Que difícil es ser madre (e hijos) en este siglo XXI. Hace muchísimo tiempo que
llevo pensando que eso de la liberalización de la mujer es un verdadero timo. Quizás suene algo negativo, pero en una sociedad en la que no hacen más que ponernos "trabanquetas" tanto a mamás, papás como a
niñ@s no puedo pensar más que en que al final
ejercer nuestro derecho a la felicidad con los nuestros tiene un precio que no tendríamos que pagar.
Sí que es cierto, que la mujer
en sus ansias de revolución innata ha recorrido un largo camino en la historia. Que ha tenido enormes logros en una sociedad en la que poco menos siempre ha sido un cero al final de la izquierda. ¿Pero que precio tenemos que pagar mujeres del siglo XXI? ¿Dónde está el valor que se le da a lo que de verdad importa? ¿Qué se entiende por bienestar, por calidad de vida?
Llevo unos días en las que las noticias que llegan a mis ojos o a mis oídos me convencen que nuestro mérito como mujeres-mamás, hombres-papás y sobretodo
niñ@s-hijos tendría que tener un reconocimiento multiplicado por mil millones. Que ¿porqué? pues simplemente porque si a pesar de todos los obstáculos que encontramos en nuestro camino logramos tener una calidad familiar plena, responsable, consciente y provechosa no es por falta de voluntad, empeño y perseverancia.
Queréis saber
de qué obstáculos hablo ¿verdad? pues vamos allá.
*** El reloj biológico. La mayoría de nosotras no somos mamás cuando queremos, si no cuando podemos. Por desgracia factores como el trabajo, el hogar, la falta de tiempo nos condicionan a tener que esperar "el momento adecuado para ser madres".
Seamos realistas. La maternidad consciente y responsable trata de dar un bienestar social y económico a los
hij@s. Por mucho que deseemos ser mamás, demasiadas veces predominan a nuestros deseos factores totalmente distintos a este instinto. No somos mamás cuando queremos, si no cuando podemos.
*** El parto (aunque se percibe un lento cambio) está planificado como algo mecánico y que da preferencia a que los sanitarios realicen su trabajo cómodamente. La mujer ha sido tratada durante años con una exigencia y dureza impropia de los seres humanos a la hora de parir.
*** El post-parto. Hace unos días leía una noticia que me indignaba sobre Paulina Rubio. No estoy obsesionada con las celebrities que quede claro ;) pero es que no podemos obviar que nos guste o no, tienen una gran influencia en un parte de la sociedad.
En la noticia se hablaba de que a dos meses de dar a luz
parecía tener sobrepeso. ¿Pero que se han pensado? ¡si está en pleno puerperio! ¡Lo que no es normal es estar como un fideo en dos meses! y aunque habrá quien por naturaleza lo esté, no quiere decir que todas las mujeres como "norma" lo tengamos que estar.
Como tampoco tenemos que
"volver cuanto antes a nuestras vidas de antes". Pero es que no se dan cuenta que si hemos tenido hijos es "para que nos cambien la vida".
El puerperio, ese gran olvidado. Todo el mundo se piensa que una vez das a luz, ya está. Cuando si hay una afirmación bien cierta es que después de 9 meses gestando, deberíamos esperar otros 9 meses para que nuestro cuerpo volviera a su ser. Aunque yo pienso que incluso algo más.
*** La lactancia, no está considerada en la sociedad como lo que verdaderamente es: un derecho fundamental para madres e hijos.
Se nos dice que amamantemos, que es lo mejor para ambos, pero a la vez se nos dan unas pautas en los horarios, nos ofrecen una baja maternal irrisoria, unos horarios de trabajo difíciles.
O estás muy, pero que muy concienciada de que quieres dar todo el pecho del mundo o está claro que si llegas a los seis meses de lactancia será todo un éxito.
El biberón se ha convertido en un elemento de preferencia inmediata, cuando en realidad debería de haber ocupado siempre el título de "último recurso" como ocurre con las cesáreas "de primera elección", una demostración de que el hombre se toma la naturaleza humana muy a la ligera imponiendo sus normas sin importar de las consecuencias biológicas que todo ello puede causar a largo plazo.
*** La falta de apoyo a la crianza de nuestr@s hij@s. Horarios de trabajo imposibles, falta de ayuda personal de nuestro entorno y muy poca valoración de lo que significa educar y cuidar a nuestros
niñ@s.
Y no se dan cuenta que a la larga esos
pequeñ@s serán el futuro de nuestra sociedad, aquellos que tendrán que velar por nosotros.
Niñ@s que sufren la separación de sus padres resignados,
porque no hay alternativas a esta separación. Padres y madres que no tienen tiempo para atender a sus
hij@s.
Una sociedad enfocada por y para los adultos. En la cual los más
pequeñ@s y la crianza son los grandes olvidados.
Escuelas pensadas para "domesticar" y para rellenar todo ese tiempo que necesitamos para poder trabajar.
Y prefiero no continuar, porque con todo lo anterior expuesto me estoy sintiendo muy triste.
Pero quería dejar esta entrada como algo positivo.
Porque a pesar de nuestros embarazos hiper-manipulados, nuestros partos medicalizados, nuestras lactancias condenadas por las leches artificiales, nuestras bajas maternales de tres meses, nuestros horarios imposibles, nuestras guarderías, nuestras separaciones, nuestra falta de tiempo, nuestra sociedad adultocéntrica...
Porque a pesar de todo conseguimos ser las mejores madres y padres. Y lo más extraordinario, nuestros
hij@s ser unas maravillosas personas, gracias a todo el amor que conseguimos reunir, gracias a un esfuerzo que merece la pena y es compensado con creces. Gracias
ell@s y a
nosotr@s.
Pero me gustaría compartir un sueño, un objetivo a cumplir por
tod@s y es que algún día todo esto cambie y que todos esos impedimentos, se conviertan en alianzas a la crianza, a las mujeres y en definitiva a toda la humanidad.