23 septiembre 2010

Yo no quiero arrepentirme



Lo escribí hace unos días...

No quiero arrepentirme de no haber disfrutado de ellos como nos merecíamos. De no haber hecho todo lo posible por haber pasado todo mi tiempo disponible junto a ellos.


No me gustaría sentir que se me escaparon buenos momentos, que me perdí lo mejor de sus vidas, de mi vida... DE LAVIDA.

Los niños crecen, dicen que demasiado rápido. Y yo no lo discuto. Con un hombrecito en casa que va camino de los siete... una se pregunta como se nos pudieron pasar tan deprisa todos esos segundos, todos esos minutos.

Pero hoy, me digo a mi misma... que sí le disfruté. Y me siento orgullosa por ello, porque dicen que no se puede vivir de los recuerdos. Y quizás así sea. Pero los recuerdos nos hacen sentir que si hoy partimos hacia otra vida, la que dejamos aquí habrá merecido la pena.

Cada minuto de alegría, de compañía, incluso de momentos difíciles que paso con mis pequeños, me hace sentir que vivo, no solo que existo. Y eso como siempre digo: no tiene precio.

No quiero llegar, como tantas veces escucho, a tener cincuenta años, y tener que decir: "no disfruté de mis hijos, me perdí su infancia". No quiero esperar a tener nietos, para hacer de padre o madre. La vida solo se vive una vez y no se sabe hasta cuando. El mañana es hoy.

 Anoche me dormí entre dos ángeles. Hoy desperté junto a ellos y me dije: "No temas, haces bien. Tienes que pensar en tí y en ellos. El cariño no puede ser malo". Y aquí estoy disfrutando mientras recuerdo este sentimiento tan positivo y tierno que me dice que estoy aprovechando todo el tiempo de mis hijos.

 Lo demás, está de más.

22 septiembre 2010

Tus manos son para proteger



Una amiga ha querido compartir este video con algunas mamás y me ha parecido de lo más recomendable para mi blog y para a su vez compartirlo con todos vosotros.

No quiero hacer hoy una entrada muy larga puesto que lo que me gustaría conseguir junto con este video es un ratito de reflexión parental.

 Os pediré que cerréis los ojos, y recordéis a aquel bebé que por primera vez acogisteis en vuestras manos, entre vuestros brazos... esas manos que le acogieron para protegerle aquel día, que sigan protegiéndole el resto de su vida y que no sirvan más que para este cometido: PARA PROTEGER.

15 septiembre 2010

Nunca dudes de mi amor

"Hijo, sé que a veces se me llena la boca cuando hablo de mi parto deseado, de mi lactancia preciada. Tantas veces me refiero al día que tu naciste como un día difícil, agridulce, doloroso. Me refiero a aquellos primeros días como algo que no esperaba dentro de lo esperable.


Y es cierto. Es cierto que no fue como esperaba. Es cierto que asumo mi culpa... la de la inexperiencia, la de la conformidad y la de la precipitación y te pido perdón por un nacimiento que no te correspondía y una lactancia a biberón que quizás haya marcado tus primeros años. 


Pero también tienes que saber que no dejé a nadie suplirme en tu alimentación y cuidado,  porque necesitaba estar a tu lado como si te hubiera dado la teta, eso me salió de dentro y así quiero que lo entiendas.


Gracias, mi niño mi maestro. Dicen que el primer hijo es un experimento, a mi no me gusta llamarte esas cosas, pero sí que es cierto me guste o no, que así me padeciste hasta que aprendí, aunque ya sabes que a ser madre no se termina de aprender nunca. 


No dudes nunca que te quiero más que a nada en el mundo entero, que juro por Dios que si hay una cosa que verdaderamente me importa es que nacieras bien, sano, que cuando se curaron las heridas de lo insospechado comencé a tu lado una luna de miel con la vida y que eso es lo que me importa verdaderamente.


Hoy tu hermana no entiende el significado de tu vida, pero algún día juntos se lo explicaremos. Los hermanos no deberían jamás tener cuentas pendientes, el amor entre ellos debe ser puro, total, entregado... pero no está de más que sepa que gracias a su tete ella tuvo un nacimiento digno y una lactancia larga y feliz. 


Una vez más: gracias por hacerme mamá y perdona si me equivoqué."