29 abril 2011

Los días difíciles


Lo escribí hace unos días, pero estaba tan triste, que no tuve el ánimo de publicarlo. Hoy quiero compartirlo, por todos esos días más difíciles -si cabe-, en los que las mamás, intentamos buscar sentido a una separación dolorosa y no lo encontramos.

Tengo dos hijos maravillosos. Nunca me cansaré de decirlo. Tan maravillosos como estoy segura que son vuestros niños. Tenemos la suerte de compartir nuestras vidas con unos seres tan grandes y especiales. Creo que los papás y mamás no hacemos justicia al expresar lo que significan nuestros hijos. Lo decimos demasiado poco.


Todo me parece poco al referirme a mis hijos, ellos que siempre me han acompañado en la maternidad, me han mostrado el camino a seguir claramente, sin apenas más dificultad que la de seguir mi instinto y el suyo.  Dos hijos que me han permitido alcanzar un nivel de felicidad máximo en la vida. Por los que me levanto cada día y a los que amo más que a cualquier cosa en este mundo.


Hoy estoy triste. Hay días más difíciles y menos difíciles para las mamás trabajadoras. "Los menos difíciles", la grandísima mayoría en los que los peques se levantan dispuestos a comerse el mundo, van contentos al cole, deseosos de que el tiempo les vuele de las manos mientras intentan aprender lo que les ofrecen en la escuela, mientras juegan con sus amiguitos, mientras viven la rutina.


Pero también están esos  "días más difíciles", que aunque son los menos, duelen. Duelen y mucho. Días dolorosos,  en los que como hoy por nada del mundo me hubiera separado de mi niña. Esos que aún sabiendo que me necesita no puedo estar a su lado. Que aunque tiene unos brazos que la consuelan, ella necesita los míos. 

Esos días tan largos, en los que los segundos parecen horas. En los que la cura de nuestro corazón, nada tiene que ver con medicamentos. En donde el antídoto tiene nombre de niña, de niño... de vida.

Maldigo si alguna vez extrañé la calma en tu presencia, porque ahora extraño tu presencia y me ensordece la calma.



Esperamé, yo te espero. Te echo de menos mi vida.

Pronto saldrá el sol en nuestro día nublado. Pronto te volveré a encontrar, no llores hija.

5 comentarios:

Maria dijo...

Que difíciles esos días, te entiendo perfectamente, esta semana he tenido que dejar en casa malita y se me partía el alma cuando salía por la puerta... Animo corazón, te mando un besito

Miriam dijo...

Un abrazote María! espero que tu pequeña esté mejor preciosa! es lo más duro... ¿verdad? mucho. Nos necesitan tanto... y aunque los dejemos en las segundas o terceras mejores manos después de nosotras se nos parte el alma...

Un fuerte abrazo, os hecho de menos estos días, pero es muy difícil conciliar todo y lo primero son mis niños.

Miriam.

mamisepa dijo...

Te envío un abrazo muy fuerte y también para tus peques, pues no me queda claro quién estaba mal, pero es verdad, que se parte el alma cuando están malitos aunque los dejemos en las (segundas) mejores manos, (ya que las primeras son las nuestras, eso seguro).

Rebe dijo...

que duro se hace!!! mucha fuerza para pasar esos "dias dificiles". Un abrazo

Miriam dijo...

Misteriosa primero fue la peque y luego su hermanito :( con el peque ya estaba de vacaciones... y le pude cuidar a tiempo completo. Pero con la peque, que encima me echaba de menos ha sido duro.

Estoy segura que cualquiera de vosotras me entiende. Esos momentos que dejaríamos todo y saldríamos corriendo.

Gracias chicas, un besazo. Después de la lluvia, salió el sol.

Feliz sábado, a disfrutar de vuestros tesoros!