13 octubre 2009

Un día quise ser mamá...


Lo recuerdo como si sucediera ayer mismo. Era un domingo cualquiera, de aquellos que una se levanta demasiado temprano para que su esposo se anime a acompañarla a desayunar.


Me hice un colacao con galletas, me tumbé en el sofá y mientras ponía la tele y aparecían unos dibujos animados sentí que me faltaba algo y me puse a soñar...


Imaginé como sería tener una personita que me acompañara todos esos domingos tontos que tan sola me sentía sin poder compartir mis galletas María, mi colacao y mis dibujos con nadie.


Y me vi a mi misma con un pequeño al que querer. Y ya le quise. Desde antes de saber siquiera que algún día existiría. Que ellos vivirían en mi propia realidad.


Y ¿sabéis? me quedé corta en el sueño... porque en aquel sueño no se explicaba que era esto de ser madre. Lo que para mí es ser madre.


Ser madre es entre otras cosas volver a sentirse niño otra vez.


Es volver a esperar a los Reyes magos con la mayor ilusión en nuestros corazones.


Es multiplicar tu propio cumpleaños por cada hijo que tengas y vivirlo con devoción.


Es ver muchísimas más flores en primavera.


Es montarse en lo caballitos de la feria soñando a su lado que estamos en el lejano oeste.


Es disfrazarse de Peter Pan, con una campanilla y un Capitán Garfio que no alcanzan el metro diez.


Es poder cambiar de canal la tele para no tener que ver lo malo de la vida, con la excusa del contenido inapropiado.


Es disfrutar del agua del mar, de la lluvia, del campo, de la nieve... como si fuera la primera vez que lo hacemos.


Es cantar y bailar como un payaso y que nos aplaudan sin complejos.


Es volver a los cuentos y a los dibujos animados.


Es ser felices en proporción a los besos y abrazos que recibamos cada día, aunque muchos sean robados.



4 comentarios:

Tita dijo...

Comparto punto por punto todo lo que has dicho.

Pese a que siempre quise tener hijos, eso quedó un poco "congelado" y en el aire de recién casados...había que vivir un poco. Hasta que un día, no sé si domingo como el tuyo....el vacío se impuso, el reloj sonó fuerte y el sueño empezó a hacerse realidad...

Un abrazo

Miriam dijo...

Tita, como ves todas tuvimos un domingo cualquiera...

Y gracias a ello nuestra vida cambió para convertirse en algo mucho mejor...

Besos!

Anónimo dijo...

Hola Miriam
Cuando leí este post se mi dibujo una sonrisa recordando alguna vez que tuve la oportunidad de prender la tele sin que mi hija estuviera a la vuelta y terminar en algún dibujo animado! También el sentir que los días festivos adquieren otro significado con niños a la vuelta!(mi hija fue la primer nieta y sobrina en mi familia por lo que hacia muchos años que no había niños que le agregaran ilusión a las fiestas)
Te cuento también que aún no he publicado el post que te he pedido ya que estoy viendo la posibilidad de agregarle la experiencia de una mujer que ha pasando por varios tratamientos para lograr concebir. Estoy esperando a ver si se anima a contar su historia,
besos,
María

Miriam dijo...

Hola guapa! Pues claro, todas tenemos en la mente aquel momento en el que deseamos más que ser madres y compartir nuestra vida con un pequeño al que amar por encima de todo!
Fuerza para esas mujeres que luchan por su sueño y felicidades por tu labor!
Besos!