28 mayo 2010

¿Que estoy haciendo mal?



Pues sí, como estoy segura que muchos de vosotros yo también me realizo algunas veces esa pregunta.  Días en los que nuestros niños no "se ajustan" a aquello que aunque no nos guste admitir esperamos de ellos.

Es cierto que tengo muy claro eso de que cada niño es diferente.  Mis hijos son personas única e irrepetibles, con comportamientos propios, individuales y elegidos por sus instintos. Creo que tener claro todo esto como madre es muy importante.  Pienso que respetando su propio camino, conseguirán ser felices en la vida.

Pero soy su madre. Su guía, su protección y su instrucción tantas veces y cuando instintivamente les intento conducir por la senda de lo que yo creo mejor para ellos y me encuentro con llantos, tristezas, rabietas... me pregunto sin poder evitarlo ¿Qué estoy haciendo tan y tan mal?

Si yo les doy mi cariño, mi conocimiento, todo el tiempo que puedo, mis noches, mi compañía... ¿qué les lleva a sentirse tan mal? y quizás lo que más me duela es no poder ayudarles directamente.  Pero eso lo tenemos que aprender ambos: yo como madre y ellos como hijos.

Es en días como hoy después de una noche más en vela por causas que mi pequeña aunque quisiera no me podría explicar... cuando me pregunto si estoy haciendo lo correcto.

Y la respuesta, es indudablemente que Sí.  Lo sé, como ya he dicho otras veces confío en el amor hacia los hijos como la mejor terapia  hacia una vida feliz y plena.

La única manera de darle cariño y comprensión constante durante la noche es permaneciendo junto a ella.  Aunque no entienda sus lágrimas y desespero cuando le cuento que mamá está a su lado y no se va a marchar. Cuando lucho por mis convicciones como madre. ¿Qué estoy haciendo mal entonces? Nada, hay cosas que suceden porque en la evolución de nuestros hijos, por más que nos empeñemos somos nada más y nada menos que sus mejores acompañantes, aunque sean ellos mismos los que vivan su propia vida. Como dice el poema de Khalil Gibrán: " Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma."

Ya os hablé de la culpa... quizás en este caso después de comprobar que todo está bien, podamos prescindir de ella.

1 comentario:

Tita dijo...

Mi querida Miriam: hay un error gordísimo que solemos tener. Este error es pensar que con amor todo se puede.

Es parte primordial, pero no única, como no lo es solo la limpieza o la buena alimentación ¿verdad?

Algo se nos escapa siempre, es inevitable, nosotras y el amor no siempre lo podemos todo...aunque alivie.

Un abrazo