22 diciembre 2009

Nuestras riquezas





Llega la Navidad ¿no os habéis dado cuenta? ;-) Todos corremos a las calles a comprar, comprar y seguir comprando.  Gastamos en lotería, en ropa para las fiestas, en juguetes, regalos, comida y toda clase de adornos y utensilios que quizás solamente usemos varias veces en nuestras vidas.


Y por supuesto que no voy a juzgar todo esto, faltaría más.  Yo formo parte de este manufacturado engranaje del que se compone esta sociedad de consumo tan bien estructurada.  No soy de aquellas personas de las que se pasan las fiestas navideñas despotricando contra el codiciado espiriritu navideño, los Reyes Magos de Oriente y los villancicos del vecino.


Pero que me guste (o no me guste) la Navidad no significa que no me de cuenta de que sobretodo en estas fechas no se sienta más rico el que más dinero tiene, ni más desdichado el pobre o con menos bienes gananciales.


Porque como dice un acertado anuncio de publicidad, hay cosas que no tienen precio.


Yo me siento inmensamente rica todos los días y estos días de Navidad, sin tener los regalos más caros, ni las fiestas más lujosas, ni tratamientos de belleza con oro, chocolate o algas para lucir guapa me siento mucho más.


Porque las cosas materiales, nos hacen felices un día a lo sumo una temporada, pero yo me siento rica todos los días del año.


Y como no podía ser de otra manera ¿sabéis gracias a qué?


No tendré los regalos que más euros cuesten, pero tendré unos dibujos hechos con las manos más tiernas del planeta, para mi de un valor mucho más alto que los del museo de la baronesa Thyssen.


En mis fiestas no habrá caviar, ni vestidos largos, ni música de ambiente... pero sí tendremos juegos, alegría, gritos, canciones y emoción.


No iré a darme masajes, ni a la peluquería, ni llevaré ropa de marca o cara.  Pero lo que no sabéis es que no me hará falta porque para dos personitas yo seré la más guapa de toda la fiesta.


Como no me iba a sentir una persona rica y afortunada en Navidad y todo el resto del año.  Y es que me parece bien que queramos conservar un sentido especial a las fiestas.  Pero estad seguros que no os engaño cuando os digo que para mi la Navidad empieza todos los días del año a las 8 de la mañana y se queda en "Stand by" solamente unas horas por la noche.


Feliz Navidad.

11 diciembre 2009

Yo te esperaba

... Y te encontré porque hoy hace justamente 6 años empezó el primer día del resto de mi vida.  Porque yo pensaba que vivía... pero lo pensaba solamente, hoy vivo de verdad, a tu lado mi querido hijo.

Porque aunque tu nacimiento no fue como esperábamos ninguno de los dos por lo accidentado,  significó un antes y un después en mi, me hizo mejor persona y me sirvió para entender qué era VIVIR.

Felicidades mi amor, que tengas un feliz día, aquí estaremos para acompañarte como siempre y disfrutar de esa felicidad que desprende tu imagen y que nos contagias a todos los que te amamos.

Como pequeño homenaje a el príncipe de mi vida aquí dejo para todos vosotros una canción maravillosa de Alejandra Guzmán que habla de lo que sentí mientras esperaba a ese niño tan especial que me ha inundado la vida con su alegría.

Gracias mi niño.



Yo te esperaba

y veia mi cuerpo crecer
mientras buscaba
el nombre que te dí
en el espejo
fue la luna llena y de perfil
contigo dentro , jamás fui tan feliz.


Moria por sentir
tus piernecitas frágiles
pateando la obscuridad
de mi vientre maduro.


Soñar no cuesta no
y con los ojos húmedos
te veia tan alto es más
en la cima del mundo.


Yo te esperaba
Imaginando a ciegas el color
de tu mirada y el timbre de tu voz.
Muerta de miedo
le rogaba al cielo que te deje
llegar lejos , mucho más que yo.

Yo te esperaba
y pintaba sobre las paredes
de tu cuarto , cuentos en color
restaba sin parar , días al calendario
solo tú me podrías curar
el modo de escenario.


El mundo es como es
y no puedo cambiartelo
pero siempre te seguiré
para darte una mano.


Yo te esperaba
imaginando a ciegas el color
de tu mirada y el timbre de tu voz.
hoy que te tengo
pido al cielo que me deje verte llegar lejos
mucho más que yo.


Yo te esperaba
y en el espejo te miraba mientras
ya te amaba.

08 diciembre 2009

La primera que sea la última

Aunque normalmente sabéis que mi blog está dedicado a los niños, hoy quiero dedicar esta canción que me acabo de encontrar casualmente en la red y que me parece acertadísima con este tema de la violencia doméstica,  a todas esas mujeres que sufren o han sufrido malos tratos alguna vez en su vida.  Porque ante el maltrato a las mujeres la tolerancia debe ser CERO.  Porque ya está bien de escuchar a diario en las noticias, de leer en la prensa y de conocer a mujeres que sufren porque tienen a su bestia dentro de casa. Que la primera bofetada, sea la última.

Una caja llena de besos



Llega la Navidad y con ella además de muy buenos propósitos por parte de todos, también llega una oleada de regalos, productos de la época, compras... en fin se puede resumir en un materialismo que evidentemente se palpa enseguida.

Nosotros en estas fechas estamos encantados con que los Reyes Magos y Papá Noel llenen de regalos a nuestros pequeños, porque a ellos les encanta y a nosotros también verles felices.

Pero hoy quiero traer una historia que encontré donde una pequeña sabe elegir el mejor regalo para su papá aunque él al principio no lo entienda.  Espero que entre todos podamos además de llenar de regalos materiales a nuestros hijos, sepamos transmitir la verdadera importancia de un verdadero regalo a los que más amamos.

Hace ya mucho tiempo, un hombre castigó a su pequeña hija de tres años por desperdiciar una envoltura de papel dorado
El dinero escaseaba en esos días, motivo por el cual estalló en una furia incontenible; cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad.


Más sin embargo, la niña le llevó el regalo a su padre a la mañana siguiente y le dijo:"Esto es para ti papito".


El se sintió avergonzado de su reacción de furia. Pero volvió a explotar cuando al abrir la caja, se dio cuenta que estaba vacía, le volvió a gritar diciendo: ¿Es que no sabes que cuando le das un regalo a alguien, debe tener algo dentro?


La pequeñita volteó hacia arriba y con lágrimas en los ojos contestó:


¡No papito, no esta vacía ya que yo soplé muchísimos besos dentro de la caja, todos para ti papi!


El padre se sintió morir, puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara.


Según se dice, ese hombre guardó la caja dorada por muchos años, cerca de su cama y siempre que se sentía derrumbado o deprimido, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.


En cierta forma, cada uno de los seres humanos ha recibido una caja dorada, llena de amor incondicional y besos de nuestros seres queridos: hijos, familia, amigos...


Nadie podría tener una propiedad más preciada que ésta. Todos nosotros la tenemos pero... ¿Nos damos cuenta?


Cada vez que estamos derrumbados o deprimidos... ¿extraemos de la caja ese regalo que nos recuerda el AMOR que nos dieron?


Autor: Desconocido

04 diciembre 2009

¿Nuestros hijos nos conocen?



Acabo de encontrar inspiración en una entrevista de nuestro admirado Carlos González en Bebés y más y esto me ha dado pie a escribir sobre si nuestros hijos nos conocen lo suficiente. Aquí os dejo la entrada de  Peques y más para ver que os parece.


Acabo de leer una fantástica entrevista en bebés y más que han realizado al pediatra Carlos González y aunque está enfocada casi en su totalidad a temas de crianza en los bebés hay una última pregunta relacionada con la conciliación familiar que me ha hecho plantearme si verdaderamente nuestros hijos nos conocen, saben lo que nos gusta hacer, en qué trabajamos, cómo es nuestro trabajo, nuestro día a día…

Para que entendáis de lo que estoy hablando, con el permiso de nuestros compañeros de bebes y más voy a copiar un poquito más abajo el extracto de la entrevista de Carlos González que me ha invitado a hacer esta reflexión sobre el conocimiento que tienen nuestros hijos sobre nosotros.

Para los que no conozcáis a Carlos González os puedo decir que es uno de los máximos exponentes en los países de habla hispana en métodos no conductivos, conocidos como crianza con apego. Ha escrito varios libros maravillosos que sin duda alguna os recomiendo, aunque para la edad con la que trabajamos en peques y más los más adecuados pueden ser los títulos “Mi niño no me come “ sobre alimentación infantil y el libro “Bésame mucho, como criar a tus hijos con amor” que para mi lo definiría como un libro clave sobre crianza.

El extracto de la entrevista es el siguiente y es la respuesta a la pregunta ¿Qué medidas ayudarían a mejorar verdaderamente la conciliación laboral?


“Conciliar la vida familiar y laboral quiere decir, debería querer decir, “hacer las dos cosas a la vez”. Como la madre africana que trabaja la tierra o vende en el mercado con su hijo a la espalda. Como nuestros bisabuelos, que ayudaban a sus padres en el campo o en el taller desde la infancia. Pero en nuestra sociedad hemos separado completamente la vida familiar y la laboral, no permitimos que los bebés ni los niños mayores entren en fábricas y oficinas. La guardería no es una medida de conciliación, sino la consecuencia de esa falta absoluta de conciliación: “deje el niño aquí antes de ir a trabajar”.

Hace siglos, un niño y acompañaba y ayudaba a sus padres en sus labores cotidianas, y probablemente aprendía y heredaba su oficio. Hoy no sabemos ni lo que hacen nuestros padres. Mi padre trabajó para pagarme la universidad, pero yo jamás pisé la oficina en que él trabajaba, jamás supe qué hacía él allí durante toda la mañana, jamás me dijo “hazme estas fotocopias, ve al archivo a buscar tales papeles…”, ni siquiera sé si donde él trabajaba había un archivo o una fotocopiadora.

Si queremos volver a conciliar trabajo y familia, deberemos cambiar completamente nuestro sistema productivo. Y si no, si optamos por seguir considerándolos inconciliables, pues tendremos que seguir eligiendo: o trabajas, o haces vida familiar.


De lo que personalmente extraigo un mensaje que me gustaría compartir con vosotros y es que entiendo que podamos pensar en lo difícil que sería plantearle a nuestro jefe tener que llevarnos a diario a nuestro hijo a la oficina, taller o almacén donde ejercemos nuestro trabajo. Imagino la cara de nuestro jefe quien por desgracia no entendería la necesidad que tenemos de compartir nuestro tiempo con nuestros hijos. Pero creo que muchas veces no hacemos lo suficiente por mostrar como somos a nuestros hijos.”

Y para ello propongo que empecemos a acercar a nuestros hijos un poquito más a aquello que los padres hacemos a diario, en lo que trabajamos, nuestras aficiones, ... porque aquí siempre hablamos de dar el primer paso para conocerles a ellos, pero también debemos dar el primer paso para hacernos conocer ante nuestros niños.

Hoy día a no ser que seamos autónomos es muy difícil tener a los hijos en el centro de trabajo, pero no está de más que nos pudieran visitar alguna vez mientras trabajamos o por lo menos enseñarles el lugar donde lo hacemos (si esto no va a suponer ningún problema laboral posterior, claro) y allí explicarles qué es lo a lo que se dedica su mamá o papá. En casa también podemos hablarles de ello, a mi me encanta enseñarle a mi hijo todas las entradas que voy haciendo en el blog y le explico que me encanta escribir y a veces cuando ve cosas que le parecen interesantes (normalmente dibujos animados) me comenta que que podría escribir sobre eso. Y a mi me encanta, me parece una muestra de interés hacia nuestra relación y es que el trabajo para hacer fuerte nuestra relación va a ser el querer conocernos cada día un poquito más.


Conozco a padres que se lamentan del poco tiempo que tienen para hacer deporte o ir al gimnasio cuando tienes hijos y mi consejo es que compartan ese tiempo de deporte también con los niños porque todos saldrán ganando. Tener hijos no es ninguna dificultad para practicar deporte, es tan sencillo como iniciar a los niños en algo tan beneficioso como es hacer ejercicio y además de empezar a crear un hábito muy saludable, estaremos afianzando unos lazos muy positivos en nuestra relación.

Y es que en los últimos tiempos siento como si los padres nos estemos volviendo un poco raros… ahora también han puesto guarderías en las entradas de los centros comerciales para que así los papás podamos hacer las compras tranquilos. Pero a ver, si no estamos con nuestros hijos el tiempo que están en el colegio, tampoco el tiempo de hacer deporte, el tiempo del trabajo y tampoco el tiempo de hacer las compras, entonces ¿alguien me puede decir cuándo vamos a estar con nuestros hijos? porque si hacemos las cuentas de las horas, minutos y segundos que pasamos con nuestros hijos, a mi no me salen las cuentas.

Espero que poco a poco los padres y madres empecemos a entender lo que significa tener hijos, que criar a un hijo en buenas condiciones emocionales no significa charlar una hora al día sobre como le ha ido “el cole”. Y es cierto que llevamos unas vidas muy ajetreadas, que trabajamos, que nos hemos buscado unas necesidades que no estaban en nuestra naturaleza… pero hago un llamamiento a integrar a nuestros hijos en nuestro trabajo, en nuestras costumbres, en nuestras tareas y necesidades. Integrar, eso es de lo que habla nuestro querido Carlos González, de integración de los hijos en nuestra vida. Porque debería de ser algo natural… es una pena que nos hayamos empeñado en ir en contra de lo esencialmente humano, porque durante siglos y siglos nuestros antepasados criaron muchos niños en la rebotica de un comercio.

Si os interesa saber todo lo que habla sobre crianza Carlos González en su entrevista de bebes y más no tenéis más que ir al enlace de más abajo.


Publicado originalmente en Peques y más
 
Entrevista completa de Carlos González en Bebés y más

30 noviembre 2009

Tener hijos no es una obligación


Amo a los niños.  Creo que es algo que se puede percibir desde estas líneas que voy escribiendo en mi blog, de lo que digo, de las palabras que dedico a mis dos estrellas y a todos los demás niños del mundo. Para mí los niños son la alegría de la vida y gracias a mis hijos creo que cada día soy mejor persona, porque me motivan a mirarme en un espejo muy especial que refleja la paciencia, la gratitud, la esperanza... y lo intento trabajar a diario para ser la madre que mis hijos se merecen.

No se si tendrá que ver con que siempre tuve claro que quise tener hijos aunque imagino que no porque también conocí a madres maravillosas que no lo tenían claro hasta que fue el preciso momento en sus vidas de procrear y a partir de ese momento sintieron que la vida tampoco tendría sentido para ellas sin hijos con quien compartirla.

Y es cierto que para una gran parte de mujeres del planeta tener un hijo es algo que deseamos con todas nuestras fuerzas y cuando llegan a nuestras vidas las llenan de alegría, paz y felicidad.  Pero la clave está en desearlo y tener en cuenta de lo que significa tener un hijo. De que los niños pueden pasar sin ropas de marca, juguetes caros y colegios elitistas.  Pero nunca podrán ser felices sin el amor de unos padres, sin su compañía y su atención.

Y aquí es cuando muchas veces me he dado cuenta de que hay padres que no tenían claro lo que era tener hijos hasta que los tuvieron y se encuentran perdidos y desmoralizados cuando creen perder la libertad que tenían con aquellos cachorros que no cesan de llorar para recibir las atenciones que ni más ni menos les pertenecen por derecho al aterrizar en este difícil mundo.

Veo padres que buscan la forma de "ahorrar" tiempo con sus hijos... cuando lo que realmente necesitarían para hacer felices a esos niños sería "ahorrar" tiempo de otras tareas... porque es fundamental para el desarrollo de estos pequeñines el pasar mucho, mucho tiempo con sus padres para crecer sanos emocionalmente y desarrollarse adecuadamente.

Me gustaría decir desde mi blog una verdad muy grande y es que tener hijos no es ninguna obligación. No tengas hijos por que es lo que toca, ni tampoco para ver lo que se siente y mucho menos por complacer a tu pareja. 

Ten hijos si lo deseas de corazón, si sabes que desde este preciso instante tú vas a dejar de ser lo primero en la vida para que ese pequeño con el que sueñas ocupe ese lugar.  Porque tener hijos es maravilloso siempre que uno esté convencido de que así lo es y no le importe anteponer absolutamente las prioridades de estos a las suyas propias.

Ser padre es tener claro que en la crianza de un hijo el bienestar del mismo es lo primero.  Porque si no es cuando caemos en falsas teorías de niños perfectos que tienen que dormir 12 horas seguidas de noche, comer 250 ml. de papilla y ir a la guardería de nueve de la mañana a cinco de la tarde sin rechistar. Y cuando nuestro hijo no corresponde a este modelo de niño acudimos a ciertos libros poco recomendables para los pequeños con contenidos que les harán derramar mil y una lágrimas para que nos dejen  continuar con nuestras apacibles vidas donde el ocio y el cuidado personal tienen que seguir ocupando unas prioridades que quitan horas de compañía con nuestros niños. 

 La paternidad y maternidad debe de realizarse conscientemente y decidir si tener o no tener hijos es una decisión muy importante que dará una u otra dirección al rumbo de nuestras vidas.

Porque todos tengamos hijos o no, seamos hijos de unos padres u otros, tenemos derecho a ser felices y a recibir todo el amor que necesitemos.

28 noviembre 2009

De como descubrí la crianza con apego (El desenlace)




Ni juntando todos los adjetivos más bellos del diccionario podría definir como me sentí el día que nació mi hija.  No hay dinero, ni joyas, no hay gratitud suficiente a aquella doctora que me ayudó a cumplir mi sueño de tener mi parto vaginal después de cesárea.


Hoy me queda aún el mágico recuerdo de lo vivido.  Un recuerdo que me acompañará para siempre, porque nunca olvidaré nuestro encuentro, cuando cogí a mi pequeña entre mis brazos y la puse en mi pecho tan calentita y comenzó a mamar, desnudita encima de mí, piel con piel.


Había llegado el día en que me sentí completa como mujer.  Había recuperado aquella parte de mi propia historia que me faltaba.
 La  historia que un día se quedó por el camino en un frío quirófano, como desgraciadamente se pierden a diario en tantos hospitales de nuestro país a causa de las prisas que en esto de los partos son tan malas consejeras.


 Después de leer y leer a tantas mujeres con sus testimonios de PVDC de las que soñaba imitar un día resultando la protagonista de mi propio cuento.  Ellas que tanto me habían ayudado, como también lo hicieron artículos, vídeos y libros de personas que demuestran el amor hacia los niños y sus madres fomentando el parto y nacimiento respetado y a todos ellos mujeres y grandes profesionales a los que desde mi rincón agradeceré eternamente.


Una vez nació mi princesa mis ansias de conocimiento sobre crianza aumentaron.  Había abierto las puertas de un mundo que aunque ya suponía por instinto, se mostraba virgen para mis conocimientos.  Tenía ante mí los nombres de todo aquello que durante años había tenido en mi mente y que ahora por fín podía colocar en mi cerebro como algo que poder en práctica sabiendo que además de instintivo, había los suficientes estudios practicados que indicaban lo saludable que era tanto para nosotros como para nuestros hijos.


Y aquí me encuentro como una mamá con muchas inquietudes y que intenta dar un pequeño paso cada día.  Una madre que se equivoca como la mejor, pero que en cada error intenta aprender para el siguiente.

Considero que lo más importante en este aprendizaje vital que realizamos al acompañar a nuestros hijos es sin duda alguna el amor que sentimos hacia ellos.Si no hay amor y cariño para nuestros hijos de poco servirán las lactancias prolongadas, ni los porteos, ni el colecho.

Tenemos que ser conscientes de que la gran inmensa mayoría de padres amamos a nuestros hijos innatamente, les queremos desde mucho antes de nacer y esto nos tiene que ayudar mucho a la hora de educarlos, respetarlos y acompañarles en la vida.


Que nuestros pequeños sepan que estamos ahí aún dejándoles su camino libre para que sean ellos quien puedan dar cada paso.  Si tropiezan que se encuentren una mano para levantarse, una mano que hallarán tendida todos los días de su vida.

25 noviembre 2009

Nos encanta "Toy Story Mania" para Wii

En casa nos encanta jugar a la Wii con nuestro niño y echar unas risas en familia y Unai a quien le "chiflan" las películas de Toy Story ya ha encargado a Papá Noel el nuevo juego ‘Toy Story Mania’ que  Disney Interactive Studios acaba de estrenar en 3D exclusivamente para la Wii.


Y es que desde que conocí Toy Story hace ya algunos años, no he podido dejar de sentir debilidad por Woody aquel muñequito desvalido que tenía que competir con las nuevas tecnologías que aparecen en la película representadas por Buzz Lightyear. Ahora gracias a la Wii podemos divertirnos un rato con los personajes de la película de la que además se va a estrenar una tercera parte el próximo año, y acompañar a los peques de la casa, algo que como sabéis siempre me encanta poder compartir con vosotros.  Para que veáis un poquitín el juego que tanto gusta a mi niño os dejo un pequeño vídeo a continuación y además podéis interactuar con vuestro ratón para probar suerte.





¿Os ha gustado? pues las aventuras no terminan aquí porque también os dejo el enlace de la página oficial donde os podéis descargar wallpapers, salvapantallas, colgantes para la puerta y dibujos para colorear temáticos de esta película para seguir compartiendo ratitos estupendos con vuestros hijos.


Además os dejo enlazada la tienda virtual por si os animáis a comprar el juego.  Nosotros ya lo tenemos encargado para que Papá Noel se lo traiga al peque... bueno... al  peque y a los papás ;-) 

22 noviembre 2009

De como descubrí la crianza con apego (II)



Ahora, desde la distancia, una se da cuenta de que mágicamente todo lo que tenía en su mente cuadra como si de un reloj suizo se tratara.  Mi hijo creció rodeado de amor, de paciencia, de tiempos de espera a su madurez... creció sin prisas, sin presiones... como os conté en la entrada anterior yo no tenía ni idea de crianza con apego.  Pero mi instinto me decía que antes de embarcarme en el siguiente viaje hacia otra maternidad, debía esperar a que mi hijo no me necesitase tanto. 

Y así sucedió.  Casi que coincidiendo con el cuarto cumpleaños de mi hijo mayor, recibimos la noticia de que otra pequeña vida venía de camino.  Para mí aquel momento no puedo más que describirlo como el del comienzo de una revolución interior como mujer.  Si hay algo que debo agradecer a mi hija además de todo el cariño que nos da cada día, es que gracias a esta segunda oportunidad que me ha dado la vida de ser madre he podido quitarme una espina demasiado pesada de mi interior. Imagino que algunos pensaréis que puede sonar un tanto egoísta y me gustaría dejar claro que la finalidad de tener otro hijo jamás estuvo ligado a este hecho de resarcir mis posibles traumas maternales.  Mi pequeña María está aquí simplemente porque deseábamos tener otro pequeño al que querer.  Sin más.  Pero también mentiría si no digo que gracias a ella he curado cualquier herida maternal, porque así ha sido.

Durante mi segundo embarazo me sentía muy feliz.  Aproveché muchísimo el tiempo que nos quedaba a Unai y a mí como madre e hijo en exclusiva, pero hablábamos mucho sobre su hermanita que venía de camino. 

Como cualquier mami embarazada tenía muchas dudas, miedos e inseguridades.  Pero esta vez me empecé a informar sobre como quería que transcurriera el parto y la lactancia.  Leí, leí y leí. Buscaba sobre partos vaginales después de cesárea y sobre como dar el pecho.  Y así me topé con la web de Crianza Natural, con la lista de apoyo cesáreas y con páginas relacionadas con el parto y la crianza respetuosa.  Estaba llena de optimismo y de ilusión.

Recuerdo que desde hacía mucho tiempo había visto a mamás con un trapo colgado y a sus bebés dentro.  Así que volví a buscar en internet y me encontré con la sorpresa que el camino me volvía a indicar a páginas como Crianza Natural. ¿Era esto verdaderamente una casualidad? yo siempre había querido llevar colgado a mi niño... pero una vez más había pecado de ingenua y aunque me dejaron en su día una "colgona" no me gustó nada la experiencia.  Pero esta vez era diferente. Me informé sobre portabebés y mi hermana me regaló una bandolera preciosa de Crianza natural.

Y el embarazo transcurrió rápido.  Incluso estubo a punto de ir un tanto acelarado cuando por una amenaza de parto prematuro casi se nos complica el desenlace soñado.  Pero mi pequeña supo esperar y así llegamos al momento más esperado durante toda mi vida: mi PVDC.

Continuará.

21 noviembre 2009

De como descubrí la crianza con apego (I)


Hace días que me planteo contar en el blog el pequeño camino que he recorrido hasta llegar a entender que en temas de crianza de nuestros hijos hay mucho más allá de Estivill, Supernanny y compañía. Es un tema muy importante para todas aquellas madres que  aún teniendo un sentimiento de tristeza al tener que cumplir todos aquellos preceptos que la ley de estos "Dioses de la crianza" establecen, sienten que una parte muy importante de su instinto maternal se pierde en esa dirección.

Cuando nació mi primer hijo (como alguna vez he explicado) ni el parto, ni la lactancia fue como yo había soñado.  Ahora no es el momento de analizar el porqué, quizás me dé para hacer otra entrada algún día.  El caso es que me negué en rotundo a compartir mi lactancia artificial con nadie.  Nadie podía darle un biberón a mi hijo.  Si no podía darle el pecho, por lo menos sería yo quién dedicara todos sus minutos del día que fueran necesarios a alimentarlo de esta manera.  En ese momento me miraban todos con cara de no entender a una loca que quería seguir un instinto de madre que aún sin lactancia natural seguía patente.


Después el tema del sueño.  Todo el mundo complicándome la vida con consejos del tipo: los niños tienen que dormir en su cuarto.  Pero ¿por qué? yo tampoco entendía aquello... yo seguía deseando pasar todas las horas con mi hijo y no iba a pasar por aquella estupidez.  El niño se quedó en mi cuarto... pero eso sí... "era malo que durmiese en nuestra cama...", ahora comprendo que aún había algo de la sociedad que no me permitió ser libre completamente.


En aquel momento no conocía Crianza Natural, no sabía qué era la crianza con apego, ni que se podía relactar. Nadie me había comentado que no pasaba nada por dormir con nuestros hijos ya que era algo bueno para establecer un vínculo de amor más grande con ellos.... aquella joven de 25 años recién cumplidos no sabía nada.  Pero si sabía todo lo que quería a aquella personita que acababa de llegar a su vidas. Sabía que se había perdido algo muy grande al desistir de darle pecho... sabía que hubiese sido insoportable haber estado todas esas noches lejos de él y dejarle llorar para que se acostumbrase a algo absurdo.


Aunque influenciada por el resto de la sociedad, había algo en mi interior que no iba a dejar de escuchar, una voz que me indicaba que el amor tenía que prevalecer sobre todas las demás cosas en la relación con mi pequeño.  Y no dejé de escuchar a esa voz y al ir tirando del hilo comencé a encontrarme con detalles, con palabras nuevas, con experiencias de otras mujeres revolucionarias, con ilusiones... y no pude dejar de fijar mi horizonte en ellas para no cometer los mismos errores otra vez. Pero eso lo dejamos para la próxima.


Continuará.

15 noviembre 2009

Con los derechos de los niños



En mi vida si hay algo que mueve el motor de mi mundo son sin duda alguna mis dos hijos y el amor que siento hacia ellos y que gracias a sus enseñanzas se traduce en una amor hacia todos los demás niños del mundo entero.

Los niños son la alegría, son la bondad, la valentía, la lealtad, el cariño, el humor, la dignidad, la pasión por hacer las cosas, la admiración, el honor, la amistad, las risas... la esencia de la vida.

Dejadles hablar y escuchad con atención, seguro que algo muy importante tienen que contarnos, algo que va a cambiar nuestras vidas para siempre.  Porque además son sabios y siempre dicen la verdad.

Ellos nos ayudarán a levantarnos si nos caemos, nos ofrecerán su mano sin rencor por si alguna vez les fallamos y nos dirán !adelante¡ solo por eso tendríamos que levantarnos cada mañana felices y dispuestos a ser mejores personas.  Ellos nos ayudarán en esa difícil tarea, estoy completamente segura de que va a ser así.

Dentro de unos días, el 20 de Noviembre se celebra el día de la infancia y aunque para mi todos los días son días de los niños he buscado algo bonito que colgar en mi blog para junto con estas palabras que no puedo dejar de dedicar constantemente a nuestros pequeños se conviertan en un pequeño homenaje.

Espero que os guste.


09 noviembre 2009

La belleza está en el corazón

A día de hoy tengo muy claro que valores quiero transmitir a mis hijos. Quizás el más importante de entre todos ellos se encuentre el respeto.  El respeto hacia si mismos y el respeto hacia los demás.  Aprender a quererse y a aceptarse como son, con sus defectos y sus virtudes y también realizar la misma tarea con los demás seres humanos. ¿Qué sencillo decirlo, no? es una tarea que a muchos nos llevará media vida.


Cuando quiero enfocar algo en referencia a la educación de mis hijos hago un ejercicio de reflexión haciendo uso de la memoria.  ¿Cómo hacer las cosas bien? A veces no somos conscientes de la importante herramienta que tenemos a nuestro alcance, se nos olvida que nosotros también fuimos niños.


Cuando yo era niña y en algún momento me sentía diferente por algún motivo recuerdo que me sentía triste. Y gracias a ello soy consciente de que en algún momento a mis hijos les puede pasar igual.  Sentirse tristes por creerse diferentes. 


Y alomejor no es cierto que sean diferentes,  pero ¿qué más da? el ejercicio que debemos de realizar nosotros com padres es el de ayudarles a quererse a respetarse y a creer en si mismos y en sus ilusiones para cumplirlas.  Y solo de esta manera sabrán que deben hacer lo mismo con sus semejantes.  Serán felices y llevarán una vida plena que se transmitirá a los demás.


Entonces no importarán si son más o menos guapos, listos, torpes o populares en el colegio. Sabrán que ellos valen por lo que son, no por lo que parecen.  Y finalmente lo que habrán aprendido para ellos lo aplicarán en sus relaciones con los demás, haciendo brillar los valores del respeto que tanto hacen valer a los seres humanos que consiguen esta capacidad de respetar.


La belleza, la integridad de una persona, la humildad, la bondad, la riqueza... está en el corazón de un ser.  Esa lección si se la enseñamos a nuestros hijos les ayudará a tener una vida plena aunque no se pueda garantizar que fácil, porque podemos encontrar en nuestro camino a personas que no miran en nuestra misma dirección y parece que han llegado al planeta tierra para poner piedras en el camino de los demás.

Pero si hemos trabajado con nuestros hijos el valor del respeto hacia sí mismos, lo tendrán mucho más fácil para saber saltar estos obstáculos y no dejar influenciarse por aquellos que quieran dañarles y desorientarles.

Si hay un film de Disney que habla sobre los valores de integridad de un ser humano, más allá de la apariencia física y lo bien visto es "La Bella y la Bestia".  La belleza es un don que solo unos pocos pueden ver más allá que un cuerpo bonito o una destreza excepcional.  La belleza es sinónimo de bondad, buenos sentimientos y corazón puro.  No tiene nada que ver con una sonrisa profident o una melena larga y rubia al viento.

Que nuestros hijos comiencen a quererse más allá del aspecto físico es también cosa nuestra, que no nos quepa la menor duda. Educarles siempre en el respeto hacia ellos mimos.  Este hecho se traducirá también en un respeto hacia sus semejantes.

Espero que os guste esta canción que a mi desde niña me tiene cautivada.



La Bella y la Bestia

Se oye una canción
que hace suspirar
y habla el corazón
de una sensación
grande como el mar

Algo entre los dos
cambia sin querer
nace una ilusión
tiemblan de emoción
bella y bestia son

Hoy igual que ayer
pero nunca igual
siempre al arriesgar
puedes acertar
tu elección final


Debes aprender
Dice la canción
que antes de juzgar
tienes que llegar
hasta el corazón


Debes aprender
dice la canción
que antes de juzgar
tienes que llegar
hasta el corazón

Cierto como el sol
cierto como el sol
que nos da calor
no hay mayor verdad
la belleza está
en el corazón


Nace una ilusión
tiemblan de emoción
bella y bestia son
bella y bestia son
bella y bestia son.

02 noviembre 2009

El mejor cumplido de mi vida



Ni las felicitaciones en la escuela por ser una alumna aplicada. Ni los comentarios a esa fantástica recuperación del estilismo post-parto.  Tampoco los reconocimientos (estos minoritarios) de algún jefe por el trabajo bien hecho.

 Creo que nunca antes me había sentido tan bien conmigo misma, reconocida y encantada de la vida como tras recibir un cumplido como lo hice hace unos días cuando una dependienta de un comercio de mi barrio me dijo tras comprobar asombrada como María a sus 14 mesecitos estaba mamando mientras una servidora realizaba la compra porteándola  en el mei-tai.

Nunca habíamos hablado, pero en aquellos minutos de intercambio de impresiones y tras ver como era capaz de cuidar de mi hijo mayor y mientras transportar a la peque haciendo la compra estuvimos charlando un ratito.

Le comenté las horas que pasábamos separadas todos los días y que me encantaba llevarla encima para después de ese dichoso tiempo poder recuperarlo juntas. También me dio tiempo a explicarle que tras el fracaso de mi primera lactancia  y parto por cesárea me había informado de como quería hacer las cosas esta vez y que gracias a ello había tenido un parto estupendo y una lactancia que me da mucha felicidad.

Entonces tras escucharme hablar me contestó: "Ojalá todas las mujeres hicieran todo lo que haces tú".

Y yo sentí que ningún cumplido, comentario voluntarioso o palabra bien intencionada nunca antes me había sonado tan a música celestial como aquella maravillosa frase.

Y le contesté con una gran sonrisa y un "gracias" que en realidad no eran merecedores de todo lo reconfortantes que me habían resultado sus palabras.

Porque después de ir llorando por las esquinas estos días por toda la incomprensión que tenemos que sorportar muchas mamis por querer llevar en brazos, amamantar y en definitiva AMAR a nuestros hijos, alguien había puesto un punto de esperanza e ilusión, de comprensión y admiración agradecida.

Solo me quedaría añadir que me quedé por contestar que las mamás que intentamos criar a nuestros hijos de esta forma tan sencillamente instintiva ya somos muchas, aunque por el bien de todos los niños espero que seamos muchísimas más.  Porque nunca seremos demasiadas.

29 octubre 2009

Los niños nos enseñan a ser felices



Los adultos nos pasamos buscando día tras día la felicidad a través del dinero, el reconocimiento de los demás y otros factores que carecen de lo que resulta esencialmente humano. Nunca nos paramos a pensar que la vida es lo inmediato y que pasado ese segundo ya no volverá a existir. Y en esa búsqueda de lo que creemos la felicidad, nos perdemos lo verdaderamente importante por el camino.


La infancia es una etapa en la que se valora lo realmente necesario para disfrutar de la vida en plenitud y felicidad. Se da un valor muy grande a las cosas verdaderamente importantes como son nuestros padres, hermanos, los amigos, el compartir juego y risas, la libertad, el ser fiel a uno mismo. Algo que según vamos creciendo va menguando a causa de todas las influencias que vamos recibiendo del exterior..

Cuando los niños no están influenciados por los estereotipos, etiquetas ni exigencias sociales, son capaces de fluir de tal manera que consiguen ser felices sin tener ni un euro, sin necesidad de ser reprobados y reconocidos por el resto de personas ni depender de nada que no sea su propia libertad para vivir.

Los niños carecen de prejuicios, no tienen discriminación dentro de su ser. Ellos son como un libro en blanco que solamente se escribirá a través de las experiencias que vayan recibiendo hasta llegar a ser mayores. Nosotros los adultos, deberíamos observar el comportamiento de estos maravillosos seres quien gracias a que aún no muestran signo alguno de corrupción en su forma de obrar, conservan la verdadera esencia de la bondad, generosidad, fortaleza y el único camino de la felicidad.

Por poner algunos ejemplos más tangibles a todas estas palabras puedo decir que en la enfermedad a ellos les pesa mucho menos que a los adultos. Si nosotros por cuatro estornudos, dos mocos y un poco de fiebre estamos para el arrastre, ellos si no baja de 38 y medio están dando saltos.

También lo demuestran ante la pobreza que desgraciadamente muchos acusan, la sonrisa no se borra de sus labios. Si algo me marcó en un viaje que hicimos a Centroamérica fue ver las inmensas sonrisas de aquellos niños que ni siquiera tenían calzado. Eran unas sonrisas inmensas y que transmitían vida.
Están los que son diferentes a los demás niños por causas físicas, psíquicas, culturales o simplemente de sexo. Ellos nos enseñan que si no se conoce la palabra discriminación no es necesario practicarla.

Y todos aquellos niños que se adaptan y se siguen adaptando a lo nuevo y desconocido. Los adultos nos acomodamos en un trabajo, en un lugar, en una posición y de ahí no nos sacan. Ellos que están en cambio constante con su propia persona ¿cómo no iban a adaptarse a cualquier situación por más nueva que sea?

Nuestros hijos y todos los demás niños son tan sabios que aún me quedarían muchas más asignaturas pendientes de las que nos podrían dar clases. Seguro que si les observásemos más de lo que lo hacemos y los imitáramos en su manera de hacer las cosas ganaríamos en calidad y plenitud de vida.

Porque la felicidad no es necesario buscarla muy lejos. No sabemos que la tenemos muy cerca. Tan cerca que solamente tenemos que agachar la cabeza y nos encontraremos dos luceros que llevan su nombre.

Publicado originalmente por Miriam en peques y más

27 octubre 2009

Una hora de tu tiempo


¿Cuánto dinero cuesta el cariño? ¿se puede comprar el amor incondicional? ¿podemos comprar a nuestros hijos con objetos materiales? ¿se sienten solos nuestros pequeños y nos extrañan? ¿Hacemos lo suficiente por compartir todo el tiempo posible con nuestros niños?

Encontré un cuento en la red que nos invita a reflexionar sobre todo lo que acabo de exponer y meditar si además de tiempo de calidad nuestros hijos necesitan también cantidad de tiempo.  Para llegar a conocer a nuestros hijos debemos pasar tiempo con ellos, no podemos limitarnos a llenarles de regalos o darles un beso de buenas noches.

Una hora de tu tiempo

Un hombre vino a casa tarde del trabajo, cansado e irritado, y encontró a su hijo de 5 años esperando en la puerta.

- ¿Papá, puedo hacerte una pregunta?

Sí, ¿cuál es?" contestó el hombre.

- ¿Papá, cuánto ganas en una hora?


Eso no es asunto tuyo. ¿Por qué preguntas eso? - Dijo el hombre enojado.


- Sólo quiero saberlo. Por favor dime, ¿cuánto ganas en una hora? repitió el pequeño.

Si quieres saberlo, en una hora gano 20 Euros.

- "Oh" - contestó el pequeño, cabizbajo. Volviendo a mirarlo, dijo

- ¿Papá, puedo pedirte prestadas 10 Euros?

El padre se puso furioso. Si la única razón por la que me has preguntado eso es para poder pedirme prestado dinero para comprar un juguete tonto o alguna otra cosa sin sentido, entonces vete directamente a tu cuarto y acuéstate. Piensa sobre por qué estás siendo tan egoísta.


Yo trabajo muy duro muchas horas todos los días, y no tengo tiempo para estas tonterías infantiles."

- El chico fue calladamente a su cuarto y cerró la puerta. El hombre se sentó y empezó a ponerse aun más enfadado pensando en la pregunta del muchacho.

¿Cómo se atreve a preguntar cosas así sólo para conseguir algún dinero?

Después de aproximadamente una hora o así, el hombre se había tranquilizado, y empezó a pensar que quizás había sido un poco duro con su hijo. Quizás había algo que realmente necesitara comprar con las 10 Euros y realmente no pedía dinero muy a menudo. El hombre fue a la puerta del cuarto del muchacho y abrió la puerta.

"¿Estás dormido, hijo?" - Preguntó.


- "No papá, estoy despierto," - contestó al muchacho.


"He estado pensando, quizá haya sido demasiado duro contigo antes," dijo el hombre, "Ha sido un día largo y he pagado mi agresividad contigo. Aquí están las 10 Euros. que me pediste."

- El pequeño se sentó y sonrió. "¡Oh, gracias papá!" gritó.

Entonces, buscando bajo su almohada sacó algunos billetes arrugados. El hombre, viendo que el muchacho ya tenía dinero, empezó a ponerse enfadado de nuevo.


El pequeño contó despacio su dinero, entonces miró a su padre.

¿Por qué pides más dinero si ya tienes? - refunfuñó el padre.

- Porque no tenía bastante, pero ahora sí, contestó.


- Papá, ahora ya tengo 20 Euros ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo?

- Por favor ven a casa temprano mañana. Me gustaría cenar contigo.


Autor: Desconocido

25 octubre 2009

El mejor regalos para todos los niños es la paz

PAZ, PAZ, PAZ, PAZ.  Es el mejor regalo que les podríamos dejar a nuestros hijos para el día de mañana.  PAZ en el mundo, que se acaben las guerras, que no haya lugar para la violencia, los malos tratos, los asesinos, violadores, extorsionadores.  Que no haya hueco para los gritos ni los insultos.  Que crecieran felices sin pensar en todas esas cosas que me hacen apagar la televisión cada día para sumergirme en mi propio mundo y olvidarme un poco de la realidad.


Y es que esta tarde de domingo, mientras estudio para mis clases de inglés me he encontrado en el camino con "Imagine" la canción que es hoy un símbolo de la paz mundial y que el magnífico Jhon Lennon compuso hace ya más de trenta y cinco años y con la que hoy os invito a reflexionar sobre el mañana que les queremos dejar a nuestros hijos.  Seguro que estais de mi parte cuando pensáis en un día de mañana en el que haya una fosa común donde todos lancen las armas, los insultos y los golpes.



Imagine




Imagine there's no heaven

It's easy if you try

No hell below us

Above us only sky

Imagine all the people

Living for today...

Imagine there's no countries

It isn't hard to do

Nothing to kill or die for

And no religion too

Imagine all the people

Living life in peace...



You may say I'm a dreamer

But I'm not the only one

I hope someday you'll join us

And the world will be as one



Imagine no possessions

I wonder if you can

No need for greed or hunger

A brotherhood of man

Imagine all the people

Sharing all the world...



You may say I'm a dreamer

But I'm not the only one

I hope someday you'll join us

And the world will live as one

23 octubre 2009

Renuncio a ser adulto




Demasiadas veces siento que los adultos hemos perdido el norte.  Estamos demasiados distraídos y preocupados por el dinero, el éxito social y temas secundarios a lo esencialmente humano que se nos olvida para que estamos en este mundo, que no es ni más ni menos que para simplemente VIVIR.

Nuestros hijos y todos los demás niños del mundo tienen mucho que enseñarnos en todo esto.  Ellos son tan fuertes y sabios que en los momentos más difíciles saben responder con energía, vitalidad y felicidad a todos los problemas que se les presentan. Nosotros los adultos, muchas veces nos escondemos debajo del ala. 

Por todo ello, lo tengo decidido... Renuncio a ser adulto. 


Renuncio a ser adulto

Con la presente, presento mi renuncia a ser adulto.


He decidido aceptar la responsabilidad de tener seis años nuevamente.

Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.

Quiero pensar que los dulces son mejor que el dinero, pues se pueden comer.

Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.

Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme cómo luce mi cabello.

Quiero regresar a mi casa, a una comida casera y que alguien corte mi carne.

Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble, y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.

Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.

Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple...

Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.

Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.

Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno.

Quiero pensar que todo es posible.

En algún lugar de mi juventud maduré y aprendí demasiado.
Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.

Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la muerte.

Aprendí de un mundo donde saben cómo matar y lo hacen.

¿Qué pasó con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota?

Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.

Cuando no necesitaba lentes para leer.

Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las pequeñas cosas una vez más.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.

Caminaría de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies y la caracola más bonita que pudiera encontrar sin preocuparme por la erosión y la contaminación.

Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando mi bicicleta hasta llegar al parque, sin la preocupación de que me secuestren.

No me preocupaba el tiempo, las deudas, o de dónde iba a sacar el dinero para arreglar el carro.

Sólo pensaría en qué iba a ser cuando grande, sin la preocupación de lograrlo o no.

Quiero vivir simple, nuevamente.

No quiero que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo sobrevivir unos días más al mes cuando ya no queda dinero en la chequera.

No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.

No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.

Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.

Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena...
¡Oh, siii! Quiero volver a mis seis años nuevamente... y ya está decidido.

Autor: desconocido.

22 octubre 2009

Ellos piensan que soy rara...





Pero para mi que los raros son ellos.  Siento si alguien se siente ofendido, dolido o dañado con esta entrada, pero necesito deshaogarme desde hace días y donde mejor podría hacerlo que aquí en mi querido blog.

El motivo de mi deshaogo como he comenzando en mi título, no es ni más ni menos que en las últimas semanas parece que el mundo que me rodea se ha puesto de acuerdo para hacerme sentir como una expecie distinta, próxima a la extinción.

Cada día voy a recoger a mi niña querida a la guardería y aunque no abren ni un segundo antes de la hora concretada, una servidora está en la puerta como una leona enjaulada que espera el momento de acercarse a sus cachorros.  Cuando abren, me hago paso entre los demás papás, sin incordiar pero adelantado posiciones como si fuera el mismísimo Messi  desmarcándome de los jugadores contrarios para llegar a mi meta.

La mejor meta, con el mejor premio.  Nunca había visto algo igual.  Esa carita que pone al reconocerme entre los cristales de la puerta.  Ese gesto de valor incalculable, donde me regaña por haberla dejado tantas horas, pero donde me muestra una alegría sobrehumana al reencontrarme.  Y entonces la abrazo y beso tantas veces como puedo, y entiendo que por fín puedo ser feliz ese día.

Salimos a un banco que hay en la entrada, y le doy su teta. Por nada del mundo quisiera que la olvidara en mi ausencia, aunque ya ha empezado a reclamarla con todas las letras. Y es entonces cuando tengo que escuchar comentarios, algunos buenos, otros irónicos y también sentir que estoy haciendo algo extraño.  Y me entristece sentir que lo más natural por todos los tiempos, en todos los mamíferos se convierta en algo difrerente, extravagante y rozando lo excéntrico. 

Cuando ha terminado, no tiene ningunas ganas de bajar de mis brazos ni yo de dejarla marchar. Tampoco quiero que llore al sentarla en el carro, después de tanto tiempo sin verla, no quiero un recibimiento con lágrimas. No quiero verla llorar.  Y entonces la bajo hacia casa atada a mi con nuestro mei tai, muy contenta porque ya estamos definitivamente juntas hasta el día siguiente.  Entonces, vuelvo a oír comentarios sobre los dolores de espalda que son propios de tanta carga, cuando la única carga que me duele es la emocional, al haberme resignado a este sistema que me impide cuidar de mi hija.

Me dicen, que la deje llorar en el carro, que no la coja. ¿Pero como no la voy a coger? !Si llevo todo el día soñando con hacerlo¡ si cuento las horas, los minutos, los segundos y no pienso en otra cosa. Y cuando llega el momento, solamente hago lo que me dicta mi corazón, mi instinto y no me importa lo que digan los demás. No me importa nada más.

Por todo ello y algunas cosas más -que por hoy no voy a volcar en mi blog ya que me extendería muchísimo- me siento rara. Aunque ya sé que no debería. Yo soy normal. Si hay alguien raro no soy yo, sino que es todo aquel que no extraña en la ausencia del mismo, el AMOR en mayúsculas que nos dan nuestros hijos.