24 julio 2009

Lactancia y gripe A




No hay día que los medios de comunicación no contengan notícias sobre la Gripe A y por lo que parece este nuevo virus se ha instalado entre los humanos para quedarse al menos durante un período de tiempo considerable.

Ante esta evidencia no podemos dejar de estar informados sobre como actuar en caso de contraer la enfermedad.

Más exactamente en caso de contagiarnos y que nuestros bebés se alimenten de lactancia materna.

De todo la información que recopilé en internet, ese artículo de la asociación de pediatras en Argentina es la que más acertada me parece:

"No existe aún evidencia específica sobre la lactancia materna y el pasaje de virus de la gripe A, N1H1 a través de leche materna. Las fuentes confiables de información (CDC, OMS, ABM) especifican las mismas recomendaciones que hasta ahora se venían emitiendo en caso de enfermedades maternas o de infecciones respiratorias:

1- Si el niño estuviera enfermo, aún con disnea por enfermedad respiratoria, es aconsejable mantener e intensificar la lactancia materna. A través de la leche materna el niño recibe inmunoprotección en una gama amplia de elementos inmunológicos humorales y celulares de la leche pero también inmunomodulación a través de factores que favorecen la respuesta inmunitaria del propio niño.

Muy importante es que se facilite a la madre permanecer en el mismo ambiente que el niño, ya que elabora y le transfiere elementos antivirales inespecíficos (oligosacáridos y otros) y luego de la exposición, anticuerpos específicos para los gérmenes prevalecientes.Por otro lado el niño al mamar recibe confort y protección materna en situación de stress por enfermedad y por internación.
Solamente en caso de suspender toda ingesta oral por taquipnea, se suspendería temporariamente la lactancia y debe sugerirse a la madre que se extraiga leche. En todos los casos, el niño tolera mucho mejor la ingesta por lactancia y por succión directa que por biberón, ya que coordina mejor los tiempos de succión- deglución- respiración.

Existe numerosa evidencia científica acerca de que las enfermedades respiratorias en pediatría son más leves, de más corta evolución y con menores complicaciones si el niño se alimenta o se alimentó con leche materna y más aún si lo hace en forma exclusiva hasta los seis meses.

2- Si el niño tomara fórmula láctea y lactancia materna, es aconsejable aumentar la frecuencia de lactancia y minimizar la oferta de otra leche, que no le aporta inmunoprotección, por el contrario provoca alteración de la flora intestinal del lactante y posible microhemorragias intestinales por donde se posibilitaría el posible pasaje viral.

3- Si la madre estuviera enferma se sugiere que intensifique las medidas generales: use barbijo, lavado frecuente de manos y que mantenga la lactancia ya que por esta pasan anticuerpos específicos que protegerían al niño de la infección.

Evitar recibir visitas y tratar de organizar ayuda por parte de pocas personas sanas que respeten medidas de protección.

La gripe por N1H1 no es contraindicación para la lactancia materna, tampoco los antivirales administrados a la madre (oseltamivir fosfato posee riesgo 1, bastante seguro, riesgo poco probable; el zanamivir no sería de primer elección, por presentar riesgo nivel 2 para el lactante (según actualización de la página sobre fármacos y lactancia materna: e-lactancia.org del Hospital de Marina Alta Alicante, España; y riesgo L3 según Thomas Hale: Medications and Mothers’ Milk, Ed. 2004). "

Subcomisión de Lactancia Materna
Sociedad Argentina de Pediatría

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