31 enero 2010

¿Cómo pasar por este mundo y perderse lo mejor?


Después de unos días muy intensos a causa de no tener a mi niña al cien por cien con su salud por unos problemas que está teniendo por una supuesta intolerancia alimentaria que los médicos a partir de ahora le tienen que investigar, mis sentimientos como madre crecen y crecen una vez más.

Hoy mientras dormía con ella y sentía su respiración como quien escucha una sintonía de música maravillosa y relajante pensaba en que gracias a Dios voy a pasar por esta vida sintiendo todo aquello que me está llenando como persona gracias a mis dos hijos.


En la vida para ser felices, los libros, los sabios y los dictámenes de seguir la estela de la felicidad absoluta, nos cuentan que debemos aprovechar el momento, los momentos que cada día con sus segundo, sus minutos y sus horas nos trae esta maravillosa vida.


Y de eso trato yo de nutrirme, los días y por supuesto las noches.  Si mis hijos me hacen feliz de día y quiero estar a su lado siempre aunque a veces no pueda ser así, porque iba a rechazar compartir también todas esas noches en las que abrazada a ellos puedo sentir la felicidad más absoluta de su reposo circunstancial.


Y me pregunto como podría haber pasado por esta vida sin vivir todo esto que estoy viviendo junto a ellos. Eso no hubiera sido una vida. No hubiera sido nada.  Vivir sin querer saber nada de la maternidad como la vivo hoy.  Siguiendo los dictámenes de los fundamentalistas de la separación materno-filial para "que no se acostumbren". ¿Cuánto natural puede ser algo así? que no me quieran engañar, eso no es natural.


Gracias a Dios yo hago lo que me pide el cuerpo y a mis 31 años creo que soy lo suficientemente mayorcita para entender que mi instinto maternal me lleva por el buen camino.

El amor nunca puede ser malo... el exceso de amor con nuestros hijos, no existe.  Vendrán tiempos en los que su afán de crecimiento e independencia nos mostrará la cara más difícil de las relaciones entre madres e hijos.

Pero la buena semilla de la bondad y el cariño ganará a todo lo demás y como aquel boomerang que retorna tras lanzarlo a la libertad, volverán al nido que les cobijó con tanto cariño y amor.

No podría plantearme la vida de otra forma que no fuera abrazar, querer, dormir con mis hijos, dar lo mejor de mi como madre y como persona aquellas dos luces que alumbran mi camino.  Es lo que me voy a llevar de aquí, lo mejor.

Y no estoy dispuesta aque nadie me diga que no debo dormir con mis hijos, ni a que no debo darle más el pecho a mi hija, ni a que debo lastimarles o imponerles actitudes que a los adultos jamás se nos ocurriría aplicar con otros adultos.

Hoy mientras pensaba y pensaba como tantas otras veces, me he realizado una pregunta, una enigmática pregunta... después de conocer historias de madres que rechazaban el dar lo mejor de ellas mismas en forma de leche materna a sus hijos nada más nacer.  Madres que habían decidido que no querían saber nada de lactancias maternas en sus vida y pedían "la pastilla" para que no les subiera la leche.

¿Qué es lo que puede llevar a una mujer a no querer intentar dar el pecho a su hijo? y no hablo de madres que mal aconsejadas creyeran que no podían dar pecho. O que realmente por circunstancias no pudieran criarles. 

Hablo de madres que sí tienen la oportunidad de hacerlo, que son completamente sanas y tienen previsto pasar en casa mínimamente las irrisorias 16 semanas de baja maternal que tan cortas se nos quedan a la gran mayoría.

¿Cómo se puede rechazar pasar por una de las mayores experiencias que nos brinda esta vida? ¿Hay algo mejor que nutrir a nuestros hijos de nosotras mismas? ¿Puede haber algo mejor que tener cerca, muy cerca siempre a nuestros pequeños?

Para mi que amo a mis hijos sobre todas las cosas la respuesta es que no.  Que no hay nada mejor.

Cuando nació mi primer hijo, el no saber empezar con buen pie esta historia de lo nuestro, con una cesárea muy traumática, con una lactancia fracasada... cuanto triste me he encontrado maldiciendo que nos robaran ese inicio tan importante para los dos.

Veía a otras mamás, con sus lactancias, con sus niños al pecho... y soñaba con poder algún día ser como ellas.

Por mucho que me dijeran, por mucho que me hablaran... nadie me iba a convencer de que mi tristeza estaba injustificada. Había perdido una parte importante de nuestra vidas...

No entiendo como hay madres que no intentan dar el pecho a sus hijos.  Lo siento si alguien se siente agredido con mis palabras.  Una cosa es que tú lo intentes... y por circunstancias no lo consigas. Pero rechazar dar pecho, ni siquiera intentarlo o no querer darlo.  No lo creo natural... la verdad.

Y que nadie me hable de feminismo, porque una vez más no vamos a dejar que nos ataquen por defender los derechos de nuestros hijos y de los demás infantes en el mundo.

Como tampoco voy a dejar que nos digan que lo normal es que los niños duerman solos, en sus cunas, en sus habitaciones, en la soledad de ellos mismos. Sin besos ni abrazos, sin contacto, sin calor... basta ya de engañar a más madres y de robar a más hijos todo el cariño que es suyo.

Quizás el post para algunos puede resultar algo fuerte... cosas que muchas pensamos... cosas duras para algunas.  Pero después de ver a nuestros hijos sufrir o enfermar, pensando qué ocurriría si algo ocurriera... una se da cuenta que no se hubiera perdonado nunca no haber pasado junto a lo que más queremos cada segundo del día... incluyendo noches, incluyendo lactancias prolongadas y incluyendo AMOR a rebosar para aquellos que mueven nuestros días.

Siguiendo la estela de nuestros niños, solamente así encontraremos la plenitud de nuestras vidas. Porque yo el día que me vaya, me voy a ir con los bolsillos llenos de todo aquello que verdaderamente importa en esta vida.  Lleno a rebosar, de lo más grande que la madre tierra tiene deparado para el ser, que no es otro que dar amor y cariño a los que más amamos: nuestros pequeños hijos.

27 enero 2010

La mamá más dura... un poquito de humor.

Gracias al blog amigo de Tu encuentro con la maternidad acabo de sacar una sonrisa en mi rostro que merece la pena compartir aqui con todos vosotros.

La razón es un bebé maravilloso que debe ser algo aficionado a los senos maternos por lo que se ve en la imagen y ha decidido lanzarse al vacío con otra mamá algo más dura que la suya.

Os dejo con la imagen y así lo entendéis mejor. 


24 enero 2010

"Entre tu pediatra y tú" lo nuevo de Carlos González




Menuda sorpresa me he llevado cuando gracias al foro de Crianza Natural he encontrado el notición de este 2010 y es que nuestro pediatra preferido Carlos González ha sacado nuevo libro con el sugerente título "Entre tu pediatra y tú" y eso merece una celebración.

Además no quería perder la oportunidad de comentarlo en mi propio blog, así que nada, a todas las mamis que deseen conocer más sobre lo que nos cuenta este magnífico pediatra que es Carlos González os animo a leer el libro.  A mi la noticia me ha pillado en domingo, pero mañana mismo estoy en La casa del libro para comprarlo.

Espero vuestros puntos de vista si os apetece comentarlo cuando lo leáis.

20 enero 2010

Mamás magas


Siempre digo que los niños son nuestros maestros.  Ellos son capaces de mostrarnos los mejor de nosotros mismos, el camino de la felicidad y si nos fijamos en su comportamiento nos darán las claves para mejorar día a día.

Una vez más mi hijo me mostró una sabiduría propia del genio que saca punta de aquello tan sumamente sencillo, que se muestra oculto para otros, que no sabemos ver con la inocencia y los ojos de un niño lo más maravillosamente evidente.

Anoche mi niño mientras conciliaba el sueño junto a su hermanita de 16 meses que estaba mamando me dijo:

Mi niño- Mamá ¿qué está haciendo la María?
Yo- Hijo, pues mamando para dormirse.
Mi niño- ¿Y para qué mama?
Yo- Pues porque toma lechita de la mamá.
Mi niño- Mamá, ¿pero sale leche de verdad? ¿cómo la que yo tomo cada día? ¿de verdad mamá?
Yo- Pues claro hijo, los mamíferos como los humanos cuando nacen y mientras son chiquitines toman leche de sus mamás.
Mi niño- Pero mamá ¿de verdad? entonces... entonces... ¿eres una maga? mamá estás haciendo magia...

Todo esto último me lo dijo con una entonación con tal admiración, que quizás sea el mejor ¿cumplido? que me han hecho en la vida.  Me sentí tan grande... mi propio hijo me estaba admirando por hacer algo tan natural como darle de mamar a su hermanita.

En realidad, me ha visto hacerlo durante estos 16 meses... imagino que nunca hasta ahora con sus 6 añitos recién cumplido había reflexionado sobre ello... pero fue un momento que creo que nunca olvidaré.

Luego me estubo preguntando si su papi también podía tener leche y bueno... la verdad es que hasta se enfadó cuando se enteró que los hombres no podían hacer esto de dar el pecho... me dijo: -Jolines... que morro...

¿No es para comérselo?

A partir de toda esta conversación, me puse a reflexionar sobre que es muy triste que cada día los medios y la sociedad en general solamente aprecien el tema de los pechos como algo estrictamente físico. La gran mayoría de personas (incluidos los más jóvenes) ven el pecho de la mujer como algo femenino para lucir o desear, pero casi nadie recuerda en realidad la función que cumple el pecho en la naturaleza, la grandeza que significa el que una mujer pueda alimentar con su propio cuerpo a sus hijos y hacer toda esa magia que mi bello hijito ha descubierto y que le ha servido para admirar un poquito a su orgullosa mamá que además ha querido mostrar un resumen de todo esto que os acabo de contar en una sola imagen ¿qué os parece?


18 enero 2010

Y se hizo la vida



... Y se hizo la vida.  Entre tanto dolor, muerte, destrucción, pena, hambre... una nueva vida llena de esperanza llegó a Haití.

La llegada de un bebé en circunstancias totalmente adversas en un Haití destruído es noticia.  Unos médicos españoles le hicieron una cesárea de urgencia a su mamá, que estaba gravemente herida.

Él ha llegado a este mundo ajeno a todo sufrimiento y aunque hoy en el país Haitiano solo haya sitio para el dolor, espero que el futuro en ese lugar del planeta deje de hablar de hambre y pobreza.

Estos días naceran muchos niños en Haití y el bebé del que os hablo es solamente uno de ellos.  Entre tantas imágenes de inmensa tristeza,  quería creer que en esta imagen de máxima belleza que solo nos puede traer un bebé, se encuentre la esperanza de los que aún soñamos con un futuro mejor para aquellos que viven la verdadera crisis del mundo.


16 enero 2010

No soy machista



No soy machista, que no se equivoquen.  Acabo de leer un artículo de el diario el País y me ha puesto algo nerviosa, en especial un párrafo que dice así:

"...Consideran la igualdad como una amenaza, pero no para ellos sino para las relaciones sociales, y lo exacerban en lo más extremo: la violencia de género. El feminismo siempre ha sido ridiculizado y hoy, con nuevas formas, lo vuelve a ser con fuerza. Así, hablan de revancha de género, de feminismo resentido, dogmático o radical, sin más intención que la de volver a "demonizarlo".



Son manifestaciones de ese miedo a la igualdad que los neomachistas tratan de extender de diversas maneras: sacralizan, por ejemplo, la lactancia materna, culpabilizando a las madres que no pueden practicarla; hacen responsables a las mujeres de los problemas de los menores, con la teoría del "nido vacío"; y del aborto ni hablemos, parece que es un capricho de algunas. Ninguno de ellos dice que está en contra de la igualdad sino que, por el contrario, afirman que somos las mujeres las que estamos haciendo una sociedad con graves problemas de convivencia como consecuencia directa de nuestra necesidad de ser libres e iguales. Nunca entendieron que sin igualdad la libertad no existe, y que aquélla o es real o no es igualdad, y la democracia las exige ambas..."

Texto íntegro

Me ha dolido la vista al ver que mezclaban términos como lactancia e insinuar la crianza con apego como algo que defienden ciertos extremistas machistas y no ha dejado más que dolerme, dolerme de corazón porque por desgracia alguna vez oí que a alguna mamá activista de la crianza con amor nos replicaban de esta manera, acusándonos de machistas en algún momento por decir que prefería dar teta y criar a sus hijos que ir a trabajar.

Por favor, no se confundan.  Estoy al lado de todas las feministas del mundo, pienso que el mayor derecho de cualquier mujer es el de decidir su propio futuro, pero que ello nunca tiene que ir por encima del derecho de nuestros propios hijos porque siempre nos quedará la opción de no tenerlos como ya he dicho alguna vez en mi blog. 

El derecho de la mujer feminista se tiene que fundamentar en decidir después de haber vivido su propia vida, con sus estudios y con lo que a ella le de la real gana (con perdón) lo que quiere hacer con su vida, sin que ningún hombre ni sociedad interfiera en este propio derecho, pero sin atentar claro está en los derechos de los demás y muy especialmente en el de los niños que si vienen a este mundo tan injusto es porque nosotras mismas queremos. No olvidemos que las feministas estamos a favor de los métodos anticonceptivos que hoy día están al alcance de cualquier mujer del primer mundo.

Si tengo que hablar de crianza ya sea desde un punto de vista feminista o no, tengo que hablar de tener tiempo con los hijos.  Seamos claros.  Por muy feminista que me considere hay cosas que son así y no se pueden cambiar.  Si la feminista quiere criar bien a sus hijos, tendrá que estar con ellos igual que la que no lo sea. 

Entonces si la feminista quiere trabajar, si la feminista para sacar adelante a su familia necesita aportar su sueldo a la economía familiar, estoy segura que si está decida a criar a sus hijos con apego y amor, hará lo posible por acercarse y estar con ellos la mayor parte del día.  Y si le es imposible, intentará pasar el resto de minutos de su propio tiempo con lo que más quiere que una vez más serán sus propios hijos. 

Cuanta "incontinencia mental" tienen algunos con la lactancia y la crianza con apego.  Me voy a mojar un poco más, el otro día leí que para algunos el trabajo de una madre es un obstáculo para la buena crianza y está claro que en algunos casos, si hay una mamá que tiene que pasar 12 horas fuera de casa, esto sí sea un obstáculo.  Pero en la mayoría de casos, con una buena organización y después claro está de pasar los primeros meses de nuestros hijos sin despegarnos de ellos, yo opino que no debería de ser ningún obstáculo.

Por lo menos no se debería de denominar obstáculo, si no más bien de dificultad porque nos obliga a reestructurarnos, ya que la sociedad es cierto que no está preparada para tener madres trabajadoras, por este motivo tenemos que seguir luchando en temas de conciliación y integrar el teletrabajo como algo habitual en muchos puestos que perfectamente se pueden desempeñar de esta manera.  Sobretodo si ese trabajo va a ayudar a la mujer que tantos años ha luchado por tener un hueco en el ámbito laboral a realizarse y a sentirse mejor con sus propios ingresos.

Pero imagino que los que hablan de impedimentos, no lo hacen más que para denunciar una situación precaria del trabajo donde los padres debemos pasar demasiadas horas fuera de casa o para terminar de una vez con esa ridícula baja maternal de 16 semanas que tanto daño está haciendo en esto de las crianzas.

No me voy a extender más, creo que ya ha quedado clara mi postura ante la mezcla de los conceptos machismo,trabajo de la mujer, lactancia y crianza. 

Os aseguro que soy feminista, estoy del lado de la mujer para decidir su propio futuro, más que nada porque soy una mujer, madre e intento realizarme con mi trabajo que me encanta.  Respeto a la que tiene hijos y a la  que no los tiene. Respeto a las que trabajan y a las que no lo hacen.  Pero ante todo respeto a todos los niños del mundo que tienen que ser criados con amor para así ser de mayores unas personas sanas y felices.  Y este tipo de cuidados los necesitan los hijos de feministas y de no feministas.

Ojalá encontremos el camino de una verdadera conciliación familiar en la vida que destierre muchos conceptos equivocados sobre trabajo y familia. De mientras muchas mujeres intentamos conciliar desde hace muchos años a nuestra manera, y dese mi experiencia os aseguro que merece la pena. Trabajar y cuidar a nuestros hijos, sí es posible.

15 enero 2010

La leche materna también previene el desarrollo de problemas mentales.



Acabo de encontrar este interesantísimo articulo en el diario El Mundo, me encanta una vez más leer sobre los beneficios de la lactancia y si es prolongada (aunque no se deje claro que prolongada es a partir del segundo año), pues mucho más, aquí está:

La leche materna también previene el desarrollo de problemas mentales



■La lactancia durante más de seis meses mejora la salud mental hasta la adolescencia


■Los niños amamantados menos tiempo tenían más problemas de comportamiento


■La leche de la madre contiene sustancias que reducen el estrés de los pequeños


Taller de Lactancia Materna en el centro de salud Ciudad San Pablo de Coslada. (Foto: Alberto Di Lolli)


Actualizado jueves 14/01/2010 19:36 (CET) PATRICIA MATEY


MADRID.- Cualquiera que se aventure a leer este artículo puede pensar que los científicos no saben 'ya que inventar' para que las madres den de mamar a sus bebés. Nada más lejos de la realidad. Porque lo cierto, tal y como han podido constatar científicos australianos tras seguir durante 14 años a un grupo de niños, es que la leche materna consumida durante largos periodos protege la salud mental de los menores, al menos hasta la adolescencia.



Wendy Oddy, del Instituto de Telethon de Investigación de Salud Infantil, es la directora principal de una investigación que arrancó en 1989 invitando a participar a 2.900 mujeres que estaban en las semanas 16 a 20 de gestación. Todos sus datos (familiares, sociales, económicos, demográficos y médicos) se tuvieron en cuenta como, también, el examen de los recién nacidos a los dos días del alumbramiento.



2.366 menores participantes


Tras anotar la forma de alimentación infantil (leche materna o artificial) y el tiempo que duró la lactancia (menos de seis meses o más de medio año), los científicos llevaron a cabo cuestionarios específicos sobre comportamiento y psicopatología de los pequeños participantes (finalmente fueron 2.366) cuando tenían uno, dos, tres, cinco, ocho, 10 y 14 años.



"En el análisis incluimos los posibles factores que podían alterar los resultados como la edad de la madre al nacer su hijo, su nivel educativo, estructura familiar, nivel de estrés en la casa, peso y talla del bebé al nacer y si había existido o no depresión posparto", comentan los investigadores en su artículo, publicado en el último 'The Journal of Pediatrics'.



De los 2.366 pequeños, un 11% nunca tomó el pecho, el 19% sí pero menos de tres meses mientras que otro 19% fue amamantado de tres a seis meses. Además, un 28% tomó leche materna de seis a 12 meses y un 24% un año o más.

 
"Las madres más jóvenes, con 12 años o menos de estudios, más estresadas, con menos ingresos y que fumaron durante el embarazo son las que con más frecuencia amamantaron a sus hijos menos de medio año", señalan los autores.

 
Por otro lado, los datos revelan que "las lactancias cortas (menos de seis meses) se relacionan con un aumento de la morbilidad de la salud mental que se extiende desde la infancia hasta la adolescencia.



Esta relación se produce en los trastornos internalizantes (depresión, ansiedad...) y externalizantes (trastorno de conducta, antisocial o de la personalidad...), así como para problemas significativos de conducta... Y esta asociación persiste después de tener en cuenta los factores sociales, familiares, económicos y psicológicos en los primeros años de vida", aclara el estudio.

 
Los mecanismos


Existen varios mecanismos posibles que pueden esclarecer por qué los niños amamantados más de seis meses gozan de mejor salud mental. Uno de ellos puede residir en que el contacto con la madre "durante la lactancia tiene un efecto positivo en el desarrollo de aspectos neuroendocrinos necesarios para la respuesta al estrés [un factor de riesgo de trastornos psíquicos], que pueden afectar al niño más tarde. Además, la lactancia establece un vínculo que tiene influencias psicológicas positivas en el pequeño".


Otra posible vía reside en los ácidos grasos y componentes bioactivos de la leche materna. "Son esenciales para el desarrollo y además influyen también en la respuesta al estrés. Así, la hormona leptina lo reducen a través de su acción en el hipocampo, hipotálamo, glándula pituitaria y adrenal, mientras que las leches artificiales tienen un efecto depresivo en el comportamiento del niño" .


Como consecuencia de estos resultados los autores defienden "el desarrollo de programas que animen a las madres a prolongar la lactancia materna para así beneficiar la salud mental de sus hijos".

Una vela por Haití



No he querido poner la tele estos días, se por los diarios lo que ha ocurrido en Haití y ya he tenido bastante con las imágenes de los periódicos.  Sí lo sé, quizás sea una cobarde, la realidad de miles de personas está ahí y es evidente que hacer como que no vemos las cosas no nos lleva hacia ninguna parte.

Pero dejadme explicaros que desde que soy madre las tragedias se han convertido en algo verdaderamente indigesto, traumático y asolador.  Pensar en esos niños sin infancia, en esos padres huérfanos de hijos, en el dolor de las heridas y de las pesadillas. 

Desde mi humilde blog no puedo hacer más que simbólicamente poner una vela de memoria y conmoción en el peor momento que pasa un país y aprovechar para decir como siento una vez más que las cosas no funcionan en el mundo.

La ayuda no llega a Haití, nadie corre en esta gravedad que miles de personas sufren ¿dónde están los presidentes de los países más ricos del mundo? ¿es que no ven que hay una parte de nuestro planeta que necesita inmediatamente ayuda? es cierto que muchas personas anónimas van a ayudar con dinero, con alimento, incluso con su presencia.  Pero veo tan injusto que al hablar de economía nadie quiera quedarse el último y al hablar de la verdadera importancia de la vida nadie corra. 

No quiero mirar más hacia otro lado, ayuda para Haití, para esos niños, presidentes corran por favor, cada segundo es ya  tarde. 

12 enero 2010

Canciones para mamás, Palabras para Paula


Me encanta escuchar canciones que me recuerden sensaciones preciosas que he sentido gracias a mis hijos y me encanta compartir estas hermosas canciones con vosotros aquí en mi blog.

La verdad que nunca había sido fan de La Oreja de Van Gogh pero desde que una amiga me dejó un comentario en este mismo blog sobre esta maravillosa canción y la escuché por primera vez, me enamoré instantáneamente de la música y sobretodo de la maravillosa letra que tantos sentimientos nos mueve por dentro a las mamás.

Cuantas cosas les tenemos que decir a nuestros hijos ¿verdad? y a veces que difícil nos parece transmitirle todo esto con palabras. En esta canción se dicen tantas cosas bellas, que merece la pena tenerla en cuenta. Para aquellas veces que tengamos que decir a nuestros pequeños todo lo que los amamos y no sepamos como podremos recordar esta hermosa canción.






 Palabras para Paula

"Es pronto para comprender

Que pueda mirarte y verme a la vez

Que escuches hoy mi voz que tanto te cantó los meses que tú fuiste yo



Es pronto para comprender

La vida es tan bella como tú la quieras ver

Si lloras cantaré si sufres te hablaré si mueres moriré también


Si te cuentan que lloré cuando te cogí en mis brazos

No me pude contener porque te quiero tanto


Es pronto para comprender verás cómo el mundo es injusto y cruel

Porque un amanecer sin nada que perder es muy difícil de entender



Si te cuentan que lloré cuando te cogí en mis brazos

No me pude contener porque te quiero tanto



Porque te quiero tanto cómo el mar a su verano,

Cómo el dolor a su amigo el engaño

Cómo el sol cuando ve nacer una flor


Si te cuentan que lloré cuando te cogí en mis brazos
No me pude contener porque te quiero tanto
porque te quiero tanto

porque te quiero tanto

porque te quiero tanto"

10 enero 2010

Lo más valioso del hogar



Hace días, quizás semanas que me planteo explicar algo que aunque resulte evidente no se exprese en la vida diaria como tal.


Las persona, en esta sociedad consumista, donde lo importante es todo aquello que tienes materialmente hablando creo que muchas veces desprecia la realidad del valor de lo esencialmente importante. Porque ¿hay algo más importante en nuestro hogar que nuestros queridos hijos?


Nos dedicamos a cuidar de nuestros bienes, de nuestros coches, de las joyas.... metemos en cámaras de seguridad nuestro dinero.  Adoramos nuestro cuerpo, lo cuidamos y algunos hasta le rinden culto. Sacamos el máximo partido a nuestro tiempo... todos hablamos de las maravillas del tiempo de ocio que hay que saber aprovechar y disfrutar.  Cuidamos nuestra salud o al menos lo procuramos.


Esta reflexión viene a raíz de algo tan simple pero tan didáctico como fue una conversación con una cuidadora de niños.  A veces aunque no lo creáis lo más importante se aprende de aquel que menos te lo esperas. Y esta mujer me dió una lección importante.


Me explicó su experiencia en la casa de una pareja de abogados que tenían una niña a la que debía de cuidar en su ausencia.  El día que llegó a la casa, los papás le dejaron bien claro, qué tipo de cuidadora buscaban, una cuidadora de muchísima confianza.  Era cierto que en aquel hogar había cosas de más o menos valor monetario. pero ellos lo tenían claro y así se lo dijeron. Le explicaron que en toda la casa solamente había alguien de valor, de incalculable valor: Su hija.


Le dijeron que no les importaba nada más, que ni los muebles, ni los objetos... que su hija era lo único que les importaba, lo único irremplazable y que ella procediera en consecuencia.



Aquellos señores, bien posicionados y con una vida llena de lujos y dinero, hablaban de una sola cosa de valor.  Y tenían tanta razón. Aquella persona que iba a entrar en su casa todos los mediodías a dar de comer a su querida niña, tenía que tener claro la importancia y el gran valor incalculable de aquello que estaba cuidando. Ya que durante dos o tres horas no podrían compartir ese momento con su pequeña, necesitaban que quien quedara al cargo de sus cuidados tuviera claro que aguardaba un verdadero tesoro de valor incalculable.

Porque ¿qué pasaría si perdieramos nuestro dinero, nuestros bienes materiales?... ¿qué pasaría? sería difícil sí, nadie puede debatir esta afirmación.  Sería muy difícil remontar y luchar para cambiarlo.  Pero con trabajo y trabajo y apoyo de los nuestros y dedicación lo podríamos cambiar.


Pero no nos engañemos ¿qué pasaría si perdiéramos a un hijo? ¿qué pasaría entonces? ¿hay algo más importante? ¿podríamos volver a ser felices una vez? ¿hay alguna cosa equiparable en la tierra a la felicidad que nos dan nuestros hijos? no quiero saberlo la verdad... simplemente nos robarían la vida y no podríamos recuperarla...


A veces no hace falta perder un hijo físicamente para dejar de tenerlo... hay padres que no cuidaron de lo más importantes de sus vidas durante los momentos que debían de hacerlo.  Cuidaron de sus bienes materiales, de sus cuerpos, de sus cosas... pero dejaron atrás lo más importante: cuidar de su máximo tesoro, de sus hijos. Y así los perdieron.  Perdieron una infancia que les hubiera hecho vivir esta vida abriendo todos sus secretos para ser feliz. Perdieron en risas y en felicidad.  Y ahora perdieron esa cómplice relación de aquel que conoce de verdad a sus hijos y aún no siendo tan niños puede seguir siendo un referente en sus vidas, con el que cuentan.


No quiero que se me olvide nunca mi escala de valores, los materiales que se queden bien abajo y aquello que me va a proporcionar mayor felicidad hoy y el día de mañana bien arriba, en la cima del mundo.  Por cierto, por el medio pondremos todo aquello que nos gusta y nos realiza... por ejemplo en mi caso, escribir sobre estas cosas... pero de esto quizás hablemos otro día, mientras cuidemos de nuestros tesoros como quien cuida una pompa de jabón para que nada la rompa.

08 enero 2010

Maravillosa coincidencia




Esta anécdota que voy a contar nos ocurrió hace algunos días en la sala de espera del médico para la pequeña María y me parece tan tierna que me gustaría compatirla en mi blog con todos vosotros.

Mientras esperábamos a que nos llamaran para entrar en consulta y con la peque malita por una fiebre muy alta que resultó ser un virus de esos de olvidar (roseola) oí una vocecita que decía
"¡mama teta, mama teta!"

Yo tenía a mi preciosa hija en bracitos y no la había visto mover la boquita así que eché un vistazo a la sala emocionada por haber coincidido con otra bebita de teta lo suficientemente mayor para saber lo que queria. Así que mis ojos se encontraron con una niña de 20 meses guapísima con unos ojos azules como el mar que estaba bien agarradita a su mamá.

Enseguida entablé conversación con aquella mamá y la verdad es que me encantó poder hablar con ella y en aquel ratito hablamos sobre que
aunque ya eran mayorcitas seguían enganchadísimas a la tetita y por un momento me sentí menos "bicho raro" que nunca...

Lo mejor sin duda el momento en que las dos niñas se pusieron a pedir !teta¡ !teta¡ a la vez... fue genial, de verdad... la gente de la sala de espera alucinaba.

Quería compartir este entrañable momento en mi blog, ojalá que llegue el día en que no resulte algo tan extraordinario encontrar a dos bebés de estas edades lactando de sus mamás mientran esperan ser visitados en el médico.

Por cierto, la bebita de los ojos azules se llama María igual que mi niña. Para mi todo un placer haberlas conocido a ella y a su estupenda mamá.

07 enero 2010

Por fin se acaban las vacaciones


Estos días que he pasado con mis dos hijos a tiempo completo han sido maravillosos. Sentir la maternidad durante cada minuto del día no tiene precio. Jugar y reír con ellos... pero también hacer la compra, ir a hacer los recados y todas las tareas cotidianas se convierten en algo especial por su compañía.


Mañana empiezan los colegios y estoy apenada al escuchar lo liberadas que se sienten algunas mamás de que así sea. Incluso en el súper el otro día hablando con la cajera que es muy jovencita tuve esta conversación:


.
Yo: Hijo, ten cuidado (estaba subido en una barandilla), te puedes hacer daño, anda bajaté de ahí.


La cajera: Uys, menos mal que ya se acaban las vacaciones.


Yo: ¿Cómo que menos mal? yo no quiero que se acaben, me da mucha pena que tenga que ir a la escuela, le echaré tanto de menos.


La cajera: Uys, pues debes ser la única mamá que dice eso... todas están deseando tener a los niños en el cole, para librarse de ellos.


La verdad, me da mucha tristeza todo esto... pobres niños... librarse de ellos... ¿qué pueden pensar estos pequeños si oyen algo así? ¿qué pensaríamos nosotros si hablarán así de nosotros mismos? que alguién quisiera librarse de nosotros y que encima fuera nuestra propia madre, la verdad hasta da algo de miedo.


Sea como sea, yo hoy estoy triste... hoy se acaban las vacaciones para todos y vuelvo a poner los ojos en este inminente fin de semana para una vez más tener a mis dos pollitos juntitos y seguir disfrutando de mi maternidad a tiempo completo.

Porque la infancia de nuestros hijos es tan corta que no podemos andar regalando horas de oro en su compañía. Cuantas veces detendríamos el tiempo y al entender que lo sano es que corra, aprendemos que el mañana nos traerá otras alegrías.

Disfrutad de este último día de vacaciones con vuestros hijo y que seáis felices.

04 enero 2010

GRÁFICO SOBRE LACTANCIA MATERNA



Vivir a nuestros hijos en este año


Es cierto, llego tarde pero en plenas vacaciones navideñas ha sido algo imposible y no quería dejar de pasar por mi querido blog a dedicar unas  palabras para todos aquellos que gastáis unos minutos en leer estas letras.


Llevo días reflexionando sobre que podía decir en el blog, que deseo podía expresaros para este año nuevo y al final he llegado a la conclusión que lo mejor que puedo desear es que viváis a vuestros hijos.


Que en este año nuevo no escatiméis en salir a pasear con los niños, en hablar con ellos, en contarles cuentos y acompañarles en sus lecturas, en cantar sus canciones preferidas, en reír y en llorar con ellos, en dormir en su compañía, en acompañarles en cada pasito que realizan en su aprendizaje diario,en disfrutar de sus carnavales, de sus vacaciones, de sus fiestas de cumpleaños. 


Intentar dejar de buscar tiempo para ellos e integrarlos en todo nuestro tiempo.  Integrar su presencia en nuestras tareas, en nuestras vidas.  Entender que si queremos podemos hacer en su compañía mucho más de lo que pensamos.  Creer que solamente así llegaremos a conocernos como merecemos y nos entenderemos mucho más.


Atar más fuerte los lazos que tenemos con ellos porque aunque llegará el día en que volarán de nuestro nido, nunca tendrán duda alguna de que avanzan independientes y seguros en la vida pero que jamás estarán solos en ella.

Quería como muchos de vosotros escribís en vuestros blogs, dejar un deseo en el mío para este nuevo año y no podía ser otro: vivir a vuestros hijos, como si fuera el último día.

FELIZ 2010!!!!!!!!!!!!!!!!!!