Hace unas semanas, mi maravillosa hijita que hoy cumple 28 meses a nuestro lado, comenzó a mostrar mucho nerviosismo y malestar durante las noches. Llantos incesantes acompañados de gritos que hacían que ni ella ni el resto de la familia descansara.
La verdad es que fueron unos días angustiosos para tod@s. Tanto, que me comencé a preocupar mucho por la situación, ya que aunque comprendía que a los dos añitos los niños pueden tener despertares durante la noche, la forma "tan dolorosa" que experimentaba María al despertar me estaba haciendo dudar de si verdaderamente había un trasfondo distinto que su evolución natural.
En realidad, como siempre la primera sospechosa de todo no fue otra que la teta, porque la niña con lo único que se quedaba tranquila era con ella y a una servidora le entraron una vez más las dudas, las preguntas, el ¿lo estaré haciendo bien?, la tristeza de ver a su pequeña pasarlo mal.
Y es que claro, demasiadas veces tengo que oír de algunas personas "que la niña es muy mayor para la teta, que eso ya no es normal." Y la verdad, a pesar de que a base de información,más información, experiencias, más experiencias y resultados, soy una defensora de la lactancia y todos sus beneficios, a esta aprendiz de mamá, también tantas veces le afusilan las dudas.
Así que me decidí ir al pediatra con mi pequeña. Le expliqué que la niña se ponía muy mal en sus despertares nocturnos y que estaba preocupada. El doctor la revisó los oídos, la garganta, el pechito, la tripita y todo parecía estar bien.
Por suerte, nuestro pediatra está en contra "del método Estivill" y me dijo que como la pequeña pasa mucho tiempo separada de mí, quizás por las noches me necesite mucho más a su lado. Que hacía muy bien dándole tetita y durmiendo con ella. Gracias a esto, he podido cerrar muchas bocas :) que cuestionan que lo que hago sea malo para mi hija. No sería determinante la opinión de mi pediatra sobre la crianza de mi hija, pero me sirve para contestar tantas veces en las que hay quien se atreve a decir que no estoy haciendo bien. Es algo triste, pero cierto.
Estoy segura que si hubiera sido otro tipo de pediatra y yo no estuviera concienciada de lo que significa la crianza con apego, a mi hija le hubieran recetado un adiestramiento a la hora de dormir y la finalización de su lactancia prolongada.
Algo totalmente innecesário ya que lo que le ocurría a mi hija se descubrió a los pocos días que comenzó a quejarse al orinar y tras manchar un poquito el pañal con algo de sangre, le detectaron una cistitis de caballo que debía de arrastrar desde hacía demasiado tiempo.
La verdad que detectar una cistitis en un bebé es algo difícil hasta que no da la cara totalmente como fue en nuestro caso. Pero estoy segura que si mi niña hubiera tomado biberón, nadie hubiera echado la culpa al biberón de lo que le ocurría a mi niña. Cosa si se hizo con el pecho cuando se cuestionó si el desasosiego de mi pequeña se debía a sus ganas de tomar teta constantemente. Debo decir que desde el segundo día de tratamiento con antibióticos mi hija ha vuelto a su estado normal a la hora de dormir, y aunque se despierta alguna vez está tranquilita.
Como podéis comprobar por desgracia el pecho tiene la culpa de muchos males...
Desde que nuestros pequeños nacen, la teta siempre es la culpable de todo o de mucho. A nadie se le ocurriría decir que el biberón es culpable de que un niño no duerma o no engorde. De decir que dar biberón es sacrificado o simplemente que el bebé no se queda satisfecho. En cambio la teta es...
Culpable de que nuestros hijos no engorden suficiente. A cuantos bebés no les dan la "ayudita". Cuantas mamás sufren porque si sus pequeños tomaran biberón "engordarían mucho más".
Mi niña tardó en recuperar el peso 19 días. Y en el segundo mes puso dos kilos. Solamente había que ser constantes.
Además la teta es la culpable de no saber "cuanta cantidad toman los bebés", claro es que el biberón es más práctico, porque sabemos lo que toman los niños... como diría "el principito", los adultos... esos que siempre tratan de ponerle números a todo... ;)
La teta: culpable de que los bebés no duerman. Y yo digo, que lo normal antropológicamente hablando es que los bebés se despierten para comprobar si sus papis siguen ahí, tomar alimento de su mamá, hidratarse, coger fuerzas para crecer mucho... bueno, en realidad no lo digo yo. Lo explica Carlos González en alguno de sus libros.
Otra cosa es que a los adultos nos vaya mucho mejor que nuestros hijos nazcan programados y no se despierten hasta que a nosotros no nos vaya bien. Claro, eso es mucho más cómodo. Por eso aunque "no es lo mejor para ellos" nos va estupendamente cuando los niños como no digieren igual de bien la leche de fórmula duermen más con el biberón.
También hay quien le echa la culpa de dar teta a engordar y a que se te caigan los pechos al suelo y que yo sepa lo de engordar tiene más bien que ver con lo que una ingiere ;). En realidad dar pecho quema calorías, así que como mucho ayudará a adelgazar. Al menos si una come lo que debe.
De lo que se te descuelguen las tetas... en realidad eso tiene que ver más con los cambios bruscos de peso que con dar pecho en sí mismo. Es cierto que con la lactancia prolongada el pecho tiende a perder parte de su grasa, pero para nuestra tranquilidad decir que cuando pasa un tiempo después del destete esa grasa se recupera y el pecho se quedará igual que si no lo hubieras usado para algo tan maravilloso, bueno, y con un fin tan justificado como es alimentar a tu hij@ y darle el mejor consuelo. ¿Acaso aunque no quedara perfecto, no merecería la pena? ¿Estarán nuestros pechos mejor aprovechados?
La teta también dicen que hace a los niñ@s más dependientes y que les "vicia". Claro, no olvidemos que con dos años un bebé tiene que ser ya independiente. Tiene que comer solo, ir al baño, limpiarse el culete y ponerse los DVD'S de Disney mientras su madre se hace la manicura. Eso sí, cuando tenga 35 seguirá viviendo en casa de mamá, y ella le seguirá haciendo la colada y planchando sus camisas. Un, dos, tres, el mundo al revés.
Y de lo de que la teta es culpable de viciar. Yo creo que si todos los vicios fueran tan sanos, los médicos tendrían que hacer cola en el INEM.
Por desgracia, la teta es tan y tan culpable de todos los males, que podría extenderme mucho más. Pero no, terminaré con el último mal que recuerdo de la teta y que hoy día está muy de moda: La teta, esa culpable del sacrificio de las mamás.
Nada más lejos de la realidad. Sacrificio. ¿Qué es un sacrificio? para mí, un sacrificio, sería perder algo. Algo irreparable. Quitarme de algo que me gustara, hacer de mi vida algo peor.
Se dice que es un sacrificio porque hace que las muejeres seamos las encargadas de estar todo el día con el bebé a cuestas. Que los hombres no pueden colaborar igual.
Y a mi lo que me parece es que los hombres pueden hacer muchísimas cosas por cuidar a sus mujeres e hijos. Pueden ayudarlas para que ambos estén mejor. Pueden sostener a los bebés para que las mamis tengan esos ratitos de respiro que también son necesarios. Pueden hacer tareas en el hogar que resulten un alivio para sus compañeras.
La teta no tiene que ser ningún sacrificio. ¿Acaso no es un sacrificio tener que levantarse a media noche para preparar biberones, esterilizar, cargar con cacharros?eso es mucho más sacrificado ¿no? pero nadie lo cuestiona.
La lactancia tiene que ser algo bonito, algo que no resulte un sacrificio. Pero mientras la humanidad crea que dar pecho es una "elección" y no un derecho-necesidad de madres e hijos. Mientras que no lo entendamos como algo en lo que el resto de la familia (maridos sobretodo) deban colaborar. Mientras que nosotras mismas no nos quitemos esa sensación de culpabilidad de la teta constante que existe en todos los puntos anteriores que os he citado, las cosas no evolucionarán como tienen que evolucionar.