Hace días que me planteo contar en el blog el pequeño camino que he recorrido hasta llegar a entender que en temas de crianza de nuestros hijos hay mucho más allá de Estivill, Supernanny y compañía. Es un tema muy importante para todas aquellas madres que aún teniendo un sentimiento de tristeza al tener que cumplir todos aquellos preceptos que la ley de estos "Dioses de la crianza" establecen, sienten que una parte muy importante de su instinto maternal se pierde en esa dirección.
Cuando nació mi primer hijo (como alguna vez he explicado) ni el parto, ni la lactancia fue como yo había soñado. Ahora no es el momento de analizar el porqué, quizás me dé para hacer otra entrada algún día. El caso es que me negué en rotundo a compartir mi lactancia artificial con nadie. Nadie podía darle un biberón a mi hijo. Si no podía darle el pecho, por lo menos sería yo quién dedicara todos sus minutos del día que fueran necesarios a alimentarlo de esta manera. En ese momento me miraban todos con cara de no entender a una loca que quería seguir un instinto de madre que aún sin lactancia natural seguía patente.
Después el tema del sueño. Todo el mundo complicándome la vida con consejos del tipo: los niños tienen que dormir en su cuarto. Pero ¿por qué? yo tampoco entendía aquello... yo seguía deseando pasar todas las horas con mi hijo y no iba a pasar por aquella estupidez. El niño se quedó en mi cuarto... pero eso sí... "era malo que durmiese en nuestra cama...", ahora comprendo que aún había algo de la sociedad que no me permitió ser libre completamente.
Aunque influenciada por el resto de la sociedad, había algo en mi interior que no iba a dejar de escuchar, una voz que me indicaba que el amor tenía que prevalecer sobre todas las demás cosas en la relación con mi pequeño. Y no dejé de escuchar a esa voz y al ir tirando del hilo comencé a encontrarme con detalles, con palabras nuevas, con experiencias de otras mujeres revolucionarias, con ilusiones... y no pude dejar de fijar mi horizonte en ellas para no cometer los mismos errores otra vez. Pero eso lo dejamos para la próxima.
Continuará.
5 comentarios:
Hola!!
Amiguita me da mucho gusto leerte, sabes? creo que de alguna manera todas iniciamos así en este bello camino, en el que de alguna forma estabamos pero no sabiamos que tenia nombre y era todo un mundo maravilloso, ya que encontramos mujeres como nosotras, con las cuales podemos intercambiar experiencias y sabemos que nadie nos señalara por no heber hecho las cosas como nosotras lo sentiamos...y por haber escuchado a otros que estaban muy equivocados y que por alguna razon cometimos errores y hoy nos pesan, pero lo importante es darnos cuenta de ello y no volver a caer...
Me alegra mucho que hubieses logrado escuchar tú voz interior para así ratificar ó rectificar las cosas que tú creías y sentias como correctas!!
Muchas felicidades por ser una de esas mamis curiosas que no se conforman y que van más allá que buscan la felicidad de los nenes y de la familia en general!!!
Te dejo un grana brazo y sigo leyendote!!
Muackss
Gracias Martha, hace días que no hablamos vía blog... así que aprovecho para mandarte un fuerte abrazo desde el otro lado del charco.
Ojalá que mi experiencia sirva para alguna mamá que por la presión del entorno esté desconcertada y sepa que el mejor camino a seguir, va a ser sin duda el de su instinto materno.
Felicidades por el post, es extraordinario, yo como tu sigo mi instinto a la hora de criar a mi hijo y espero seguir haciéndolo pese a lo que la gente diga o deje de decir. Besos.
Hola Sandra guapísima! si hay una mami a la que le tendrían que dar una medalla por una lactancia diferida prolongada tendría que ser a ti! pocas mujeres hubieran luchado tanto como tú para darle lo mejor a sus hijos.
Enhorabuena! y un besito a ese pequeñín tan guapo que en dos días está jugando con su primita ;-)
Miriam, me encanta la foto!!!Que guapa estaba la Maria ya antes de nacer, jejeje!!!
Publicar un comentario