28 octubre 2010

Desde que soy madre hasta Halloween me parece especial


Nunca me han gustado estas fechas que se aproximan. No me gusta el negro, ni las "pelis" de miedo, ni velar a los muertos, ni los cementerios, ni las "fiestas adoptadas que vienen del otro lado del charco".

Cuando era una niña lo único especial que hacíamos este día era asar castañas y comerlas en el patio. La castanyada se llama en mi tierra. No había disfraces más que de castanyera (señora que asa castañas) y el miedo era más bien el respeto y el recuerdo que dedicábamos a los muertos.

Ni siquiera estoy de acuerdo con ello. Yo a mis muertos, los recuerdo todos los días del año. Sobretodo en fechas especiales como son nacimientos, fines de año y fiestas que podríamos haber compartido juntos. Pero eso de todos a la vez recordar a todos los muertos porque sí, no me gusta nada.

Os preguntaréis ¿y que tiene que ver todo esto con los niños, la crianza y demás? pues que desde que soy madre aunque ni me gusten las cosas Yanquis, ni me gusten las pelis de miedo (drácula de pequeña era mi mayor enemigo), ni me gusten ni si quiera las castañas... hasta Halloween me parece especial.

¿Y porqué? pues es bien sencillo, porque a mis niños les gusta. Les encanta que vayamos a sus escuelas a disfrutar de una tarde muy divertida , porque les gusta mucho recoger hojas secas para preparar sus murales, les encanta hacer "panellets" (dulces típicos de almendra molida, patata y azúcar que se hacen en Catalunya). ¡Se les ve tan felices!¿cómo no ser felices nosotros?.

Desde que soy madre absorbo la felicidad que ellos desprenden de una manera tan especial que por mucho que dedicase líneas y líneas, palabras miles en mi blog no podría describir esta inmensa sensación que me invade.

Así que mañana si no pasa nada celebraremos Todos los Santos, la Castanyada y Halloween con nuestros pequeños en sus escuelas y el domingo con el resto de la familia algo más tranquilos, pero igual de divertidos.

Porque nuestros hijos, se lo merecen. Y nosotros también.

3 comentarios:

Magda Pérez Hervás dijo...

Completamente de acuerdo. Jajaja, como a ti, antes no hacia nada, mis seres queridos que partieron siguen estando en mi recuerdo siempre y no me gusta ese afan de comercializar todas las fiestas..

Pero disfruto un montonazo de toda esta parafarnalia, porque les tengo a ellos, les veo como se lo pasan y me contagian, eso sí, procuramos sacar lo bueno de todo y no es una fiesta comercial de un dia, es unas cuantas semana de manualidades, imaginación y compañia.

Miriam dijo...

¿A qué sí Magda? ¿podemos ser más felices? nuestros hijos tienen la llave de nuestra felicidad.

Vamos a aprovechar el tiempo que tenemos hoy, ahora!y cada día, cada fiesta a disfrutarla como se merece!

Y si hay que adoptar fiestas, se adoptan! y si hay que inventarse fiestas, se inventan! ja, ja, ja!


Besotes guapa!

Magda Pérez Hervás dijo...

Cada dia es una fiesta! jeje

Me encanta que aun haciendose grandes sean capaces de cantar y bailar porque si.

De pronto suena de fondo el pam pam americano y nos ponemos a botar como posesos jajaa

la frescura que nos dan nuestros hijos no la ofrece nada