21 julio 2009

El baúl de los personajes.

En casa, siempre hay prendas de ropa que por no utilizarlas o por estar deterioradas, deshechamos de nuestros armarios.

Una opción que hará felices a nuestros niños, es el poder dejarlas en una caja, baúl, bolsa... y que ellos puedan disponer de ellas para que experimenten, puedan disfrazarse a su gusto y convertirse por un rato en un pirata del Caribe o en una dama medieval.

Es muy importante el que puedan desarrollar esta parte de su personalidad y que sean ellos mismos quienes decidan qué personaje interpretar en cada ocasión.

En estas edades el que quieran vestirse como personajes de otro sexo diferente al propio, no debe llamarnos la atención lo más mínimo, ni es indicador de preferencias a la hora de convertirse en adulto. Es que simplemente les llama la atención cierto personaje y quieren interpretarlo

A un nene que le asusta la visita al pediatra, la "Bruja Piruja", Drácula,... sería posible que interpretando el papel del personaje en cuestión, le ayude a superar este miedo o a atenuarlo. Eso sí, tiene que ser el niño quien quiera disfrazarse, con voluntad y diversión.



También podemos trabajar la empatía, proponiendo a los niños que nos interpreten a nosotros, a los abuelos, hermanos, familiares y amigos. Intercambiar personalidades a través de los disfraces y introducir en el juego de alguna manera el comportarse durante un ratito como otra persona, de forma inocente.
Les debemos dejar cortar, atar y transformar a su gusto las prendas. De donde nosotros solamente vemos un par de medias y una falda desfasada, nuestra niña seguro que lo convierte en una melena con dos trenzas y un cancán para una gala. Y nuestro pequeño, disfrutará de lo lindo, usando la vieja corbata de papá como un látigo de explorador, al más puro estilo Indiana Jones.

Además de prendas de vestir: sábanas, telas, pinturas y accesorios de todo tipo pueden intervenir en este divertido juego (siempre supervisando todo el material para evitar cualquier accidente) que además de hacer pasar ratitos inolvidables con los amigos o con nosotros los mayores, les hará desarrollar habilidades tan importantes como la imaginación, el ingenio.
Y quien sabe si el día de mañana tendremos un verdadero artista de comedia o una Agatha Ruiz de la Prada en nuestro propio hogar.

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