pegue estos "palizones". Además ahora viene el invierno, hace frío y también su hermanita lo sufre. Por lo que alguna vez le he preguntado si de verdad quiere ir a jugar. Pero siempre es tajante en que quiere ir a jugar con sus amigos. Así que no se habla más.

Como os decía de vuelta a casa me explicaba que estaba cansado. Le costaba un poquito andar. No estaba nada triste por el partido. Estaba orgulloso de sus heridas de guerra y me preguntaba si tenía más tiritas en casa.
Yo le dije que sí. Que había visto como se había esforzado muchísimo en este partido. Que había tenido un comportamiento ejemplar para mí, que había mostrado una fuerza y resistencia en su trabajo aunque el resultado no hubiera acompañado. Pero que eso no importaba.

A lo que él con sus seis años camino de siete contestó: "Sí mama. Es que el papa me ha dicho que no me rinda nunca. Nunca".

Me quedé asombrada con mi niño. Su padre le había dicho que no se rindiera nunca. Y él lo había aplicado a su fútbol.

Cuando llegó mi marido aquella noche y le expliqué la jornada de los peques le dije: "Te tengo que contar una cosa y vas a quedarte helado. ¿Tú le has dicho al niño que no se rinda nunca?"

Él con una sonrisa me dijo que sí. Que casualmente el día anterior mientras jugaban a un videojuego de F1 (comparten pasiones) e iba perdiendo muy claramente nuestro hijo le preguntó: "Papa, ¿porqué no te rindes?, vas perdiendo mucho. Ya no vas a ganar. Te puedes rendir y ya está." A todo esto mi marido le contestó: "Hijo, nunca hay que rendirse. Se tiene que luchar hasta el final. No importa si ganar o perder. Nunca te rindas hijo. Lucha siempre".

Creo que a mi pequeño esas palabras no se le van a olvidar nunca. Para él su padre es muy importante. Puede parecer que a veces no le escuche o no esté presente cuando habla. Quizás algunos días se nos pueda olvidar la importancia de lo que decimos delante de nuestros hijos. Pero está claro que ellos nos tienen como ejemplo, como referencia en su vida y todo lo que les digamos y sobretodo lo que hagamos será tomado como guía en su propia vida.

No hay día en que no me sorprenda con algo que hacen o dicen mis hijos, mis maestros. A la vez me sirve para entender de lo verdaderamente importante en la vida. Es como un repaso que se le hace a los verdaderos valores. A lo importante. A las cosas más de verdad. A lo auténtico.

13 noviembre 2010

Dormir con tu hijo es bueno ¡No lo dudes!



Recopilando algún vídeo sobre el método Estivill durante el día de ayer para poner en mi nueva página de Facebook una vez más no pude dejar de sentir pena, tristeza, dolor y resignación al ver una de las escenas más dramáticas de toda mi vida.

Es un vídeo del método Estivill protagonizado por él y un pequeño grabado aquí en España y en el que a continuación se emite una grabación de una adaptación del método al estilo americano en el que una mamá sufre y un niño se siente abandonado.

El niño sufre, llora, gime, patalea y no entiende nada una hora entera. Es una verdadera tortura para él. En una sociedad en la que las leyes protegen a nuestros hijos en contra de los malos tratos no entiendo como no se defienden estas actitudes de los padres.

Advierto de que el vídeo daña considerablemente la sensibilidad, pero no creo que éticamente estuviera bien hablar de un vídeo sin compartirlo en el post, así que os lo dejo enlazado:



Lo que sobretodo me gustaría dejar claro en el post es un mensaje para aquellas mamás que dudan en si será malo para sus hijos dormir con ellos. Me gustaría gritarles desde aquí: "No tengáis miedo. Dormid con vuestros niñ@s. El colecho no solo no es malo sino que comporta una serie de beneficios para todos".



Algunos de sus beneficios son:

- Minimización del síndrome de muerte súbita.
- Sincronización de su respiración con la de la madre lo que facilita la
adquisición de las diferentes etapas de sueño y una vez adquiridas el tránsito de
unas a otras.
- Disminución del estrés y por lo tanto refuerzo de su sistema inmunológico.
- Regulación de la temperatura corporal del bebé.
- Aumento de la confianza en sus padres.
- Favorece el descanso de la madre que puede alimentar a su hijo mientras
duerme y a su vez el descanso del bebé que apenas se despierta al reclamar
alimento.
- Aumento de su autoestima.
- Para los papás el estrechamiento del vínculo con sus hijos, el sentirse mucho más felices, el saber lo que ocurre cada minuto de la noche de nuestros pequeños, el poder descansar.


Colechar es bueno para tod@s no lo dudes, ¡duerme con tu bebé!

12 noviembre 2010

Porque esto es posible gracias a ti



Hoy es un día especial: el papá de la casa cumple 34 y no quiero dejar la oportunidad de mandarle una felicitación especial desde mi rincón de la red: FELICIDADES CARI. Y gracias, por haberme regalado lo que nadie jamás me podría regalar. AHH! y por tener tanta paciencia... tan necesaria en nuestras circunstancias. Espero poder contribuir a que tengas un cumpleaños maravilloso. TQ.
Para celebrarlo y comenzar con buen pie este maravilloso fin de semana que se avecina os dejo un vídeo que encontré y me pareció de lo más emotivo. Espero que os guste.