La frase que más me ha cautivado de este magnífico pediatra es sin duda la que dice que en esta vida hay que posicionarse de algún bando y que el lo hace en el de los niños. Ante esta cita, pocas palabras quedan, el que quiera, que lo entienda.
Sus tres libros escritos y publicados para ayudar a los padres, a entender mejor a sus hijos, me hicieron comprender mucho mejor el porqué no era capaz de llevar a cabo las doctrinas conductistas al más estilo doctor Estivill. Porque si no soy capaz de hacer llorar a una mosca, iba a dejar llorando a mi propio hijo, para conseguir que se convirtiera a base de llantos, en el perfecto prototipo de bebé que se nos muestra en los manuales de fabricantes de leches artificiales y otros menesteres totalmente prescindibles que se nos venden a diario como algo de importancia vital para un bebé.
Pero como las comparaciones están muy feas, voy a centrarme en su obra. Unos libros que aconsejo a todos los padres y no el día que se encuentren ante un bebé que llora en plena crisis de crecimiento. Si no que, recomiendo estos libros, a cualquier hombre o mujer que desee ser padre a corto o largo plazo, porque están escritos para que podamos entender a nuestros hijos a través de la empatía y la naturaleza humana.
En su libro “Un regalo para toda la vida”, nos cuenta sin trampa ni cartón, todas las dudas que podamos tener en referencia a la lactancia materna. Con un vocabulario ameno y explicando todo a la perfección. Un libro perfecto si tenemos cerca una embarazada a la que hacer un presente.
También escribió “Mi niño no me come”, para todas las mamis que vivimos angustiadas porque nuestros niños no se acaban los 250 ml. Del bibe o del potito de turno y que tanto nos insisten los fabricantes de alimentos infantiles que deben consumir nuestros pequeños. La verdad que en mi caso ha habido un antes y un después de este libro, en referencia a lo que es o no “normal” en las comidas de un niño.
Y para terminar una trilogía fantástica, tenemos el libro “Bésame mucho”, donde se destierran muchísimos mitos sobre la crianza de nuestros hijos, y simplemente nos explica el porqué de muchas situaciones que protagonizan los bebés y niños, en las que se sienten tristes y solamente nos necesitan a su lado, porque por los siglos de los siglos fue así, aunque una vida llena de trabajo y stress quiera justificar que pasemos por alto muchas veces las lágrimas de nuestros pequeños.
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