27 diciembre 2010

La teta: la infinita culpable

Hace unas semanas, mi maravillosa hijita que hoy cumple 28 meses a nuestro lado, comenzó a mostrar mucho nerviosismo y malestar durante las noches. Llantos incesantes acompañados de gritos que hacían que ni ella ni el resto de la familia descansara.

La verdad es que fueron unos días angustiosos para tod@s. Tanto, que me comencé a preocupar mucho por la situación, ya que aunque comprendía que a los dos añitos los niños pueden tener despertares durante la noche, la forma "tan dolorosa" que experimentaba María al despertar me estaba haciendo dudar de si verdaderamente había un trasfondo distinto que su evolución natural.

En realidad, como siempre la primera sospechosa de todo no fue otra que la teta, porque la niña con lo único que se quedaba tranquila era con ella y a una servidora le entraron una vez más las dudas, las preguntas, el ¿lo estaré haciendo bien?, la tristeza de ver a su pequeña pasarlo mal.

Y es que claro, demasiadas veces tengo que oír de algunas personas "que la niña es muy mayor para la teta, que eso ya no es normal." Y la verdad, a pesar de que a base de información,más  información, experiencias, más experiencias y resultados, soy una defensora de la lactancia y todos sus beneficios, a esta aprendiz de mamá, también tantas veces le afusilan las dudas.

Así que me decidí ir al pediatra con mi pequeña. Le expliqué que la niña se ponía muy mal en sus despertares nocturnos y que estaba preocupada. El doctor la revisó los oídos, la garganta, el pechito, la tripita y todo parecía estar bien.

Por suerte, nuestro pediatra está en contra "del método Estivill"  y me dijo que como la pequeña pasa mucho tiempo separada de mí, quizás por las noches me necesite mucho más a su lado. Que hacía muy bien dándole tetita y durmiendo con ella. Gracias a esto, he podido cerrar muchas bocas :) que cuestionan que lo que hago sea malo para mi hija. No sería determinante la opinión de mi pediatra sobre la crianza de mi hija, pero me sirve para contestar tantas veces en las que hay quien se atreve a decir que no estoy haciendo bien. Es algo triste, pero cierto.

Estoy segura que si hubiera sido otro tipo de pediatra y yo no estuviera concienciada de lo que significa la crianza con apego, a  mi hija le hubieran recetado un adiestramiento a la hora de dormir y la finalización de su lactancia prolongada.

Algo totalmente innecesário ya que lo que le ocurría a mi hija se descubrió a los pocos días que comenzó a quejarse al orinar y tras manchar un poquito el pañal con algo de sangre, le detectaron una cistitis de caballo que debía de arrastrar desde hacía demasiado tiempo.

La verdad que detectar una cistitis en un bebé es algo difícil hasta que no da la cara totalmente como fue en nuestro caso. Pero estoy segura que si mi niña hubiera tomado biberón, nadie hubiera echado la culpa al biberón de lo que le ocurría a mi niña. Cosa si se hizo con el pecho cuando se cuestionó si el desasosiego de mi pequeña se debía a sus ganas de tomar teta constantemente. Debo decir que desde el segundo día de tratamiento con antibióticos mi hija ha vuelto a su estado normal a la hora de dormir, y aunque se despierta alguna vez está tranquilita.

Como podéis comprobar por desgracia el pecho tiene la culpa de muchos males...

Desde que nuestros pequeños nacen, la teta siempre es la culpable de todo o de mucho. A nadie se le ocurriría decir que el biberón es culpable de que un niño no duerma o no engorde. De decir que dar biberón es sacrificado o simplemente que el bebé no se queda satisfecho. En cambio la teta es...

Culpable de que nuestros hijos no engorden suficiente. A cuantos bebés no les dan la "ayudita". Cuantas mamás sufren porque si sus pequeños tomaran biberón "engordarían mucho más".

Mi niña tardó en recuperar el peso 19 días. Y en el segundo mes puso dos kilos. Solamente había que ser constantes.

Además la teta es la culpable de no saber "cuanta cantidad toman los bebés", claro es que el biberón es más práctico, porque sabemos lo que toman los niños... como diría "el principito", los adultos... esos que siempre tratan de ponerle números a todo... ;)

La teta: culpable de que los bebés no duerman. Y yo digo, que lo normal antropológicamente hablando es que los bebés se despierten para comprobar si sus papis siguen ahí, tomar alimento de su mamá, hidratarse, coger fuerzas para crecer mucho... bueno, en realidad no lo digo yo. Lo explica Carlos González en alguno de sus libros.

Otra cosa es que a los adultos nos vaya mucho mejor que nuestros hijos nazcan programados y no se despierten hasta que a nosotros no nos vaya bien. Claro, eso es mucho más cómodo. Por eso aunque "no es lo mejor para ellos" nos va estupendamente cuando los niños como no digieren igual de bien la leche de fórmula duermen más con el biberón.
También hay quien le echa la culpa de dar teta a engordar y a que se te caigan los pechos al suelo y que yo sepa lo de engordar tiene más bien que ver con lo que una ingiere ;).  En realidad dar pecho quema calorías, así que como mucho ayudará a adelgazar. Al menos si una come lo que debe.

De lo que se te descuelguen las tetas... en realidad eso tiene que ver más con los cambios bruscos de peso que con dar pecho en sí mismo. Es cierto que con la lactancia prolongada el pecho tiende a perder parte de su grasa, pero para nuestra tranquilidad decir que cuando pasa un tiempo después del destete esa grasa se recupera y el pecho se quedará igual que si no lo hubieras usado para algo tan maravilloso, bueno, y con un fin tan justificado como es alimentar a tu hij@ y darle el mejor consuelo. ¿Acaso aunque no quedara perfecto, no merecería la pena? ¿Estarán nuestros pechos mejor aprovechados?

La teta también dicen que hace a los niñ@s más dependientes y que les "vicia". Claro, no olvidemos que con dos años un bebé tiene que ser ya independiente. Tiene que comer solo, ir al baño, limpiarse el culete y ponerse los DVD'S de Disney mientras su madre se hace la manicura. Eso sí, cuando tenga 35 seguirá viviendo en casa de mamá, y ella le seguirá haciendo la colada y planchando sus camisas. Un, dos, tres, el mundo al revés.

Y de lo de que la teta es culpable de viciar. Yo creo que si todos los vicios fueran tan sanos, los médicos tendrían que hacer cola en el INEM.

Por desgracia, la teta es tan y tan culpable de todos los males, que podría extenderme mucho más. Pero no, terminaré con el último mal que recuerdo de la teta y que hoy día está muy de moda: La teta, esa culpable del sacrificio de las mamás.

Nada más lejos de la realidad. Sacrificio. ¿Qué es un sacrificio? para mí, un sacrificio, sería perder algo. Algo irreparable. Quitarme de algo que me gustara, hacer de mi vida algo peor.

Se dice que es un sacrificio porque hace que las muejeres seamos las encargadas de estar todo el día con el bebé a cuestas. Que los hombres no pueden colaborar igual.

Y a mi lo que me parece es que los hombres pueden hacer muchísimas cosas por cuidar a sus mujeres e hijos. Pueden ayudarlas para que ambos estén mejor. Pueden sostener a los bebés para que las mamis tengan esos ratitos de respiro que también son necesarios. Pueden hacer tareas en el hogar que resulten un alivio para sus compañeras.

La teta no tiene que ser ningún sacrificio. ¿Acaso no es un sacrificio tener que levantarse a media noche para preparar biberones, esterilizar, cargar con cacharros?eso es mucho más sacrificado ¿no? pero nadie lo cuestiona.

La lactancia tiene que ser algo bonito, algo que no resulte un sacrificio. Pero mientras la humanidad crea que dar pecho es una "elección" y no un derecho-necesidad de madres e hijos. Mientras que no lo entendamos como algo en lo que el resto de la familia (maridos sobretodo) deban colaborar. Mientras que nosotras mismas no nos quitemos esa sensación de culpabilidad de la teta constante que existe en todos los puntos anteriores que os he citado, las cosas no evolucionarán como tienen que evolucionar.

Espero que mi experiencia y mis reflexiones os hagan como a mí, quitar toda esa losa de culpa, que por desgracia la teta tiene encima y darle toda las bondades, inocencia y bienestar que representa la lactancia para nuestros pequeñ@s.

24 diciembre 2010

Loca... ¿y qué?



Sí. Así me siento una vez más. Loca. Loca de remate. Lo peor, que no veo el motivo. Dicen que es ese es el primer síntoma de la locura, el no reconocerlo. El problema, es que yo no le veo problema. Que mis afirmaciones están avaladas, por la OMS, por la AEPED y por lo que es más importante la historia de la humanidad y el instinto materno.

Me llaman loca por amamantar a mi hija de dos años y cuatro meses, me llaman loca por decir con la boca bien  grande "que mis hijos van por delante de mí" y que no me da miedo que cuando sean mayores me den la patada en el culo, porque en realidad "de eso se trata" de que se formen independientes. Me llaman loca por dormir con mis hijos porque se "malacostumbran". Me llaman loca por llevar a cuestas cuando quiere a mi hija de dos años (bueno, eso en realidad lo hacían más antes porque ya no quiere el portabebés). Me llaman loca por decir que la mano dura en los niños no sirve para nada, que la educación en nuestro país es un timo y que las escuelas matan la creatividad de nuestros pequeños. Me llaman loca cuando digo que para mi prevalece la sensabilidad de mis hijos, que ya les llegará el momento de enfrentarse con el mundo.  Me llaman loca cuando critico el Estivill y digo que tendría que estar prohibido. Me llaman loca cuando digo que los niños tienen que tener voz en las conversaciones de los adultos, cuando digo que su opinión siempre es importante, cuando simplemente grito a los cuatro vientos que un niño es una persona con todos los derechos. Me llaman loca cuando hablo de todos los beneficios para mí, y no hablo de sacrificios, porque en la maternidad solamente hay que cambiar el chip, para olvidarnos de lo que damos y centrarnos en las recompensas que no tienen valor calculable.

Me llaman LOCA. ¿Y qué? loca, pero feliz. ¿Y vosotr@s estáis loc@s?

23 diciembre 2010

Todo lo que quiero por Navidad... ya me llegó



Llego un poco tarde, pero nunca es tarde. Así que quería dejaros mi pequeñita felicitación Navideña. Espero que os guste. Para ello he querido dejar una canción de Mariah Carey "All I want for Christmas is you" (Todo lo que yo quiero por Navidad eres tú). Y si he elegido esta canción es por su significado.

 Más abajo os dejo la letra traducida por si como es mi caso tenéis problemas con el inglés ;) pero en resumen habla de que hay una persona a la que no le importa más que una presencia para poder celebrar su Navidad.

Estoy segura que como me ocurre a mí con dos personitas, a vosotr@s os pasa igual. Desde que nacieron mis hijos mi vida es como una permanente Navidad. Por mucho que las cosas se tuerzan, o tenga días malos siempre tengo un beso, una sonrisa, un gesto que me hará olvidar por un instante todo lo demás convirtiendo mi vida en algo dulce.

Espero que tengáis una MUY FELIZ NAVIDAD con vuestros pequeñ@s y que en vuestras fiestas no falte cariño y amor a raudales. Lo demás no es tan importante.

Os dejo la canción traducida, que merece la pena. Un abrazo y lo dicho.


Yo no quiero mucho para navidad.

Hay sola mente una cosa que nesesito no me

inportan los regalos, bajo del árbol de Navidad

solo te quiero para mi,

más de lo que tu alguna vez quisieras saber

¡haz mi deseo realidad!

todo lo que quiero para Navidad eres....

tú...!



No quiero mucho en Navidad

solamente hay una cosa que nesesito,

no me importan los regalos bajo del árbol de Navidad

no nesesito colgar mi calcetin sobre la chimenea,

Santa claus no me hará feliz con un jugete de Navidad

solo te quiero para mi,

más de lo que tu pudieras saber ¡haz mi deseo realidad!

todo lo que quiero para Navidad eres tú!



Tú, bebe

Solo voy a quedarme esperando

Debajo del muérdago,

No voy a hacer una lista y enviarla

Al polo norte para San Nicolás

Nisiquiera me voy a quedar despierta para

Escuchar aquel chasquido de los renos mágicos

Porque simplemente te quiero aquí esta noche

Abrazándome tan fuerte

Que mas puedo hacer.



Todas las luces estan brillando.

Tan luminosas por todos lados.

Y el sonido de los niños.

Riendo llena el aire

Y todos están cantando

Escucho aquel toque de campanas del trineo

Santa, no me traerás lo que realmente necesito?

Por favor, no me traerás mi bebe a mi?



No quiero mucho para Navidad

Esto es todo lo que estoy pidiendo

Solo quiero ver a mi bebe

Estando justo afuera de mi puerta

Solo te quiero para mí

Más de lo que alguna vez podrías saber

Hacer mi sueño realidad

Todo lo que quiero para navidad…

Eres tú

yo no pido mucho para esta navidad

ni ,siquiera deseo nieve

solo seguiré.

21 diciembre 2010

Rescata al niñ@ que hay en ti


Cómo puede haber corrido tanto el tiempo. Es algo que me pregunto tantas veces. Mi pequeño cumplió ya siete maravillosos años y ahora más que nunca recuerdo mis siete años.

Recuerdo que estaba feliz. El número siete era mi número preferido, así que iba a pasar un año entero diciendo: Tengo siete. Me gustaba estar con mis amig@s de la escuela, pero aún recuerdo lo feliz que me sentía cuando estaba con mi família. Es una edad muy bonita los siete años. Aún no hemos llegado a la temida pre-adolescencia que tan común se ha vuelto entre los niños y niñas de hoy día. Aunque hay quien dice que la pre-pre-adolescencia les llegó a sus hijos entorno al segundo cumpleaños. Yo no lo discuto, sería ir en contra de mis convicciones que dicen que cada niño es único, diferente, ilimitado y especial. Pero para mí lo que ocurre de los dos a los tres años es más bien una especie de crisis más ligada a la independencia del pequeño que comienza a cortar el cordón humbilical que le ató a su madre durante sus 24 a 36 meses de vida. Vamos, que los bebés dependientes dan ese paso hacia esa confirmada niñez, y los cambios, ya sabemos que siempre cuestan.

Volviendo a mis siete años. Recuerdo que me encantaba que me llevaran al parque de camino a casa mientras regresaba del colegio. De aquello se encargaba mi querido abuelito, al pobre lo llevábamos siempre "loco", el decía: "vamos que es tarde" pero siempre le convencíamos. En el fondo, era muy fácil de convencer mi abuelito porque le encantaba vernos felices.  Hay que ver con qué poco se forma a veces la felicidad de nuestros niños y cuántas veces nos negamos a hacerles felices por falta de tiempo. Algo tan sencillo como ir al parque me podía alegrar al día. Hoy me doy cuenta cuantas cosas me quedan por aprender de mi niñez y recuperarlas hoy para ser feliz. Me encanta sentir la felicidad cuando me tomo mi café y las tostadas con mantequilla y mermelada de las mañanas. La primer lección para alcanzar la felicidad no es otra que ser feliz ahora. Los niños nunca piensan en el mañana si no es para triunfar en la vida o para ser astronautas, son felices ahora. ¿Véis que fácil?
No hablo de que todos nos vayamos a jugar al parque para alegrarnos el día. Hablo de que podamos ver la felicidad de las cosas sencillas. Cómo cuando éramos niños. Hace tiempo que me dí cuenta que no hay otra manera de ser feliz. Y eso fue gracias a mis hijos ¿cómo no estar agradecida entonces?

Con siete años puedes ser muy impresionable con las cosas que ocurren a tu alrededor. Yo a mis siete años salía de la escuela deseosa de contar que nos habían castigado a todos los niñ@s de la clase(esos castigos son los más fácil de digerir). Y me gustaba sentirme escuchada y comprendida. Como ahora cuando llego del trabajo y tengo que explicar en casa los detalles del día. Igual que cuando tenía siete años, me gusta que le den importancia a lo que tengo que contar. Aunque sea que mi compañera de mesa me ha perdido mi lápiz preferido. Para mí ahora y durante mis queridos siete años es igual de importante. ¿Porqué nos empeñamos entonces en quitar importancia tantas veces a lo que nos cuentan nuestros hijos? "Eso no tiene importancia, no llores", decimos a veces. ¿Quién tiene la vara de medir los sentimientos? me pregunto.

Con siete años ya tenía edad para hacer algunas cosas que me encantaba que me dejaran hacer. Claro, los padres estamos siempre diciendo a los peques, que ya son mayores para vestirse solos, poner o quitar la mesa y hacer los deberes.

Hoy haciendo una pequeña reflexión sobre mis siete años me gusta recordar que además de que me implicaran en mi propia independencia me gustaba que me concedieran algunas cosas más de mayores. Es injusto decir a un niño de siete años que es mayor para preocuparse de sus cosas, pero no darle la oportunidad de crecer teniendo en cuenta sus opiniones a la hora de tomar decisiones en torno a su educación y evolución. Tenemos las costumbre de excluir de las decisiones "importantes" a nuestros hijos por su inmadurez, siempre les decimos: "Esta conversación es de adultos, no te metas".

 El respeto y la libertad son algo que deben acompañar a nuestros hijos en su crecimiento hacia la etapa adulta. Aunque nos duela deben equivocarse antes de aprender. No hablo de que dejemos a nuestros hijos a la deriva sin hacer nada en temas en los que somos nosotros los encargados por velar por su seguridad, de eso que no quepa la menor duda.

Hablo de que cuando yo tenía siete años me gustaba que me tuvieran en cuenta antes de tomar decisiones en casa. No soportaba que me dijeran: "Están hablando los mayores". Aunque entiendo que sí debemos respetar el turno de palabra, eso es una cuestión de educación importante para grandes y pequeños. Debemos valorar que nuestros hijos: "Siempre tienen cosas importantes que decirnos". ¿Acaso en nuestra vida hay alguien más importante?

Con siete años me encantaba pensar que sabía hacer galletas y luego encontrarme con que la harina, con agua y sal metida en el horno sabía a rayos y a centellas aunque mi madre me hubiera avisado antes de que quizás esa receta no fuera la apropiada. Y sobretodo me encantaba no tener que escuchar aquel: "Ya te lo dije" tan poco apropiado cuando la otra persona se siente algo defraudada de un resultado. No hay nada más demoledor en un ser humano que a sabiendas que se ha equivocado tener una voz altanera recordándote que lo hiciste. Si es que aunque los adultos nos empeñemos en diferenciarnos, a los niños les duelen las mismas cosas que a nostros ¿porqué los tratamos diferente entonces?

Si en la escuela tenía un mal día, además de que me escucharan no estaba de más que me dijeran que comprendían que estaba triste y sentir que no estaba sola, que tenía una familia que me apoyaba. Creo que eso ha sido algo que me ha marcado para toda la vida. Saber que tenemos un lugar de referencia por si las cosas no salen bien nos hace caminar hacia adelante, sin miedo de tener que dar un paso atrás. Ser valientes al fin y al cabo.

Ahora veo el porqué. Es muy sencillo. Pondré un ejemplo.  Se trata de intentar educar sin interferir pero acompañando. Si nuestro hijo comienza a caminar solito y nosotros le dejamos "a su aire" sin perderle de vista, el pequeño puede tener un traspié porque camina solo, pero nos dará tiempo a recogerle sin que se lastime.

Conforme nuestros hijos van creciendo además de andar, comienzan a hablar, a relacionarse... a vivir la vida. Es muy importante que se sientan acompañados, que no agobiados. Pero creo que me estoy desviando un poquito del tema de los siete años, así que dando esta pincelada de ideas lo dejamos aquí.

Entonces amig@s ¿Recordáis vuestros siete años? seguro que sí.  Pues deseo que ese pensamiento os llene cuando os surjan dudas sobre lo que hacemos o no hacemos bien con nuestros niñ@s.  En esto de ser padres, tener presente nuestros sentimientos de niñez, nos ayuda cuando nuestra mente de adulto no nos deja ver las cosas con la claridad y sensibilidad que necesita el instante. Un truco muy importante para mejorar día a día.

19 diciembre 2010

Mi Top 10 2010: Mis mejores artículos del año que acaba


Siguiendo la propuesta de Louma nuestra blogera de Amor Maternal me he unido a la iniciativa de hacer un pequeño resumen de lo que ha sido este año 2010 en mi blog.

"Top 10 2010 es un carnaval de blogs cuyo propósito es reunir los mejores artículos de la blogosfera maternal publicados durante 2010 en castellano. La temática del carnaval engloba el embarazo consciente, el parto natural, la lactancia materna, la crianza respetuosa, la psicología, el uso de portabebés ergo, la ecología y demás temas afines."

Pues ahora que he explicado la iniciativa, no me quiero demorar más.  Aquí tenéis los 10 post más significativos de mi blog durante este 2010 que termina:

 La independencia es necesaria para los hijos o para los padres. En este post procuro poner en evidencia a aquellas personas que justifican el acelerado aprendizaje de los pequeños para su propio beneficio de adulto.

¿Cuántos hijos debemos tener? No hay una respuesta exacta, pero esta es mi visión.

La angustia de separación de las madres. Se habla mucho de la crisis que tienen los bebés hacia los 9 meses, pero explico la situación de las mamás cuando nos sentimos verdaderamente tristes al separarnos de nuestros hijos.

Un niño igual que tú. NO HAY EXCUSAS, si todos respetáramos a nuestros pequeños como a cualquier otra persona, la educación en este país cambiaría.

¿Cuánto vale tu parto deseado? Polémico tema sobretodo estos días. Aquí hace ya muchos meses dejé mi visión.

Amor de madre gatita (una sorpresa). Una aventura muy especial que viví con mis pequeños. Muy tierno.

Me muero de ganas. Sentimientos de una madre que echa de menos a sus hijos y que espera un reencuentro durante las vacaciones.

Yo no quiero arrepentirme. Nunca quiero que llegue el día en el que me arrepienta de no haber vivido la maternidad a tope.

El poder de nuestras palabras. No somos conscientes muchas veces de lo importante que son nuestras palabras para nuestros pequeños. Aquí una situación vivida con mi hijo. Emotivo.

Dormir con tu hijo es bueno ¡No lo dudes! Pues por si tienes dudas, aquí una entrada sobre el beneficio del colecho.



El Directorio Amor Maternal

18 diciembre 2010

Sus Ángeles de la Guarda (siempre tan ocupados)


Tengo una amiga Sofía (si eres tú Espon... ¿qué otra Sofía podría ser???) que en más de una vez mientras intercambiamos nuestras experiencias ha comentado cuanto trabajo tienen los Ángeles de la guarda de nuestros pequeños.

¿Qué quién son esos Ángeles? quizás seáis algo más escépticos de lo que soy yo. En mi blog me gusta fundamentar lo que escribo, ya sea con experiencias vitales o con documentos, estudios o entrevistas publicadas. Pero hoy quiero ir un paso más allá de todo eso y hablar sobre algo que aunque en realidad no puedo comprobar, creo firmemente.

Pienso que los Ángeles de la guarda son aquellos que ya no están pero que hubieran amado a nuestros hijos tanto  que su energía, lo que queda de ellos en nuestro planeta o vive en el más allá, les protege de los males y en todas esas experiencias negativas, que por desgracia tendrán que vivir en el día a día.
Sé que este es un tema algo especial, que muchos de vosotros no creéreis en estas cosas. Pero otr@s much@s estaréis de acuerdo conmigo y os sentiréis identificados.

Ya os expliqué una vez mi experiencia traumática con mi hijo aquella vez que se montó en nuestro coche y se desplazó sin conductor. Otras veces las recuperaciones de mis hijos en situaciones difíciles han sido tan asombrosamente milagrosas que he sabido que su Ángel de la Guarda les acompañaba.

El Ángel de la Guarda es un aliado enorme para las mamás. Creo que merece una especial mención basada en el agradecimiento de las veces que nos ayuda  y por eso he querido redactar este post tan especial. Para darle las gracias por todas las veces que nos ha echado una mano en situaciones delicadas.

Quizás sea todo producto de mi imaginación e ignorancia. Puede que todo sea fruto de la casualidad y de los propios deseos que se convierten en una energía positiva curativa. Pero a mi me encanta la figura de nuestro Ángel de la guarda, me acompaña y me siento reconfortada con su figurada presencia.

¿Y vosotr@s creéis en vuestro Angel de la Guarda? espero que sea como sea no tenga que ayudar a vuestros pequeños demasiadas veces, aunque por desgracia en tantas situaciones hay que echar mano de él. Sea como sea, que la ayuda evite cualquier situación que pueda afectar a aquellos a los que tanto amamos: nuestros maravillos@s niñ@s.

15 diciembre 2010

El parto evoluciona el celebro de la mujer


Estamos acostumbrados a ver a diario casos de mujeres que son desplazadas de sus trabajos por quedarse embarazadas, que son evitadas en los puestos laborales por tener hijios a su cargo que atender.

Yo misma, ahora va a hacer tres años sufrí en mis propias carnes el hecho de ser despedida de mi puesto de trabajo el día después que anunciara el embarazo de mi hija menor. Es una situación muy difícil para la mujer que lo sufre. Sientes por un momento en tus propias carnes la discriminación por un hecho maravilloso del que por un momento te hacen sentir culpable.

Acabo de encontrar esta noticia mientras hojeo los últimos artículos de la prensa relacionados con la maternidad. En el titular nos cuentan como: "El cerebro de las madres crece tras dar a luz". Y dice así:

Ciertas regiones del sistema nervioso central de las mamás recientes crecen y se desarrollan poco tiempo después del nacimiento de sus bebés.


A dichas conclusiones llegó un estudio. Pilyoung Kim, del Instituto Nacional de Salud Mental (Estados Unidos), explicó que las áreas cerebrales beneficiadas son las relacionadas a la motivación y al comportamiento.


Las regiones más beneficiadas fueron las relacionadas a la motivación materna (hipotálamo), el procesamiento de la recompensa y la emoción (sustancia negra y amígdala), la integración sensorial (el lóbulo parietal) y el razonamiento y el juzgar (corteza prefrontal).


Y las madres que hablaron con más entusiasmo y alabanza de sus bebés tenían muchas más posibilidades de mostrar un desarrollo mayor en las áreas centrales del cerebro.


Kim cree que los cambios hormonales posteriores al nacimiento, como el aumento en el estrógeno, la oxitocina y la prolactina, ayudan a que el cerebro de las madres se remodele frente a la presencia del bebé.
Cómo se puede comprobar en este estudio las mamás que dan a luz son unas personas humanas altamente cualificadas en lo que a inteligencia y desarrollo cerebral se refiere. Ni son más descuidadas, ni menos preparadas ante la vida que cualquier otro ser humano que quiera trabajar. Son personas que desarrollan muchos aspectos de la vida de una forma eficiente y mostrando una capacidad de esfuerzo y dedicación admirable.

Es más, según este estudio tienen el cerebro más grande y unas aptitudes más desarrolladas. Ahí queda eso.

Así que no hay excusas. Por fin podremos decir las cosas como son, por su nombre. Estamos preparadas y en el caso que lo necesitemos, somos una de las mejores opciones para cualquier tarea que desarrollar en nuestras vidas. 

Es cierto que a mi modo de ver las cosas no hay nada comparable con la satisfacción que nos dan nuestros hijos cuando tanto nos necesitan en sus primeros años de vida. Pero que estar con nuestros pequeños sea siempre una decisión nuestra, no una imposición discriminatoria de nuestras sociedad por ser madres.


Vía| diarioportal.com

14 diciembre 2010

¿Y si no tomaran teta?


Pues sí. Es una afirmación que he oído muchas veces a lo largo de mi maternidad. Sobretodo cuando la mamá en cuestión ha decidido que lo mejor para su pequeñ@ es tomar biberón. ¿O no os suenan conversaciones como está?

Pepita: - Aiss, yo a mi niña cuando nazca le voy a dar la teta, y mejor mucho tiempo, porque sabes "dicen que la teta es la mejor medicina".

Rosaura: - Ahh! pues yo a mi Tomasito le daba teta y también se ponía malito... tanto que cuando nació su hermano Ginés le dí el biberón desde el primer día... y ese, ese ni un triste constipado.

Como podéis comprobar la conversación está hecha en un tono de broma :) bastante notorio. Pero os aseguro que conversaciones como esta las he escuchado muchísimas veces.

Y es cierto. Hay bebés y niños totalmente diferentes. Niños que son alimentado con lactancia materna exclusiva y a pesar de ello sufren de virus y fiebres y enferman.

Pero ¿alguién se ha preguntado cómo estarían estos niños si no la tomaran? ¿acaso no les costaría superar mucho más las enfermedades? mi respuesta es que sí.

La lactancia materna no solamente previene de enfermar a los pequeños, si no que les ayuda a superar los malos momentos de salud, por eso es tan importante.

Decimos que no podemos dar teta porque tenemos que ir a trabajar y nuestros hijos tienen que ir a la guardería pero tenemos que saber que en esos casos está más indicado que en ningún otro. Solamente tenemos que disponer de la información y ayuda suficiente para conseguirlo.

Y es cierto que habrá niños de biberón que no enfermarán a pesar de ello. Pero lo más probable es que si lo hacen su recuperación sea más lenta que si toman leche materna.

En el caso de escuchar este tipo de conversaciones de nuevo creo que responderé: ´"Es cierto, Pepito ha enfermado tomando teta, pero se ha recuperado muy rápido ¿y si no la hubiera tomado?"

12 diciembre 2010

Quiereme cuando menos lo merezca que será cuando...


Quiereme cuando menos lo merezca que será cuando...

... será cuando necesitaré unos brazos que me consuelen porque se me ha roto mi juguete preferido ¿no recuerdas lo que querías a tu muñeca de rizos rubios?

... será cuando me duele la tripita porque los cólicos no me dejan dormir, tú estarás cansada pero yo tendré un dolor que no responde a nada.

... será cuando después de un largo día fuera de casa cansado y agotado no me queden apenas fuerzas para poner la mesa a la hora de la cena provocando tu enfado.

... será cuando no me apetece ni lo más mínimo dar un beso a esa señora que no conozco de nada y se empeña en estampar sus morros en mi cara. ¿Acaso el cariño debe de ser forzado?

... será cuando descoloque las cosas de su sitio después de que las hayas terminado de colocar... simplemente quiero jugar: soy un niñ@.

... será cuando derramo un vaso lleno de agua en la mesa, no te olvides que el primer asustado por lo ocurrido he sido yo. Quiereme, no me grites. ¿Qué pensarías si tu jefe te chillara porque tuviste un error en tu trabajo?

... será cuando traigo una nota de la escuela porque el maestro ha considerado que no me he portado bien. Todos en clase me miraban mientras me señalaban con el dedo. Ya he tenido mi consecuencia ¿no crees que es mejor que te explique lo sucedido?

... será cuando tengo miedo por la noche y me meto en tu cama, sé que no hay mucho sitio y que necesitas descansar, pero yo te necesito a mi lado, más que nunca.

... será cuando te he pegado un susto al cortarme con un jarrón que tiré al suelo por jugar a la pelota dentro de casa. Estoy asustado, lo he hecho mal, te necesito.

"Quiereme cuando menos lo merezca, que será cuando más lo necesite". Es una frase que nos sirve mucho a los padres y madres. En los momentos en que con razón o sin ella, estamos a punto de enfadarnos desmesuradamente. Antes de ello intenta empatizar con tu hijo. Quizás lo único que necesite en ese momento es hablar con nosotros, explicarnos las cosas y abrazarnos.

11 diciembre 2010

Tus siete años (mis siete años)



Hoy es un día muy especial: mi hijo mayor cumple siete años. Siete años siendo mamá. Siete años aprendiendo de él, disfrutando de su alegría, de su energía, de su nobleza y de su amor. Siete años desde el primer día del resto de mi vida. De una nueva vida.

Siete años esperando tus despertares, soñando contigo. Siete años llenos de buenos momentos y alguna que otra preocupación por cositas "normales por la edad".

Siete años viviendo un sueño a tu lado. Entendiendo que gracias a tu presencia me marcharé de la vida habiendo vivido de verdad.

Gracias por elegirme para ser tu mamá. Gracias por las risas, por la paciencia, por parecerte tanto a mí. Incluso eso lo has hecho bien. Que más puedo decirte... feliz día hijo, sabes que los que te queremos haremos lo posible por hacerte feliz, no solo hoy que cumples siete maravillosos años. Intentaremos hacerte feliz hoy y el resto de tu vida.

TE QUIERO MI AMOR.

Y a todos vosotr@s os envío las mejores vibraciones en este día tan especial en forma de preciosa canción de Sergio Denis: Gigante Chiquitito.

Amigo, querido...

Gigante, chiquito...

Cuánto amor,

cómo te quiero hijo mío.

Mírame siempre a los ojos

que en tus ojos me miro.



Amigo, querido...

Travieso, bandido...

Yo soñé

y eras mi sueño hijo mio.



Ayudame...

A entender la vida,

a querer ser bueno,

ayudame...

A creerte siempre,

a escucharte siempre,

a entender...

Ayudame,

a pintar tu mundo

de un amor profundo,

ayudame,

a llenar la casa

de luz, de esperanza,

ayudame...



Amigo, querido,

tan tierno, tan mio,

tan felíz de que seamos amigos.

Llévame siempre en tu alma

que tu alma es mi abrigo...



Ayudame...

A entender la vida,

a querer ser bueno,

ayudame...

A creerte siempre,

a escucharte siempre,

a entender...

Ayudame,

a pintar tu mundo

de un amor profundo,

ayudame,

a llenar la casa

de luz, de esperanza,

ayudame...

10 diciembre 2010

Esperando a nuestro Ibón

Para amenizar la entrada al deseado fin de semana, no he podido resistirme a pedirle a mi querida y embarazadísima amiga Eva que me dejara colgar unas fotos geniales.

En casa de Eva están esperando con toda la ilusión del mundo al pequeño Ibón, el tercer pequeñín de la casa que va a colmar de felicidad, amor y alegría esa maravillosa familia a la que aprovecho el post para enviar un abrazo gigante.

En realidad, lo genial de las fotos es la historia que hay detrás. Ander de 7 años y Julen de 4 han decidido que la cunita de su esperado hermanito Ibón está demasiado vacía mientras llega el momento de recibirle en casa. Así que han aprovechado el hueco para que el increíble Hulk se eche una siesta... sin comentarios... a mi me han alegrado el día ¿y a vosotr@?


07 diciembre 2010

El problema no está en nuestros hijos, está en nuestros ojos

Lo primero que me gustaría antes de comenzar esta entrada es disculparme porque tengo algo abando el blog estos días. Ya os he explicado alguna vez que ser mami moderna en el siglo XXI no es fácil en lo que a juntar pedazos de tiempo se refiere y como además la inspiración por diversas circunstancias la tenía a niveles muy bajos, tampoco me ha estresado el no tener demasiado que contar.

Pero hoy, mientras saboreo el delicioso café de una maravillosa mañana de día puente-festivo, se me ha vuelto a encender la luz sobre algo tan asombrosamente evidente y enorme, que cuando lo queremos ver, dirigimos nuestra mirada al horizonte buscando respuestas y no nos damos cuenta que  la respuesta la  tenemos tan cerca de nuestras propias narices que es invisible para nuestros ojos.

Y es entonces cuando seguimos condenando, etiquetando y justificando lo que a nosotros nos parecen acciones fuera de lugar de nuestros hijos, mientras no entendemos que los únicos que debemos de tener algún problema somos nosotros mismos.
Mi reflexión, aunque es algo que tengo presente desde hace bastante tiempo, me ha resurgido estos días gracias a una mamá con la que compartí el otro día la sala de espera del ambulatorio mientras esperábamos para una prueba médica y quien me transmitió su malestar porque su hija "le había destrozado la vida".

Sé que suena muy fuerte. Yo al escuchar semejante afirmación entré en un proceso de asombro, compasión y de curiosidad. Qué podía llevar a una madre a decir algo así.

Para que entendáis todo un poquito más os explicaré que la prueba era para ver si teníamos una bacteria en nuestro estómago y así desvelar el origen de algunos dolores y molestias gastrointestinales que ambas padecemos.

La chica en cuestión me explicó que llevaba un año de pruebas, que andaba de médico en médico. Seguimos hablando y al momento sin demorar demasiado la conversación me explicó que estaba segura de que su hija de 4 años tenía la culpa de todos los males que andaba sufriendo. Desde que nació su vida era un tormento causado por el mal sueño, la poca apetencia y la hiperactividad de la niña.

En realidad que aquella mujer sufría, era evidente. Según me explicó llevaba años de peregrinaje entre médico y médico. Y no obtenía respuesta. Bueno sí: su niña, el centro de su sufrimiento.

Vivir con su pequeña desde que había nacido, para aquella mujer había sido como vivir una pesadilla. Porque la niña no la había dejado dormir por las noches, no comía nada, era impulsiva y contestona. Yo sin decir nada en el fondo de mi corazón me preguntaba que parte de aquel desasosiego era real y que parte era simplemente un fracaso ante las expectativas de una madre fustrada a causa de una sociedad en la que imperan la "calidad de vida del adulto".

Hacía pocos minutos que nos conocíamos y se atrevió a decirme que "solamente quien tiene un hijo que no duerme y no come sabe el sufrimiento que ello comporta". Yo no osé a contestar. No me ví con fuerzas de explicarle que con mi primer hijo cada comida era un momento de incertidumbre ante el plato y que mi pequeña de dos años y tres meses tiene como mínimo tres o cuatro despertares nocturnos.

Ví que aquella mujer tenía un problema evidente: un conflicto con su propia maternidad. Y me sentía muy, muy triste por aquella pequeña de 4 años que seguramente no debía de estar pasándolo nada bien escuchando lo "mala niña que era".

¿Que porqué os cuento todo esto? Como os he dicho en aquel momento no me atreví a contestar a aquella mujer. Estaba convencida de lo que me estaba explicando, triste, abatida... no me ví con fuerzas de contradecir sus convicciones sobre la maternidad.

Tengo dos hijos. Y son como la noche y el día. La verdad es que tengo mucha suerte porque aprendo cosas muy distintas de cada uno de ellos. Si uno duerme mucho, el otro duerme poco. Si uno come de más, el otro necesita mucho menos para comer. Si uno es alto, el otro es bajo y si uno ha padecido de la garganta, el otro está padeciendo de los bronquios... así podría hacer una lista larguísima. No acabaría nunca. Cada ser humano es maravilloso, distinto, único e inimitable con todo lo que eso significa y con una evolución distinta, característica y llena de matices.

El convivir con dos niños tan diferentes, me ha enseñado que no se puede etiquetar a un niñ@.

No podemos decidir como tienen que ser nuestros hijos (a nuestro antojo) y si hay algo que me ha hecho vivir la maternidad de una manera mucho más feliz, relajada y plena ha sido el entender que lo que yo creo que debe ser (porque la sociedad me lo ha marcado) la mayoría de las veces no se corresponde con lo que de verdad necesita ese niñ@ en concreto.

Si tu llenas un plato de comida hasta arriba y se lo das a tu hijo, está claro que no se lo acabará porque es demasiado.

Si tú te empeñas en que esa es la cantidad que debe comer y no se la ha comido, habrás fracasado en tu intento y te sentirás mal, te enfadarás, harás enfadar a tu hijo y todo terminará como el Rosario de la Aurora.


El niño se habrá comido la mitad. Lo que necesita. El comprender algo tan sencillo como que si un niño está sano come lo que necesita, con la sencilla pauta de ofrecerle una alimentación variada.  Esta herramienta nos librará de muchos malos ratos. Hoy en día si un niño está sano y tiene a su alcance alimentos de una índole variada no nos debería de preocupar en exceso que no coma lo que a nosotros nos parece que debe comer.

Lo mismo nos puede ocurrir con el sueño. Es que si antes de ser padres nos pensamos que nuestras noches van a ser plácidas, es muy difícil que eso ocurra. Es cierto que habrá algunos niños que dormirán como verdaderos osos en estado de hivernación, pero la gran mayoría tendrás despertares hasta los tres años o más.

Tampoco es algo que corresponda a la naturaleza humana que nuestros pequeños cachorros tengan que permanecer quietecitos sin saltar, jugar, gritar!!!! si eso es lo que tiene que hacer una gran parte de su tiempo un niño cuando está sano. No puede ser de otra forma. Si uno cambia el chip, si uno transforma el ponerse de los nervios cuando esto ocurre con entender que los niños gracias a que están sanos tienen esa actitud habrá ganado una gran batalla a la paz maternal, a la verdadera vivencia de la felicidad de ser padres.

Y es que es más fácil justificar nuestra fustración porque nuestros hij@s no cumplen con nuestras expectativas. Unas expectativas creadas a base de las mentiras que una sociedad adultocentrista nos ha metido en la cabeza durante años.

Entonces buscamos precipitadamente ayuda en libros adiestra niños que nos ayuden a dormir bien, en psicólogos para la hiperactividad o directamente en médicos para que les receten algo que les abra el apetito.

Por desgracia he oído testimonios de padres que "porque su bebé de 9 meses no dormía" han acudido al médico y les han recetado antihistamínico para que el bebé les dejara descansar y no porque el bebé tuviera alergia, si no porque el antihistamínico tiene efecto sedante. A mi esta actitud me parece de lo más imperdonable por los padres, pero sobretodo por el facultativo que receta un medicamento a un bebé que está completamente sano porque no sé quien ha escrito que un bebé de 9 meses deba dormir toda la noche.

Si la sociedad diera el valor que se merecen a nuestros pequeños, a las madres y en resumen a las familias nos evitaríamos muchas veces este tipo de fustraciones y de depresiones en los adultos o lo que es más importante: en unos niños y niñas que no eligieron nacer y que se merecen ser criados con todo el amor incondicional de unos padres felices.