Disculpad que estos últimos días (quizás semanas) tenga el blog (bueno los blogs ;-)) algo abandonados, pero llegamos a finales de junio con la gasolina, justa, justa... para que os voy a hablar de conciliaciones y de buscar tiempo con los hijos, si de eso imagino que sabéis un rato. Prefiero libraros de esa carga hoy, aquí en mi blog y compartir con vosotr@s un pequeño y sencillo poema que me apetecía escribir, no es ninguna obra de arte, pero como siempre está hecho con todo el cariño para el motor de donde saco las fuerzas cuando como hoy las mismas escasean. Feliz verano, conciliación y todo lo demás, aquí os la dejo.
"Dos luceros,
en sus ojos,
son estrellas.
Dos medias lunas blancas
en forma de sonrisa,
cuatro labios de fresa.
Veinte deditos
me anclan a la vida,
estos días de apatía.
Sonrisas, ruidos celestiales
canciones nuevas
llamadas de alegría.
Gracias por darme
motivos para vivir
cada día.
Gracias por enseñarme
la cara buena
de la vida.
Si no fuera por vosotros
al final
también creería.
Que en el mundo no hay
más que maldad,
egoísmo y avarícia.
No hay dinero
ni tiempo,
ni consuelo.
Parecido a
estos dos ángeles
que han bajado del cielo.
Que me hacen ver
lo negro blanco,
y lo malo mucho más bueno.
Mi terapia.
Mi medicina.
Mi alternativa.
Mi vida:
Unai y María."
Miriam H. Bravo
4 comentarios:
Precioso Miriam, ánimo cariño, que ya mismo llegan las vacaciones!!! Besos
Que poesia tan linda...
Un abrazo fuerte.
Lindoo!! Tus hijos te convierten en toda una artista. Me encanto tu poema.
Besitos.
Anny
Mi hijo único
Gracias chicas! la inspiración viene rápido con ese peazo de estampa que son mis niños! qué os voy a contar yo ;-)
Un abrazo!
Miriam
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