16 febrero 2011

Amarles respetando su evolución natural

Una de las cosas que me ha enseñado la maternidad durante este tiempo que llevo caminando en el sendero de mi aprendizaje maternal ha sido que con nuestros pequeños nosotros no marcamos los tiempos.

Son ellos, simplemente ellos los que marcan el camino de su autonomía y desarrollo evolutivo. Y es por ese motivo que entiendo como una verdadera falta de respeto el intentar pautar esta madurez consiguiendo que realicen aquello que "nosotros necesitamos que hagan" o "dejen de hacer" simplemente por nuestras propias necesidades sin pensar en lo que verdaderamente ellos necesitan.

Por desgracia hay veces que no tendremos más remedio que cambiar el destino que nuestros pequeños verdaderamente elegirían, no sin que ello nos cause un sentimiento de duelo y dolor.

Y tenemos derecho a mostrar al mundo esa tristeza y dolor. Tenemos derecho a mostrar nuestra debilidad y a sentirnos comprendidos. En una sociedad en la que los padres debemos ser fuertes a pesar de tantas veces hacer cosas que no entendemos en nuestro corazón.

No solamente no he olvidado los primeros días en que me separé de mi princesa, o de mi hijo al marchar a trabajar prematuramente, si no que hay decisiones a día de hoy que sigo tomando porque mis circunstancias me impiden atreverme a tomar otro tipo decisiones unilateralmente.

No me justifico. Ya he hablado alguna vez en que lo fácil es escudarnos en que "lo hacemos por su bien". Algo que para mí, no es para nada cierto. Lo hacemos, por nuestro bien. Por resarcir esas necesidades que la sociedad nos ha impuesto. Pero no por las verdaderas necesidades humanas, mamíferas y naturales de nuestros propios hijos. 

Y me queda claro y soy consciente de que las cosas siempre se pueden hacer algo mejor. No me cuesta reconocerlo, porque mi reconocimiento me ayuda a intentar mejorar, de eso que no quepa la menor duda. Nunca seré una madre perfecta. La perfección no existe. Pero siempre intentaré ser cada día una madre, mujer y una persona mejor que ayer.

Bien, no quería "irme por las ramas". Hoy vengo a hablar de lo fácil que son las cosas cuando respetamos el desarrollo de nuestros hijos, sin prisas, sin presiones, simplemente observando y esperando el momento adecuado e intentando guiarles sin más.

Ayer mi pequeña decidió no ponerse más el pañal. Mi niña tiene muy desarrollado el don de la asertividad, quizás gracias a esos tan complicados, como maravillosos dos años y medio que luce, es capaz de decir no y saber a lo que se refiere, de mostrar su negación y su decisión a dar ese paso por el que otros niños prematuramente pasan con algún que otro disgusto al no estar preparados.

Muchos de estos niños sufren por la retirada del pañal. Una retirada a la  que se añaden regañinas, amenazas, chantajes... y todo por querer hacerles madurar en algo que por mucho que nos empeñemos en acelerar llegará solo antes o después.
Otros muchos niños son sometidos a estos chantajes emocionales, aceleraciones innecesarias que se traducen en llantos y malestar. Obligándoles a dormir solos, a comer sin hambre, a ir en carrito en vez de en brazos o a andar porque son mayores para ir en carrito... a tantas y tantas manipulaciones son sometidos nuestros pequeñ@s porque necesitamos que hagan lo que nosotr@s quieran para cumplir con las normas sociales aunque no estén preparad@s.

Quizás si entendesiémos que la evolución de cada niñ@ es totalmente distinta, si supiésemos que cuando hablamos de que cada ser humano es especial y diferente del resto. Nos iría mucho mejor.

A nosotros. Pero lo más importante. A esos pequeñ@s que sufren las consecuencias de haber nacido en una loca sociedad que bajo ningún concepto tiene en cuenta sus verdaderas necesidades.

2 comentarios:

sandrina dijo...

Totalmente de acuerdo, cada cosa tiene su tiempo, y yo eso lo voy aprendiendo cada día sobre la marcha... tu pequeña no quiere pañal ya y lo decidió ella sola, enhorabuena, un gran logro. En cambio mi peque todavia lo lleva, y esperaré a que él ya no lo quiera, puesto que de otra manera me costará un trauma con él, y hoy me han aconsejado lo mismo que tu, que cada cosa tiene su tiempo y su evolución y cada niño es un mundo!! Gracias por estar siempre ahi, por tus consejos y por este maravilloso blog que me encanta leer cada día!! Besos

Carol dijo...

Estoy de acuerdo contigo.
Ninguna mamá somos perfectas, pero tratamos de hacerlo lo mejor que sabemos y podemos.
Cada niñ@ es un mundo, tiene su propio ritmo, y nosotros tenemos que respetarlo.